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PARÍS.- El 22 de octubre, un pequeño asteroide identificado como 2024 UQ impactó la atmósfera terrestre sobre el océano Pacífico, cerca de California, pocas horas después de haber sido detectado. La Agencia Espacial Europea (ESA) informó que el asteroide fue descubierto por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) de Hawái cuando ya estaba en una trayectoria de colisión.

El sistema ATLAS logró capturar imágenes del objeto en dirección hacia la Tierra, pero debido a su ubicación, fue identificado como un asteroide apenas unas horas antes del impacto. Para cuando la información llegó a los sistemas de monitoreo de impacto, el asteroide ya había chocado con la atmósfera.

Aunque incidentes como el de 2024 UQ pueden sonar alarmantes, la ESA aclaró que no son raros. En 2024, se han registrado otros dos objetos pequeños que impactaron la atmósfera sin consecuencias graves, desintegrándose antes de alcanzar la superficie. Además, la NASA estima que diariamente caen sobre la Tierra más de 100 toneladas de partículas pequeñas y que objetos del tamaño de un automóvil chocan anualmente, produciendo bolas de fuego que se queman en la atmósfera.

A pesar de los múltiples sistemas de monitoreo, como ATLAS y otros proyectos en desarrollo, eventos como el impacto de 2024 UQ subrayan la necesidad de seguir mejorando la detección de Objetos Cercanos a la Tierra (NEO) para reducir los riesgos ante posibles amenazas mayores.