307, carretera de la muerte… – Así nos vemos
22 Feb. 2024Edgar Prz
En los últimos días las carreteras del estado se han cubierto de sangre, muchos accidentes y más numerosa es la cantidad de muertos que esto ha ocasionado. Las carreteras presentan deterioro debido al elevado flujo vehicular, súmele a esto las legiones de camiones de carga, tráileres de mercancía y la lluvia de volquetes y góndolas empleados para las obras del Tren Maya.
Hace años que no reciben mantenimiento, que no las reparan, las carreteras son una muestra más del olvido de las autoridades. Al principio de este sexenio, la SCT se hacía cargo del cuidado, atención con brigadas de trabajadores que estaban pendientes de los tramos y en las carreteras domésticas, o sea las que comunican las diferentes poblaciones, están en peores condiciones.
La SCT fue sustituida en la carretera 307 por Fonatur, ya que esta dependencia veía las obras, después le retiraron la responsabilidad y se la asignaron a la Sedena, que es la constructora favorita del sexenio y no se da abasto con tantas funciones asignadas…
El Gobierno Federal retiró, sin medir las consecuencias, lo que llamaban “empleo temporal”; era una manera en que los campesinos eran incluidos en este programa para limpiar de maleza las orillas de las carreteras y con ello evitar accidentes, además derramaba unos recursos económicos para esas familias… Todo lo sustituyó, según ellos, ya que a los campesinos les creó el programa “Sembrando el Futuro” y se olvidaron de esos apoyos temporales, abandonando por completo la limpieza de los caminos.
El estado fue inundado de obras que requerían traslado de material pétreo, sascab, de relleno y otros. Las carreteras fueron tomadas por hordas de volquetes, góndolas, tráileres y se volvieron altamente peligrosas por la alevosía, el descuido, el valemadrismo de los operadores de estos monstruos que no respetan carriles, menos medidas de seguridad. Se sienten amos y dueños de las carreteras solapadas porque le trabajan a la Sedena…
Nadie los vigila, nadie les pone un alto y por ello los accidentes son todos los días. La carretera 307 es un asco, una verdadera tortura es transitar por ella, en el tramo de Bacalar hacia el Norte, hacia Cancún hay fisuras, hundimientos, baches, rotura de partes, residuos de material que se han endurecido sobre la vía y los automovilistas sufren este atropello con sus vehículos.
La gente está padeciendo por cuellos de botella, ahora en la zona de Huay Pix hay varios tramos cubiertos por maquinaria, carretera cortada y hay que andar con extremo cuidado, no hay respeto por los operadores de los volquetes, el andar es lento, tedioso, fastidioso, molesto, se pierden horas por los congestionamientos y la gente se pregunta: ¿Cuánto dinero fue invertido? ¿En qué nos beneficiará?
Urge que las autoridades destinen un presupuesto para la reparación de esta vía, la 307, a la par de la modernidad hay que atender lo que tenemos. La seguridad de la gente está en riesgo y parece que a la autoridad solo le interesa que la gente tribute, pague impuestos y de lo demás se olvida. No se debe seguir ofertando al estado como un paraíso de sol y de arena, cuando sus caminos de acceso están para llorar.
Mucho abandono, mucha apatía y las condiciones en lugar de mejorar empeoran. El camellón central de Tulum a Cancún está lleno de maleza, enhierbado, lo que no permite la visibilidad y afea todos los frentes de los centros de hospedaje, esas son las primeras impresiones que recibe el turista. El Imoveqroo no cumple con sus funciones, no revisa, solo extorsiona y los chóferes de las combis y autobuses saturan sus vehículos, los traen más allá de su capacidad y quién los limita, quién los vigila; por eso, cuando se dan los accidentes la primera sorpresa es el número de afectados, todos andan con sobrecupo y la vida de los pasajeros está en constante peligro.
Hay mucho por hacer, mucho por corregir y hay que decirles a las autoridades que se bajen de su nube y perciban la realidad, que dejen de soñar, podrían tener un abrupto despertar. Trabajo hay, solo falta que lo realicen, ¿no lo cree usted?
Mejor seguiré caminando y cantando: “cada día por la carretera, noche madrugada entera y mi amor aumenta más. Prendo mis faroles para iluminar la oscuridad, yo sé, hey, voy corriendo en busca de ella, corazón tan disparado, pero yo voy con cuidado, no me arriesgo en marcha suelta…”