Kukulcán, una invención franciscana… – La Covacha del Aj Men
10 Jul. 2022Claudio Obregón Clairin
El Dr. Enrique Flores Cano ha sugerido que Quetzalcoatl es un mito formado por muchos mitos y, cuando estudiamos las fuentes históricas mayas, constatamos que Kukulcán es un mito que surgió de tres párrafos de Fray Diego de Landa Calderón en la “Relación de las cosas de Yucatán”.
La pluma de Landa “es la única referencia de la existencia de Kukulcán”. Nunca antes se mencionó en la escritura jeroglífica maya.
Los cronistas posteriores a Diego de Landa, como Gaspar Antonio Chi, Antonio de Herrera, Tomás López Medal, Beranardo Lizana y Diego López de Cogolludo, repitieron y aumentaron la invención de Diego de Landa. Cogolludo, por ejemplo, en su obra “Los tres siglos de la dominación española en Yucatán, o sea Historia de esta provincia” (1971 I:352) escribió: “Veneraban un ídolo de uno que había sido gran capitán entre ellos, llamándole Kukulcán…” pero nada más él lo refiere y no hay testimonio ni evidencia de que existiera ese ídolo.
Kukulcán, como héroe cultural y como divinidad, fue una recreación mercadotécnica franciscana que se enmarca en la descalificación de lo autóctono para enaltecer los valores morales y la imagen de los invasores. Es así que se describe como un individuo alto, civilizador, barbado y/o rubio, tal y como acontece con las versiones de lo cronistas peninsulares de Quetzalcoatl y en las crónicas coloniales referidas a la divinidad andina Huiracocha, que nos legaron los cronistas Pedro Sarmiento de Gamboa y Juan de Betanzos.
Tampoco aparece la representación gráfica de Kukulcán en el conjunto de Dioses o Entidades Divinas del Códice de Dresde, ni en los textos jeroglíficos relacionados a la Creación o en alguna referencia de su interacción divina con los gobernantes mayas.
Carecemos de una escultura o grabado que lo represente, acaso una forzada referencia al guerrero de los grabados del Templo de los Jaguares del Gran Juego de Pelota de Chichén Itzá, quien aparece rodeado de una serpiente y más que un soberano, se ubica en el mismo rango militar de otro gobernante que porta un Disco Solar. No por estar acompañado de una serpiente, significa que sea el Kukulcán – personaje histórico que mencionó el obispo Diego de Landa Calderón.
De hecho, las serpientes esculpidas y pintadas en Chichén Itzá son múltiples y variadas, las hay de fuego, celestes y acuáticas; algunas cuentan con un cascabel y, sorprendentemente, en la cima del Templo de los Guerreros, señorean dos columnas con sendas cabezas de serpientes Crotalus cerastes que no son originarias de la región yucateca sino de Aridoamérica.
El investigador brasileño Alexandre Guida Navarro, de la Universidad Federal de Marañao, Sao Luis, en su ensayo “Las serpientes emplumadas de Chichén Itzá, México, y las etapas de construcción de la Gran Nivelación” se dio a la tarea de contabilizar y clasificar a las serpientes esculpidas en Chichén Itzá y sumó 147 representaciones con y sin plumas. El 93.19% de ellas se sitúan en La Gran Nivelación (Chichén Nuevo) y el 6.80% en el resto de la ciudad. Para Alexandre Guida, las serpientes son «un sello”, una expresión de Poder mas no la representación de un individuo divinizado.
Kukulcán tampoco se traduce como serpiente emplumada. El idioma maya t’aan es polisemántico, por lo que un vocablo puede contener diferentes significados dependiendo del contexto. De tal suerte que Kan, significa Serpiente (también cuatro, amarillo y por extensión Sur), Kukul, dependiendo del contexto, puede significar: ola u onda de agua, cosa llena o cubierta también es un insecto enemigo de la calabaza y de otros sembradíos… emplumado se dice: K’uk’um…
La obra de Diego de Landa es la primera referencia en la que aparece el nombre de Chichén Itzá, con anterioridad y en la escritura jeroglífica, los mayas la nombraron de dos maneras: Wak Yab Nal y Uuc Yab Nal. En el Chilam Balam de Chumayel se nombra Uucil Yabnal, así que Chichén Itzá tampoco fue el nombre que los mayas le dieron a su ciudad.
El fundamentalista franciscano, sin dar una explicación o referencia, bautizó al Witz (Montaña Sagrada) de la Gran Nivelación como la residencia de Cuculcán (así lo escribía el obispo), lo cual, también carece de sustento histórico. A partir de “los dichos de Landa” se da por hecho que el Witz fue la residencia de Kukulcán, simplemente porque el integrista franciscano así lo escribió y se toma como dogma de Fe.
La realidad histórica es que Diego de Landa mencionó por vez primera la existencia de Kukulcán y le dedicó tres párrafos, a partir ellos, se ha construido el mito del personaje-entidad divina civilizadora, hombre barbado, encarnación maya de Quetzalcoatl, divinidad relacionada con la sabiduría y un cúmulo de enunciados sin sustento que después de Landa, saltaron a las crónicas coloniales como los Chilam Balam, la Crónica Matichu, La Relación de Motul, y la Relación de Izamal hasta llegar transfigurados a la celebración New Age del descenso equinoccial de Kukulcán.
Analicemos lo que Diego de Landa escribió:
Capítulo VI de la Relación de las Cosas de Yucatán
Primer párrafo:
“Que es opinión entre los indios que son los Yzaes que poblaron Chichenizá, reinó un gran señor llamado Cuculcán y muestra ser esto verdad el edificio principal que se llama Cuculcán; y dicen que entrói por la parte de poniente y que difieren en si entró antes o después de los Itzáes o con ellos y dicen que bien dispuesto y que no tenía mujer ni hijos; y que después de su vuelta fue tenido en México por uno de sus dioses y llamado Cezalcuati y que en Yucatán también lo tuvieron por dios por ser gran republicano, y que esto se vio en el asiento que puso en Yucatán después de la muerte de los señores para mitigar la disensión que sus muertes causaron a la tierra…”
Veamos entonces, Diego refiere que le contaron lo que él escribe, habla en plural lo que indica que fueron varios individuos quienes no se ponían de acuerdo sobre la temporalidad de su llegada a la ciudad y nos informa que el templo principal de Chichén Itzá lo nombraban Cuculcán… Diego de Landa visitó Chichén Itzá casi 100 años después de su abandono según establece la temporalidad de la Crónica Matichu y 300 años después de las fechas que ofrecen los estudios de cerámica de Rafael Cobos en la Gran Nivelación, Dulce Góngora en la Casa Colorada y Eduardo Pérez de Heredia en el Gran Cenote, lo que significa que sus informantes estaban largamente alejados de los últimos habitantes de Chichén Itzá y por ello no son coincidentes, por ende, tampoco veraces.
Ahora bien: durante el periodo en el que en Chichén Itzá ubicamos textos jeroglíficos, se describen dos grupos de tres hermanos que fueron gobernantes y ninguno de ellos se nombra Cuculcán…
Landa describe que Kukulcán fue casto y republicano, más aún, pasa de ser un individuo a convertirse en un Dios o Entidad Divina y lo relaciona con Quetzalcoatl —Cezalcuatl— he aquí el origen que unifica a ambas entidades divinas. La variable, estriba en que con los mexicah, contamos con referencias de Quetzalcoatl, en tanto que en el Mundo Maya, nuestra única fuente es el párrafo del fundamentalista y podemos “creer” o no, lo que nos legó, la realidad es que se trata de sus dichos confrontados con la ausencia de fuentes mayas que hablan de Kukulcán.
Segundo párrafo:
“Que este Cuculcán tomó a poblar otra ciudad tratando con los señores naturales de la tierra que él y ellos viniesen (a la ciudad) y que allí viniesen todas las cosas y negocios; y que para esto eligieron un asiento muy bueno a ocho leguas mas adentro en la tierra que donde ahora está Mérida, y quince o dieceséis del mar; y que allí cercaron de una muy ancha pared de piedra seca como medio cuarto de legua dejando solo dos puertas angostas y la pared no muy alta, y en el medio de esta cerca hicieron sus templos; y otros a la redonda, juntos de otros; y que dentro de este cercado hicieron casas para los Señores, entre los cuales solamente repartieron la tierra dando pueblos a cada uno conforme a la antigüedad de su linaje y ser de su persona. Y que Cuculcán puso nombre a la ciudad , no el suyo, como hicieron los Ahizaes en Chichén Itzá, que quiere decir pozo de los aizaes, mas llamóla Mayapán que quiere decir el Pendón de la Maya, porque a la lengua de la tierra llaman maya; y los indios llaman Ychpa (a la ciudad), que quiere decir: dentro de las cercas”.
Aquí Landa cuenta la fundación de Mayapán, de cómo Cuculcán es repartidor de tierras en función de linajes y, siguiendo la temporalidad implícita en su recuento, resulta que hay una contradicción entre lo que él narra y lo que cuenta la Crónica Matichu y los Chilames ya que Landa plantea que se fundó primero Chichén Itzá y luego de ahí partió Cuculcán a fundar Mayapán. Contrariamente, la profecía 8 Ahau de los Chilames y la Crónica Matichu, plantean que de Mayapán provino Hunal Cel Cahuich quien conquistó Chichén Itzá en el 10 año tun (1195) del Katún 8 Ahau (1185 -1204).
Nos ubicamos delante a un vacío interpretativo ya que acorde a la Crónica Matichu, los Itzáes llegaron a Chichén Itzá en el s. V, pero el Chilam Balam de Tizimín indica que Chichén Itzá se fundó en el s.VII. Por su parte, los maestros Eduardo Pérez de Heredia y Péter Biró, plantean que quienes aparecen en el Gran Juego de Pelota son Cocom… el asunto se torna en un galimatías y atestiguamos que las Crónicas Coloniales se contradicen.
Tercer párrafo:
“Que este Cuculcán vivió con los señores algunos años en aquella ciudad y que dejándolos en mucha paz y amistad se tomó por el mismo camino a México, y que de pasada se detuvo en Champotón, y que para memoria suya y de su partida, hizo dentro del mar un buen edificio al modo del de Chichén Itzá, a un gran tiro de piedra de la ribera, y que así dejó Cuculcán perpetua memoria en Yucatán.”
En este párrafo Diego de Landa menciona los nombres de Yucatán, Maya y México. Refiere que después de poner a todos en armonía, Kukulcán se fue a México. Su narración es exactamente la contraria a la del mítico Ce Acatl Topiltzin Quetzalcoatl, que las crónicas coloniales del Altiplano sitúan hacia el 987, justamente el mismo año en el que la Crónica Matichu indica que los itzáes regresaron de Champotón.
Landa complicó aún más la realidad histórica al decir que Kukulcán partió de Champotón hacia México y “para muestra de su presencia y buen saber, edificó dentro del mar un edificio semejante al de Chichén Itzá”, el cual no se ha ubicado.
A la luz de las evidencias arqueológicas, epigráficas e iconográficas mayas confrontadas a las crónicas coloniales: Kukulcán es un invento franciscano formado por 3 párrafos escritos por Fray Diego de Landa Calderón, polémico personaje, agriamente recordado por la quema de los códices que efectuó en Maní, pero sus dichos sobre Kukulcán… son tomados como dogma de Fe.
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