La promesa presidencial de contar con servicios médicos públicos a la altura de países nórdicos, una fantasía cada vez más lejana; Gobierno de Quintana Roo se esfuerza para mitigar carencias; trasciende próximo relevo de Flavio Carlos Rosado en Sesa

SALVADOR CANTO

A pesar de las reiteradas promesas presidenciales de mejorar los servicios de salud hasta niveles incluso mejores que los que se prestan en los países nórdicos, a cinco años de la actual administración federal, México ha sido llevado a una verdadera crisis en materia de salud pública, donde predomina el desabasto de medicamentos, la carencia de médicos especialistas y en donde el proyecto de transformación de IMSS-Bienestar aún no aterriza en las entidades por temas de presupuesto y coordinación.

En Quintana Roo, en el primer trimestre del año se presentó un Diagnóstico de los Servicios de Salud del Estado, como parte de la implementación del plan de Salud IMSS-Bienestar en donde el propio director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, expuso que en la entidad hay alrededor de 854 mil personas sin Seguridad Social y que es la población potencial a atenderse en las instalaciones que actualmente operan los servicios estatales.

Ello ha propiciado que en los últimos meses y a pesar de que todavía no están del todo preparados, las atenciones se saturen en todas las unidades médicas, en donde se sigue careciendo de una infraestructura médica acorde a lo que significa Quintana Roo como estado turístico, el número de camas y quirófanos es insuficiente, existen incontables necesidades de equipamiento, equipos de Rayos X y resonancias magnéticas, pero sobre todo de personal en general y especialistas.

“Es mentira, el IMSS-Bienestar no opera bajo un esquema cien por ciento público y gratuito como lo asegura el gobierno, nos cobran todo y peor aún, si uno no tiene Seguridad Social, es peor porque en las clínicas del IMSS no te quieren atender y te mandan a los centros de salud o en el caso de Cancún, al Hospital General ‘Jesús Kumate’ en donde no hay personal”, señaló la señora Viridiana Manzanero, quien requiere hacerse unas tomografías y su cita se la dieron para después del 15 de septiembre.

El Despertador de Quintana Roo dialogó con personal que labora en el Hospital General, quienes a condición de mantener el anonimato admitieron que existe “todo un relajo con este tema del IMSS-Bienestar”, pues hasta el momento no tienen certeza en lo jurídico, en lo laboral y mucho en lo que respecta a la basificación que les fue prometida.

“Partiendo de ahí, ya hay complicaciones, pero a eso le sumamos que en las unidades médicas de la Sesa existen problemas de atención médica, desde urgencias, admisión continua, consulta externa de oncología pediátrica, hematología pediátrica y de adultos, gastroenterología, nutrición, psicología, tanatología, farmacia, quimioterapia ambulatoria, terapia intensiva pediátrica, radiología, imagen, rayos X, ultrasonido y laboratorio”, denunciaron.

Si bien esta problemática de rezago importante en material y equipos de salud es nacional y se padece desde hace varios gobiernos atrás, existe el compromiso de la administración actual de cambiarlo, pero hasta la fecha no lo ha logrado.

Ante esta problemática, el gobierno de Mara Lezama puso en marcha en abril pasado el programa Salud para Tod@s, que tiene el objetivo central de extender la cobertura de salud a todos los rincones del estado, a través de 42 unidades móviles de atención médica que recorrerán más de 300 comunidades de Quintana Roo en lo que resta del año, el cual ha superado hasta el momento las 100 mil atenciones médicas gratuitas.

Insabi, intento fallido

Desde el 25 de abril del año en curso, la Cámara de Diputados aprobó la reforma a la Ley General de Salud que consistió básicamente en desaparecer el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que era el remplazo del Seguro Popular y que tenía como objetivo proporcionar servicios de salud a las personas sin seguridad social.

Ese día, los congresistas avalaron que a partir de entonces todos los recursos, tanto en personal y de infraestructura, así como presupuestarios, obligaciones y población afiliada al IMSS-Bienestar, pasarían al nuevo proyecto del gobierno federal.

De acuerdo al Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), esta acción podría ser considerada como un fracaso de la política de salud del gobierno en turno, pues fue evidente que, desde su nacimiento, el Insabi padecía una seria carencia de reglas de operación, no tenía estructura orgánica ni los manuales de organización y procedimientos, además de que las reglas de operación del Fondo de Salud para el Bienestar seguían en proceso de autorización y revisión.

De hecho, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señaló que, hasta agosto de 2020, el Insabi no contaba con reglas de operación, a pesar de haberse puesto en marcha en enero del mismo año.

A decir del IMCO, tal situación evidenció que el Insabi fue fruto, más que de un proyecto bien estructurado que tomara en cuenta la realidad mexicana, de una consigna presidencial, una idealización o un simple capricho que no alcanzó a prever la afectación que sufriría la población sin seguridad social a consecuencia del vacío entre el cambio del Seguro Popular al Insabi, agravando la situación del país justo cuando se encontraba en plena pandemia por covid-19 y era imperativo que todo el sistema de salud pública funcionara de la mejor manera posible.

De hecho, la desaparición del Insabi ya estaba tomando forma desde 2021, cuando en la propuesta del Proyecto de Egresos de la Federación (PEF) 2022 se incrementaron al doble los recursos del IMSS-Bienestar (antes IMSS-Coplamar), en detrimento del Insabi, que aún prolongó su agonía durante algunos meses.

IMSS-Bienestar, más complicaciones que soluciones

El proyecto de transformación de IMSS-Bienestar que ha puesto en marcha el gobierno federal con el objetivo de “mejorar” los sistemas de salud en el país –que en el caso de Quintana Roo se habla de que beneficiará a 854 mil personas sin Seguridad Social–, aún no cuaja debido a las carencias que padece desde hace muchos años el sistema de salud pública.

Tan solo en Cancún, un derechohabiente que acude a una clínica del Seguro Social para recibir atención médica tiene que atravesar una verdadera odisea únicamente para obtener un lugar en el consultorio familiar que le corresponde.

“Vine desde las cinco de la mañana a hacer fila, porque nos dicen que solo entregan tres fichas para atención con el médico familiar, que es el único que puede autorizar que me manden a hacer estudios, pues ya tengo varias semanas con un dolor de cabeza que se vuelve insoportable”, platicó el pasado fin de semana el derechohabiente Luis Manzanilla.

Mucha gente reclama que en nada ha cambiado la atención que había en gobiernos federales anteriores al actual, que ya lleva cinco años, a pesar de las promesas repetidas una y otra vez de que se tendrán servicios médicos “mejores que en Dinamarca”.

De hecho, en las diversas clínicas del IMSS se sigue reportando carencia de medicamentos y falta de médicos especialistas, además todavía hay personal que mantiene una actitud de maltrato a los derechohabientes.

“Honestamente estamos muy lejos de alcanzar lo que promete el presidente, no hay medicamentos, no hay especialistas, tenemos que esperar hasta tres meses para que nos canalicen a hacer estudios y dos semanas más para volver con el médico familiar para que revise los resultados y de ahí otros dos o tres meses más, si es que seguimos vivos para ver qué procede con nuestro padecimiento”, lamentó la señora Karina Carbajal.

En Quintana Roo existen 205 unidades consideradas de Primer Nivel, además 124 rurales que son de consulta de Medicina General, 46 Centros de Salud urbanos, 17 Unidades de Especialidades Médicas (Uneme) y 60 unidades móviles ––incluyendo las 42 recientemente puestas en marcha a instancias de la gobernadora Mara Lezama–, además de cinco hospitales generales del Segundo Nivel.

Sin embargo, la realidad es que todavía no se refleja el mejoramiento en los servicios como lo prometió el gobierno federal de la Cuarta Transformación.

Ante esta situación, la ciudadanía se ha visto obligada a recurrir a atención médica en los consultorios de las farmacias Similares o del Ahorro o, de contar con las posibilidades económicas, a las clínicas privadas, aunque tengan que pagar, porque obtener atención en los servicios de salud públicos sigue siendo un auténtico viacrucis.

Trasciende relevo de Flavio Carlos Rosado en Sesa

En medio de fuertes polémicas y a casi un año de haber asumido el cargo, trascendió que Flavio Carlos Rosado presentaría en las próximas semanas su renuncia al cargo de secretario estatal de Salud y en su lugar podría ascender el actual encargado de la Jurisdicción Sanitaria Número Uno de Chetumal, Lino Alonso Guzmán Domínguez, titulado por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), quien tiene varios años en la dependencia, en donde ha ocupado otros espacios en gobiernos anteriores, como encargado de la Subdirección de los Servicios de Salud en Quintana Roo, subdirector de Prevención y Promoción de la Salud, director del Hospital General de Zona con Medicina Familiar del IMSS de Chetumal y jefe del Departamento de Enfermedades No Transmisibles, entre otros.

Dicho relevo se daría como consecuencia de la lentitud con que avanza la modernización y, por ende, la atención en los sistemas de salud en la entidad y en donde el trabajo del aún titular de la Sesa no ha sido el esperado.

Flavio Rosado asumió el cargo el 26 de septiembre de 2022 y es probable que su cambio se concrete una vez que se presente el primer informe de gobierno; cabe señalar que diversos trabajadores de la dependencia estatal, con quienes El Despertador de Quintana Roo pudo platicar, coincidieron en que a nivel interno se habla de que la salida del funcionario es casi un hecho, sobre todo porque, además, no ha mantenido buena relación con los trabajadores de salud, a pesar de que el día que asumió el cargo se comprometió a que trabajaría en equipo para mejorar la calidad de vida de los quintanarroenses.

Sin embargo, mantuvo un distanciamiento con el personal y, por ende, dejó de atender las necesidades de los centros de salud urbanos, además de que no cumplió con reforzar la atención médica en las islas como Holbox, donde prácticamente está prohibido enfermarse los fines de semana.

De hecho, mucha gente mantiene la queja de que hace falta personal y medicamentos en los centros de salud, donde el aún titular de la Sesa no se ha parado desde que asumió el cargo.

Cabe señalar que la llegada de Flavio Carlos Rosado a los Servicios Estatales de Salud, luego de fungir como delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social en Quintana Roo y director general del DIF municipal de Cancún, causó polémica desde que se filtró que asumiría el cargo, y una de las instancias que se opusieron fue el Colegio de Médicos de Quintana Roo, pues ellos proponían que el puesto fuese ocupado por un doctor y no por un administrativo.

En ese contexto, de confirmarse la salida de Flavio Carlos Rosado y su relevo por Lino Guzmán Domínguez, se cumpliría con esta propuesta, al ser galeno de profesión e incluso formar parte de la directiva del Colegio de Médicos en su actual período 2022-2025, en la secretaría de asuntos jurídicos. 

Quintana Roo en contingencia por aumento de dengue

Quintana Roo suma ya dos mil 154 casos y tres muertes confirmadas por dengue en lo que va del año, lo que mantiene al estado en el primer lugar nacional en incidencia de la enfermedad, según el “Panorama Epidemiológico Dengue 2023”, emitido por la Secretaría de Salud federal.

Estas cifras podrían subir en las próximas semanas, pues la tendencia sigue al alza, dado que hasta la semana anterior la entidad tenía confirmados mil 966 contagios y lo peor es que, con las lluvias de los últimos días, existen altas probabilidades de que se reproduzcan más moscos.

Hasta el reporte de la semana 33, Quintana Roo ya había rebasado el pico más alto en los últimos cinco años, siendo el 2019 el que más incidencia había presentado, con mil 950, por arriba del 2020, año en que se contabilizaron apenas 228.

Actualmente, a nivel nacional, se contabilizan 11 mil 223 pacientes por dengue, 13 muertes y 147 fallecimientos que podrían ser a consecuencia de este virus.

El Despertador de Quintana Roo platicó con trabajadores del área de vectores, quienes mostraron su preocupación debido a que internamente se maneja ya el término de “contingencia”, debido al alto número de contagios de dengue en municipios como Benito Juárez y Puerto Morelos, además de la isla de Holbox.

De hecho, Quintana Roo será de los primeros estados del país en los que se instale un programa emergente denominado «comandos contra el dengue», lo que deberá llevarse a cabo entre el 4 y el 11 de este mes de septiembre.

Sin embargo, ante esta problemática, el personal de vectores aseguró que desde hace varios meses existe carencia de insumos y equipos, y denunció además que el gobierno federal envió brigadas de apoyo y recursos para la contratación de al menos 100 personas por un lapso de tres meses, “pero la gente que operó ese programa solo requirió 50 durante un mes y se maquillaron las cifras”, lo que contribuyó al incremento desmesurado de casos, afirmó uno de los declarantes.

Más de 100 mil atenciones médicas con Caravanas de Salud: Mara

En ese contexto, los esfuerzos de la gobernadora Mara Lezama Espinosa en busca de paliar esta problemática no han cejado, y apenas el pasado jueves anunció desde Felipe Carrillo Puerto que las Caravanas de Salud implementadas por el Gobierno de Quintana Roo alcanzaron las 100 mil atenciones gratuitas a la ciudadanía en un lapso de poco más de cuatro meses.

Explicó que este programa, que inició el pasado 12 de abril en la comunidad de Chumpón, lleva equipos especializados a través de las caravanas médicas móviles a todos los rincones del estado, “y en especial a la gente que por mucho tiempo estuvo olvidada”, subrayó.

Recordó que “me comprometí a traer gratuitamente médicos, especialistas y tecnología de punta a las zonas más apartadas de nuestra entidad para que la gente obtuviera un diagnóstico temprano y la orientación necesaria para mantener o recuperar la salud y lo estoy cumpliendo”.

“Con estas Caravanas de Salud llevamos prácticamente a las puertas de sus casas análisis de laboratorio, mastografías, rayos X, electrocardiogramas, densitometrías, exámenes de la vista y oído, entre otros servicios, que incluyen hasta el abasto de las medicinas”, detalló.