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PARÍS.- Un reciente informe del Grupo de Evaluación Científica del Protocolo de Montreal revela que la capa de ozono podría alcanzar los niveles que tenía en 1980 para el año 2066. Este optimismo ha sido respaldado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que destacan el éxito de los esfuerzos globales en la protección de este recurso vital.

Aunque se anticipa que la recuperación total se logre en 2066, se prevé que algunos avances se noten antes. En particular, se estima que el agujero de ozono en el Ártico podría cerrarse entre 2040 y 2045, marcando un progreso significativo en la reversión de los daños causados.

El problema de la capa de ozono fue identificado por primera vez en 1980, lo que llevó a la firma del Protocolo de Montreal en 1987. Este tratado internacional fue fundamental para eliminar gradualmente sustancias dañinas, como los clorofluorocarbonos (CFC), y ha servido como modelo de cooperación global en el ámbito ambiental.

A pesar de que el tema de la capa de ozono ha pasado a un segundo plano frente a otros problemas ambientales, los esfuerzos internacionales han demostrado ser efectivos. Además, la Enmienda de Kigali de 2016 amplió el Protocolo para incluir la regulación de hidrofluorocarbonos (HFC), que, aunque no afectan directamente la capa de ozono, contribuyen al calentamiento global. La continuidad de estos compromisos ofrece esperanza para el futuro del planeta.