Pese a las reiteradas promesas de la actual administración federal, de transformar a muy corto plazo los servicios médicos públicos como los que hay en Dinamarca o Noruega, la realidad sigue colocando a México en niveles de atención deplorables

SALVADOR CANTO

La salud no es un privilegio, es un derecho universal y así está acordado en tratados internacionales, pero en México continúa representando una utopía inalcanzable para los ciudadanos, pese a las promesas de la actual administración federal de cambiar el paradigma y transformar los servicios médicos públicos como los que hay en Dinamarca o Noruega a muy corto plazo, pues la realidad es muy distinta y Quintana Roo es un claro ejemplo de ello.

Es decir, estamos en un punto diametralmente opuesto, en virtud de que no existe una mínima parte de comparación, afirma el Colegio Nacional de Especialistas en Medicina Integrada (Conaemi), puesto que el sistema de Salud en México es hoy una amalgama de instituciones públicas y privadas que no garantizan el acceso a la salud y servicios de calidad para todos.

En el mismo sentido se manifiesta el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), que deplora el evidente deterioro que padece el sistema de salud en México, cuya mejora no parece una prioridad para el gobierno.

Hasta ahora la administración federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador, a quien le quedan dos años en el cargo, no ha podido cumplir con sus objetivos de garantizar el abasto de medicamentos, la atención médica y elevar la inversión en infraestructura de salud; por el contrario, lo que tenemos son servicios de salud al nivel de países de Centroamérica.

En Cancún, cientos de familias padecen las consecuencias de una mala atención médica dentro del Sistema Público de Salud que van desde el IMSS, ISSSTE e incluso el Hospital General.

Hoy, el gobierno federal en lugar de atender los reclamos y ver la forma de mejorar los servicios de salud en las instituciones públicas ha optado por confrontarse con las farmacias que a un costado de sus instalaciones tienen un dispensario médico llamado CAF (Consultorios Adyacentes a Farmacias), al que recurren miles de familias por lo económico de las consultas, por no contar con seguridad social o, en caso de poseerla, para evitarse las interminables horas de espera que se requieren para recibir atención en alguna de las instituciones públicas.

El doctor Narciso Pérez Bravo, exdirector del Hospital General de Cancún, recientemente entrevistado por El Despertador de Quintana Roo, comentó que en el discurso oficial se puede asegurar muchas cosas, pero “la realidad es que hay serios problemas a nivel nacional en materia de salud y antes de creer que llegaremos a niveles de países muy desarrollados creo que se tiene que trabajar mucho para por lo menos comenzar a atender parte de las dificultades que existen como la falta de personal, que haya mayor infraestructura, más especialistas y reforzar la carencia de medicamentos que es algo que claramente se padece en Cancún”.

De hecho, ante la enfermedad recientemente en boga conocida como Viruela del Mono, los servicios sanitarios de Quintana Roo se encuentran vulnerables porque no hay medicamentos ni personal capacitado para la atención de la gente, particularmente los más vulnerables.

Los “sueños guajiros” de la 4T

En días pasados el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó su cuarto informe de gobierno, en el que dedicó un breve pasaje al tema de la salud, donde reiteró una vez más su promesa de campaña, de que todos los ciudadanos de México contarán con acceso gratuito a medicinas y servicios médicos de primer nivel, sin que exista hasta ahora algún avance de ello.

De hecho, le quedan dos años para cumplir su promesa de que México cuente con un sistema de salud similar al de los países nórdicos como Dinamarca o Noruega, emitida nuevamente hace apenas unos días, durante una de sus conferencias ‘mañaneras’ en Palacio Nacional.

Cabe recordar que entre las principales acciones realizadas por el Gobierno de la autoproclamada Cuarta Transformación, está precisamente la desaparición del Seguro Popular y la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), el cual no ha funcionado como se anunció.

Incluso, como prueba de que la salud no es tan prioritaria para el gobierno federal, el presupuesto que ejerce en este 2022 y aprobado en el 2021, establece un recorte para el rubro sanitario a nivel nacional.

Por ejemplo, la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad sufrió un recorte de 6 mil 232 millones de pesos, al pasar de 7 mil 512 millones a solo mil 280 millones.

A la Unidad de Administración y Finanzas de la Secretaría de Salud le recortaron mil 614 millones de pesos y solo le dejaron 80.9 millones de pesos; a la Unidad de Planeación y Desarrollo en Salud le quitaron mil 364 millones de pesos y solo dejaron 460 millones.

En tanto que al Centro Nacional de Equidad y Salud Reproductiva le pasaron tijera de 558.2 millones de pesos; al Centro Nacional de Transfusión Sanguínea le quitaron 15.4 millones de pesos, y al Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH fueron 93.7 millones de pesos menos.

Mientras tanto, el pasado miércoles se creó oficialmente, por decreto presidencial, el organismo público descentralizado de Servicios de Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social para el Bienestar ‘IMSS-Bienestar’, con el fin de brindar atención integral gratuita a las personas sin afiliación al seguro social, otro “logro” a nivel de discurso, en tanto siga careciéndose de la infraestructura y los insumos para ofrecer un adecuado servicio.

Odisea de pacientes

Pensemos en una madre de familia que tiene a sus hijos enfermos y con fiebre, en una pareja de ancianos que necesita vigilar su presión arterial o en una secretaria que sufre de diarrea y se le dificulta acudir a su trabajo.

Estos son casos que diariamente se registran tanto en las diversas clínicas del IMSS y la del ISSSTE en donde son atendidos si son derechohabientes, pero si no cuentan con su carnet acuden al Hospital General “Jesús Kumate Rodríguez”, en donde la sobresaturación de los servicios convierte la experiencia en un auténtico calvario.

La señora Rosaura Estrada narró a El Despertador de Quintana Roo que llevó a su mamá con problemas de presión arterial al Hospital General debido a que no cuenta con seguridad social, pero para ser atendida tenía que esperar por lo menos tres horas, por lo que tomó la decisión de retirarse y llevar a su paciente a un Consultorio Adyacente a Farmacias (CAF), particularmente de la empresa Similares, pues llevarla a una clínica privada le cuesta “un ojo de la cara”.

Las reformas al sistema de salud impulsadas por esta administración han fallado; nos guste o no, la atención médica se está privatizando en México. Tal vez es tiempo de dejar de nadar contra la corriente y que las autoridades busquen aliados con los que logren ofrecer un mejor servicio a quienes más importan: los pacientes.

En Cancún, los costos de una consulta con un médico general varían dependiendo del hospital al que acudan y en ese contexto, se pudo investigar que, por ejemplo, en Hospiten, la atención de urgencia tiene un costo de 900 pesos, pero si el paciente es canalizado con un especialista, adicionalmente tiene que desembolsar desde mil 300 hasta dos mil pesos que es lo que cobra el médico que profundizará en su problemática.

En el Hospital Galenia, el costo de atención de urgencia es de 800 pesos, pero eso no incluye material ni el medicamento que se pueda llegar a aplicar en el momento, pero además si se requiere de la intervención de un médico especialista, el costo extra a pagar sería de tres a cuatro mil pesos.

Mientras que en Quirúrgica del Sur la consulta básica es de 450 pesos, pero en caso de urgencia se llama a un médico especialista para una mejor valoración del paciente, por lo que el costo se eleva a mil 500 y hasta dos mil pesos.

En cambio en el Hospital General el cobro varía por paciente, pues si bien lo que se paga se maneja mediante un tabulador, muchas veces la gente aduce ser de bajos recursos y les condonan el 50% y en algunos casos hasta el 80% del costo final, aunque no es siempre y por lo tanto se tiene que pagar.

Ante ese panorama se ha incrementado la visita de la gente a los CAF, en donde el cobro por revisión médica es de apenas 50 pesos y si se requieren estudios, los responsables  sugieren que se hagan en ciertos laboratorios que también son económicos.

Servicios de salud pública, fragmentados y sin resultados

El Colegio Nacional de Especialistas en Medicina Integrada (Conaemi), establece que hoy México cuenta con un Sistema de Salud mixto y fragmentado, en el cual se encuentran tanto instituciones públicas de seguridad social como instituciones públicas de protección social en salud que funcionan completamente opuestas.

En nuestro país el acceso está segmentado, condicionado y depende de la condición laboral, debido a que hay personas que son derechohabientes y tienen acceso a servicios en los sistemas de seguridad social.

Pero más de la mitad de la población ha estado excluida de los servicios de salud del Seguro Social desde su creación por no tener trabajo, por trabajar por su cuenta o porque quien les da trabajo no cumple con la afiliación obligatoria.

No obstante que las instituciones de seguridad social dan acceso a servicios médicos a los trabajadores asalariados y a sus familias, además de otras prestaciones sociales, las instituciones de protección social dan acceso a servicios de salud a las personas que no tienen afiliación obligatoria al sistema de seguridad social.

“La experiencia demuestra que la fragmentación de los servicios de salud genera entre otras cosas dificultades en el acceso a los servicios, prestación de servicios de baja calidad, uso irracional e ineficiente de los recursos disponibles, incremento innecesario de los costos de producción y baja satisfacción de los ciudadanos con los servicios recibidos”, se explica.

Añadieron que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los sistemas de salud deben proporcionar a toda la población el acceso a servicios sanitarios necesarios, incluida la prevención, la promoción, el tratamiento y la rehabilitación de calidad y garantizar que el uso de estos servicios no exponga al usuario a dificultades financieras.

Además señala que el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud implican que todas las personas y las comunidades tengan paso sin discriminación alguna a servicios integrales de salud, adecuados, oportunos, de calidad, determinados a nivel nacional, de acuerdo con las necesidades, así como a medicamentos de calidad, seguros, eficaces y asequibles, a la vez que se asegure que el uso de esos servicios no exponga a los usuarios a dificultades financieras, en particular los grupos en situación de vulnerabilidad.

Sigue desabasto de medicamentos: colectivos

El Colectivo Cero Desabasto, impulsado por Nosotrxs, enfatiza que la salud es un derecho, no un favor y “los derechos no están a discusión”.

En su más reciente reporte relacionado con el desabasto de medicamentos en México, sostienen que en un país con más de 126 millones de habitantes es evidente que nuestro sistema de salud sea enorme.

Tan sólo en el 2021 hubo 24 millones de quejas por desabasto de medicinas y anomalías en el surtimiento de recetas en instituciones públicas y el mismo colectivo refiere que la tendencia ha sido la misma hasta el segundo trimestre del presente año.

A pesar de que en lo que va del sexenio el Gobierno Federal también ha enfrentado obstáculos para mejorar el sistema de Salud, como la pandemia de Covid-19 que obligó a la compra de más de 100 millones de dosis de vacunas entre 2021 y 2022, padres de niños con cáncer han organizado desde 2019 manifestaciones e incluso han ingresado denuncias penales por la falta de tratamientos oncológicos.

Yusi Dzib Echevarría, presidenta de la Fundación Aitana de Cancún, dijo a El Despertador de Quintana Roo que el problema de la falta de medicamentos para las personas con cáncer es una de las grandes deudas del Gobierno Federal y la situación empeoró desde la desaparición del Seguro Popular.

Nuestro sistema de salud está ligado a la condición laboral de la gente, es decir, si una persona tiene trabajo formal, tiene acceso al sistema de seguridad social (como el IMSS o el ISSSTE), mientras que si no lo tiene, puede buscar la atención en el INSABI o en el IMSS-Bienestar.

Ante esta situación, los colectivos resaltan que mientras subsista la distinción entre población derechohabiente y población sin derechohabiencia para el acceso a servicios de salud, el derecho a la salud no estará plenamente garantizado.

“El problema es serio, pues no solo quedan excluidas las personas que no trabajan. También millones de personas que trabajan y carecen de acceso a servicios de salud por su trabajo”, afirman.

Por esa razón, sugieren que es urgente desvincular el acceso a servicios de salud del trabajo mediante una reforma urgente para garantizar la cobertura universal de salud con equidad y calidad.

Se ataca a los CAF, pero no se ofrecen alternativas

Hace tres semanas, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Secretaría de Salud, se lanzó de nuevo en contra de la medicina privada en México y despreció la importancia que tiene en la atención a la salud.

El funcionario acusó a los Consultorios Adyacentes a Farmacias (CAF) de “ser un engaño”, proporcionar mal servicio, ser antiéticos y hasta de promover “el abuso de antibióticos, de esteroides, que causaron muchas complicaciones o incluso la muerte de personas” en los momentos más críticos de la pandemia de COVID-19, por lo que se iniciaría una fase de regulación.

Aunque días después el presidente Andrés Manuel López Obrador reviró las declaraciones de López-Gatell: “no se trata de clausurar los consultorios de las farmacias, de lo que se trata de mejorar el sistema público, las farmacias estas existen y pueden inducir a que se compre los medicamentos donde están los consultorios o en las farmacias donde están los consultorios”, pero, admitió, el Estado ha incumplido su responsabilidad en otorgar un sistema de salud de calidad, “entonces no es cancelar nada”, dijo, antes de repetir una vez más que el país tendrá un sistema de salud “como el de Noruega o Dinamarca”.

La promesa más importante del presidente sobre este tema es la de acceso a la salud universal y, sobre todo, gratuito. Este es el punto en el que no solamente ha fallado, sino que está sucediendo completamente lo contrario: en la práctica, el sistema de salud se privatiza cada vez más.

Los CAF surgieron en México durante la primera década de este siglo, inicialmente como una forma de impulsar la prescripción de medicamentos genéricos “similares”, en una época en la que las condiciones regulatorias hacían que se dudara sobre la calidad de estos medicamentos.

Posterior a la pandemia de influenza H1N1, la tortuosa legislación sanitaria hizo que se solicitara una prescripción por escrito para poder surtir antibióticos y antivirales en las farmacias. Fue así como muchos más pacientes acudieron a los CAF y esta modalidad de atención médica floreció.

En 2020 se calculaba que existían más de 17 mil de estos consultorios, que atendían a más de seis millones de pacientes al año.

La Dirección de  Protección contra Riesgos Sanitarios de la Cofepris en Quintana Roo dio a conocer que tienen un programa permanente y prioritario para la Vigilancia Sanitaria de los CAF en todo en Estado y que hasta el último corte, tenían un padrón aproximado de 160 establecimientos, particularmente en la zona norte en donde mantienen un monitoreo de 80 farmacias, la cuales cuentan con servicio atención médica para consulta a la ciudadanía, mismas que están sujetas a verificaciones sanitarias de manera periódica para el control de cumplimiento de la normatividad sanitaria en beneficio de la ciudadanía.

Centros de Salud Urbanos, zonas fantasmas

En plena recta final de la actual administración estatal y como una prueba de que la salud no está dentro de los principales del gobierno, el hospital general de Cancún “Jesús Kumate Rodríguez” enfrenta una sobresaturación de servicios de urgencias y hospitalarios, debido a que los centros de salud urbanos de la ciudad ya no están brindando la atención médica.

Pero además, el mismo nosocomio, a través del departamento de archivo, anunció que ya no se están dando citas para atención de especialidades debido a que se recortó el personal profesional médico y de enfermería.

En un recorrido hecho por El Despertador de Quintana Roo por algunos Centros de Salud Urbanos se pudo constatar una evidente falta de personal médico y los trabajadores de la recepción le sugieren a la gente a que acudan al Hospital General, pues el médico que acude al sitio únicamente atiende de nueve de la mañana a dos de la tarde.

Internet, el “consultorio médico” de muchos

Ante un panorama adverso en materia de salud, saturación de servicios, falta de medicamentos y encarecimiento de atención en clínicas u hospitales privado, la revolución tecnológica ha llevado a un alza de la automedicación, pues mucha gente recorre al consumo de medicamentos naturistas o remedios caseros que son consultados en Internet.

Hoy la Red ofrece una enorme cantidad de información sobre cualquier enfermedad o aspecto de salud pública; tanto es así que ya se habla del “Dr. Google” y del “paciente informado”, alguien que no se conforma con el diagnóstico del médico y busca más información por su cuenta.

Pero de acuerdo a especialistas de la salud, no todo es confiable en Internet y a pesar de ello, hay gente que recurre a las “consultas gratis”, pues solo ponen el padecimiento que tienen o creen tener y el resultado les arroja un sinfín de posibles remedios, muchos de índole casera y naturales.

La principal motivación de estas “consultas”, a pesar de no representar una garantía de que realmente curarán su padecimiento, es que la gente se evita hacer filas en los centros de salud públicos o pagar por una atención privada.

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El Sistema de Salud en México comprende dos sectores: el público y el privado.

  • Dentro del sector público se encuentran el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en donde únicamente se atiende a la gente con registro laboral, mientras que la Secretaría de Salud a través de los Servicios Estatales de Salud (SESA) en donde opera el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) que suplió al desaparecido Seguro Popular.
  • El sector privado comprende: compañías aseguradoras y prestadores de servicios que trabajan en farmacias, consultorios, clínicas y hospitales privados, incluyendo a los prestadores de servicios de medicina alternativa.

La salud sí tiene precio

Costos de una consulta con un médico general:

Hospiten, 900 pesos

Con un especialista mil 300 y hasta dos mil pesos.

Hospital Galenia, 800 pesos (no incluye material)

Con médico especialista la consulta y estudios es de tres a cuatro mil pesos.

Quirúrgica del Sur, 450 pesos

Con un especialista de mil 500  hasta dos mil pesos.

Hospital General, se maneja con un tabulador que va desde los 100 hasta los mil pesos, adicionalmente los estudios, aunque muchas veces los familiares de pacientes aducen ser de bajos recursos y les descuentan hasta 70 u 80%.

Farmacia Similares, 50 pesos

Adicionalmente, si mandan a hacer estudios de laboratorio, eso se ve aparte y por lo regular la gente acude a lugares recomendados por los doctores, porque les hacen descuentos