Se encuentran en espera de mejores tiempos, tras décadas de sobreexplotación turística sin un crecimiento equivalente en servicios básicos, con cada vez más áreas naturales concesionadas bajo condiciones poco transparentes y la nula vigilancia de las autoridades ambientales

SALVADOR CANTO

Sometidas no sólo a una excesiva carga turística, sino también a una sobreexplotación de sus recursos naturales y un evidente aumento en la densificación de proyectos hoteleros con autorizaciones poco transparentes, lo cual provoca que acceder a los servicios básicos sea cada vez mucho más complicado, principalmente agua potable y energía eléctrica, son algunas de las problemáticas que enfrentan las principales islas de Quintana Roo, como son Isla Mujeres, Holbox y Cozumel.

Cunden, además, decenas de concesiones que dejan en evidencia una prolongada ausencia y actos de corrupción de autoridades ambientales, pues en los últimos años se han multiplicado todo tipo de construcciones a pesar de la existencia de instrumentos regulatorios, además de un claro acaparamiento de playas contempladas dentro de la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat), de las cuales se han apropiado muchos empresarios a pesar de ser ilegal.

Mientras tanto, en manos de diputados y senadores permanece la propuesta de un proyecto para establecer una Ley General de Islas que promueven empresarios de Cozumel y que serviría para el rescate de las islas en todos los sentidos, en beneficio de sus habitantes y desde luego de los turistas que visitan esos destinos.

En Cozumel se complica tener agua sin sal, la luz es más cara, el transporte es elevado y por ende salir es difícil y costoso para la mayoría de la población, mientras que en Holbox constantemente se padecen apagones y cada vez que llueve sus calles terminan encharcadas, en tanto que en Isla Mujeres uno de los principales padecimientos —una vez resuelto por el gobierno de Atenea Gómez Ricalde el monstruoso tiradero de basura frente al mar que dejó Juan Carrillo Soberanis— es la falta de atención para el saneamiento de sus aguas residuales.

Lo más lamentable de todo lo que ocurre dentro del marco de las islas turísticas de Quintana Roo, que incluye además otras como Contoy, es que existe un instrumento de regulación que en esencia debería ser favorable para evitar complicaciones en lo que respecta a su estabilidad, como es el caso de la Reserva de la Biosfera del Caribe Mexicano (RBCM), que comprende una superficie total de 5,754 hectáreas y cuyo decreto fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 7 de diciembre del 2016, luego de haber sido anunciado en el marco de la COP13 sobre Biodiversidad, que se llevó a cabo en Cancún en diciembre de ese mismo año.

Hasta la fecha y a pesar de contar con un Plan de Manejo, la RBCM no ha cumplido sus objetivos, que entre muchos puntos, establecía la regulación y protección de las islas de Quintana Roo.

Ley de Islas, propuesta que debe retormarse: empresarios

En septiembre del 2021, un grupo de empresarios de Cozumel con el respaldo de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Quintana Roo propuso ante la entonces nueva legislatura federal retomar la propuesta para la creación de una Ley General de Islas que no sólo otorgue incentivos para los habitantes insulares que les permita equilibrar las condiciones de desventaja económica, por su condición de espacios retirados del macizo continental, sino que además permita la articulación de elementos como la inversión, sustentabilidad, sostenibilidad, energéticos, conectividad y sobre todo el tema de servicios públicos.

“El principal objetivo y los ejes de esta iniciativa además del cuidado de los recursos naturales que tenemos porque obviamente no son renovables, es tener las mismas ventajas que tienen en el continente”, explicó a El Despertador de Quintana Roo Margarita Carbajal, presidenta nacional de la Federación de Empresarios Turísticos (Fetur).

Dejó en claro que, sin duda, por su condición las islas son las que más padecen las consecuencias en todos los sentidos por un incremento en la sobreexplotación de sus recursos y por ende, muchas veces no hay un respaldo de las autoridades.

“Nosotros estamos en el proceso de apoyar la propuesta que hizo el colectivo en Cozumel de la Ley de Islas y vamos en el camino de expandir la propuesta a nivel nacional en busca de un marco jurídico que sea adecuado a una Ley General de Islas Turísticas”, remarcó.

Adelantó que el próximo miércoles van a tener una reunión con el presidente de la Comisión de Turismo del Senado, Antonio García Conejo, con quien comenzarán a trabajar y a quien le propondrán mesas de trabajo para la articulación de esa propuesta.

Por su parte, Sergio León Cervantes, exdirigente estatal de la Coparmex y actual consejero nacional de relaciones interinstitucionales de la Fetur, dijo que hoy el tema ya fue retomado también por la diputada por Quintana Roo Anahí González, por lo que existe confianza en que se encaminará de nuevo.

“El tema ya estaba en la Cámara de Diputados y lo llevó precisamente Luis Alegre Salazar que en paz descanse, pero quedó solo como propuesta, hoy ya lo retomó Anahí y vamos a trabajar también con el Senado porque es urgente que se haga esta Ley General de Islas porque necesitamos tener un piso parejo y la oportunidad de explorar un tema de planeación en cuanto al drenaje, agua potable, la luz, las telecomunicaciones e incluso el internet”, expresó.

Insistió en que hoy el transporte ya tiene que ser considerado como un derecho básico, pues en las islas muchas veces no existe representación de oficinas gubernamentales, ni hospitales especializados, ni muchos otros servicios que los obligan a trasladarse al macizo continental para realizar trámites o atender una enfermedad, lo cual convierte al transporte marítimo en una necesidad esencial para los habitantes de cualquier isla del país.

Holbox, isla colapsada y devorada por la ambición

Visitar la isla de Holbox ya no es lo mismo para los turistas, pues a diferencia de hace 15 años, hoy ya se encuentran con playas concesionadas (privatizadas) y cerradas por dueños de hoteles remodelados y otros nuevos, construidos con permisos poco transparentes pese a la existencia de reglamentación basada en planes de manejo del Áreas Naturales Protegidas que rodean la zona como Yumbalam y la propia Reserva de la Biosfera del Caribe Mexicano.

“Lamentablemente hoy todo está privatizado y hasta clausurado, ahora las playas y calles son para los bares y clubs de los hoteles; las playas están llenas de pequeños comercios, antes había conchitas y ahora sólo encuentras basura, donde había arena ahora sólo hay construcciones improvisadas con cualquier tipo de material. Es una pena ver destruida la playa”, expresó el doctor Stephane Mathey, un francés especializado en temas de ruido y radicado en Holbox desde más de 18 años.

En plática con El Despertador de Quintana Roo, subrayó que el tema de la contaminación auditiva es algo que no es ni siquiera atendido por las autoridades, a pesar de que la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente establece que el ruido es una forma de contaminación, ya que al propagarse por el aire, el agua o el suelo, modifica los ecosistemas y daña la calidad de vida de las personas.

De hecho, un estudio reciente sostiene que la contaminación auditiva se ha vuelto tan intensa que está amenazando la biodiversidad de Holbox.

Todo lo anterior abona a que hoy la isla esté en un deterioro franco, además de que el aumento de población y comercios han hecho insuficientes el drenaje, la luz que a cada rato les falla, el agua y vivienda, aunado a que la alimentación ha incrementado estratosféricamente sus precios.

“Lo preocupante es que la isla en estos años ha sido destruida, pues todo lo que se genera en economía es para esas empresas que no aportan nada en beneficio de Holbox; en la isla se cuenta con un kínder, una primaria y una secundaria, ahora ya también para el grado de bachillerato, que no tiene un espacio propio. El parque y las áreas de juego están descuidados porque no existe una estructura para dar paso a la modernización de esas áreas”, insistió.

Recordó que frecuentemente se quedan sin agua, pero a pesar de ello, los recibos llegan puntualmente cada mes, con cobros exagerados.

Otros habitantes de la isla denunciaron que existe una polémica empresa que realiza trabajos para nivelación permanente de las calles, pues cada vez que llueve se encharcan y a pesar de que extraen mediante maquinaria el agua de las calles, ésta es depositada de forma directa en la playa, ante la falta de un control por parte de las autoridades.

También, pese a que cuentan con un Centro de Salud, nunca tienen medicamentos y no hay un doctor de planta que atienda la demanda tanto de los pobladores como de los turistas en caso de enfermarse en la isla, y así se puede enumerar una larga lista de servicios que ahora son insuficientes.

Hoy la imagen verdadera de la isla es desastrosa, con un crecimiento desarticulado y un desorden imparable, aunado a que se encuentra en Consulta Pública una serie de proyectos que aumentarán esta situación, como el Condo Hotel Kában Holbox, de acuerdo a la clave 23QR2022T0060 establecida dentro de la tramitología de la Semarnat, sobre el cual, al ser consultada la versión pública de la misma Gaceta ambiental, se pudo conocer que consiste en la preparación del sitio, construcción y, operación y mantenimiento de un proyecto de infraestructura turística.

Ausencia de autoridades, “cortesía” de la 4T

Como en todo el país, en Quintana Roo existe una evidente ausencia de autoridades ambientales, pues desde el inicio de la presente administración que encabeza Andrés Manuel López Obrador, dependencias como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la propia Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) fueron prácticamente desmanteladas en aras de la mal entendida austeridad.

De hecho, a casi cuatro años de gobierno de la 4T no se ha nombrado a delegados formales de ambas dependencias, pues hasta el momento se mantiene a encargados de despacho, como una prueba de la falta de interés del gobierno en materia ambiental. María Guadalupe Estrada Ramírez funge como encargada de la Semarnat y Humberto Mex Cupul de Profepa, en donde solamente se cuenta con dos inspectores.

Lo anterior explica la nula actuación para la atención de denuncias por tantos delitos en materia ambiental que se registran todos los días, pese a que Quintana Roo es considerado desde hace años como un estado proclive a la devastación ambiental como consecuencia del acelerado desarrollo turístico.

Para Vicente Ferreyra Acosta, director general de la organización Sustentur (Sustentabilidad + Turismo), “las instituciones ambientales en Quintana Roo están desmanteladas y por más denuncias e investigación que se interpongan, no se puede hacer mucho porque no hay los recursos económicos ni personal desde la administración (federal) anterior, y en ésta el presupuesto al medio ambiente va hacia abajo”.

Isla Mujeres, con serios problemas ambientales

A pesar de su cercanía con Benito Juárez, aunado a que cuentan con un “macizo” continental, el suministro de agua potable, drenaje y saneamiento son algunos de los mayores problemas que padecen los habitantes de Isla Mujeres.

Por ello, a mediados del presente año Aguakan se comprometió a que para brindar un servicio más eficiente en esas materias, construirá y pondrá en marcha una nueva planta de tratamiento de aguas residuales en Isla Mujeres, “beneficiando a la población y mejorando la calidad de vida de los isleños”, asegura.

La empresa Aguakan destaca que la construcción de dicha planta ha sido una de las mayores demandas de los isleños.

Sin embargo, por lo pronto el problema persiste y a este se le añaden los constantes “bajones” de electricidad, lo que ha comenzado a preocupar a las autoridades locales porque además no han comenzado los trabajos para la renovación de los cables submarinos que conducen la energía desde el macizo continental.

Otra de las complicaciones de Isla Mujeres es el almacenamiento de basura en el área de disposición de transferencia, pues aunque se logró abatir el tiradero a cielo abierto con cerca de 45 mil toneladas acumuladas, que se había convertido en un enorme riesgo ambiental generado por la indolencia de Juan Carrillo Soberanis, diariamente se recolectan alrededor de 200 toneladas de desechos.

Invertirá CFE para mejorar cables submarinos: Mara

Hace menos de un mes, la Comisión Federal de Electricidad anunció que más de 1,200 millones de pesos serán destinados para la instalación de tres cables submarinos que mejorarán el suministro eléctrico hacia las islas de Quintana Roo.

La propia gobernadora Mara Lezama dio a conocer que tras reunirse con el director federal de la CFE, Manuel Bartlett, se ratificó la puesta en marcha de estos proyectos.

El más grande es el cable Playa del Carmen-Chankaanab (Cozumel), con costo de 750 millones de pesos, para el cual se desplegarán en total 30.1 kilómetros de una línea de transmisión eléctrica, dividida en tres partes: un primer tramo subterráneo en el municipio, de Solidaridad, posteriormente el tramo submarino que correrá por el canal de Cozumel y finalmente el tramo subterráneo, en el subsuelo de la también llamada Isla de las Golondrinas.

“La línea de transmisión eléctrica tendrá una capacidad de 115 kilovoltios en un circuito, utilizando un cable 795 ACSR/AS”, se lee en la Manifestación de Impacto Ambiental ingresada apenas en septiembre pasado ante la Dirección de Impacto y Riesgo Ambiental, en donde se explica que el objetivo general de la obra es reforzar la infraestructura eléctrica y con esto satisfacer la demanda de los diversos sectores sociales y económicos, respecto al desabasto de energía eléctrica existente en la Subregión Centro preponderando el desarrollo económico mediante el abasto de energía constante para el sector industrial y de servicios.

Según la CFE, se verán beneficiados alrededor de 81 mil habitantes de Cozumel, además del sector turístico.

El segundo proyecto es el consistente en el remplazo del cable submarino que va de Punta Sam a Isla Mujeres y que consiste en la instalación de cuatro cables monopolares de media tensión con 48 fibras ópticas y 6.9 km de longitud.

“Para la ejecución de la obra se celebró un contrato por un monto de 277 millones 799,490 pesos”, detalla la CFE en la MIA que fue ingresada a evaluación ambiental en agosto de este mismo año.

“Actualmente el municipio de Isla Mujeres recibe la energía eléctrica desde la ciudad de Cancún, a través de cables submarinos con voltaje de operación de 34,500 volts. Estos cables se instalaron en el año de 1989 y para no operarlos con sobrecarga que acelerara su envejecimiento, se instalaron plantas de generación de energía”, describe.

“Con la instalación del cable submarino se da certeza al crecimiento a largo plazo en Isla Mujeres hasta 25 megawatts (MW), lo que representa un 78% adicional a lo actualmente instalado, renovando la infraestructura actual”, añaden.

Por último, está el cable submarino Chiquilá-Holbox, cuya inversión prevista por la CFE es de 200 millones de pesos, el cual tendrá una longitud de 8,992 metros, y se colocará a una profundidad de 50 centímetros en el sedimento marino de la Laguna de Yalahau, también conocida como laguna Conil, que forma parte del polígono del Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam, en el municipio de Lázaro Cárdenas, en el extremo norte de Quintana Roo.

La aprobación ambiental de este proyecto data de 2018 y se incluye una Subestación Eléctrica dentro del predio de la Central Diésel Holbox, que se mantendrá en reserva para generar energía ante eventuales fallas en el suministro del cable submarino.