El volumen global cayó7% respecto al año pasado, de acuerdo con las primeras estimaciones de organizaciones especialistas en el tema

DIJON.- La producción mundial de vino cayó este año a su nivel más bajo en seis décadas a causa de una sucesión de heladas, sequías y fuertes lluvias, con retrocesos abultados en Sudamérica y España, según informó la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).

El volumen global cayó en 2023 un 7% respecto al año pasado, de acuerdo a las primeras estimaciones de la OIV sobre este año.

Francia mantuvo estable su producción y vuelve a ser el mayor productor mundial en volumen, por delante de Italia, donde la producción cayó 12%, y España (-14%).

Todos los grandes países sudamericanos productores de vino registraron una caída significativa de la producción respecto al año anterior.

En Chile, que es el primer productor del hemisferio sur, el volumen de vino es 20% inferior a la alta producción del año pasado y 18% inferior a su media quinquenal. La cosecha se vio gravemente afectada por incendios forestales y sequías.

En los valles del centro de Chile, tierra del Carmenere, el Cabernet Sauvignon o el Merlot, los productores de vino cosechan de noche, recurren al estiércol de caballo y rescatan viejas técnicas para enfrentar la falta de agua y los embates del clima.

Después de más de una década de sequía, los viticultores de los valles de Colchagua y Cachapoal, una de las regiones con mayor producción de vino en Chile, a unos 200 kilómetros de Santiago, aprendieron a convivir con menos agua.

«Estamos retornando a prácticas que probablemente teníamos antes, pero en una escala mayor y de forma sistemática», dijo Soledad Meneses, jefa de comunicaciones de viña Conosur, filial de Concha y Toro, el mayor productor de América Latina.

También afectada por heladas primaverales y granizadas, la producción de vino de Argentina sólo alcanzó los 8.8 millones de hectolitros (-23%). Esto representa uno de los volúmenes más bajos registrados en su historia.

La producción cayó también con fuerza en Brasil (-30%) y en Uruguay (-34%), según las primeras estimaciones de la OIV.

Entre los otros grandes productores de vino del hemisferio sur, Australia sufrió un desplome de su producción de 24% y Sudáfrica de 10%.

España se mantiene como tercer productor mundial, con un volumen estimado de 30.7 millones de hectolitros, el más bajo de los últimos 20 años, como consecuencia de una grave sequía y temperaturas extremas que golpearon fuertemente a las viñas.

Fenómenos dispares

Los fenómenos que afectaron a los viñedos este año son muy dispares y aún no se ha demostrado que estén directamente relacionados con el cambio climático, según Iñaki García de Cortazar-Atauri, del instituto de investigación agrícola Inrae.

Las consecuencias de las fuertes lluvias en Italia, por ejemplo, también están relacionadas con la artificialización de las tierras, explicó este especialista en el impacto del cambio climático en la agricultura.

Pero, «constatamos que cada vez hay más fenómenos extremos recurrentes», como olas de calor o lluvias torrenciales en determinadas zonas, además de algunas plagas conocidas desde hace tiempo, como el mildiu.

El problema de escasez de agua ha llegado a tal extremo en los países del sur de Europa, que los agricultores, que son los mayores consumidores de recursos hídricos, se enfrentan a pie de calle con grupos ambientalistas.

Se espera que la producción total de vino alcance entre 241 y 246 millones de hectolitros, según la información recogida por la OIV en 29 países que representan el 94% de la producción mundial.

Algunos países registraron un aumento de la producción, empezando por Estados Unidos (+12%), que mantuvo su posición de cuarto productor mundial, gracias a temperaturas frescas y abundantes lluvias invernales en las regiones vinícolas de Napa y Sonoma.

Sin embargo, el descenso de la producción no es necesariamente una mala noticia, según la OIV, que apunta:»Con un consumo mundial en declive y elevadas existencias en muchas regiones del mundo, la baja producción prevista podría reequilibrar el mercado mundial».

Las cifras anuales deben tomarse con precaución, concluyen desde la asociación intergubernamental, puesto que aún no hay están disponibles los datos para China y algunos otros países.