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BUDAPEST.- Un estudio realizado en Hungría revela que tener un perro no solo mejora el bienestar emocional, sino que también puede contribuir a una vida más larga y saludable. Según la investigación, más del 36% de los propietarios de perros experimentan beneficios sociales gracias a la compañía de sus mascotas, lo que fortalece sus relaciones interpersonales. Además, muchas personas consideran a sus perros como miembros clave de su familia, superando a veces la importancia de otras personas en su entorno.

Más allá de la conexión emocional, la relación con un perro tiene efectos positivos sobre la salud física. La Asociación Estadounidense del Corazón ha demostrado que los dueños de perros suelen mantenerse más activos físicamente y enfrentan menos niveles de estrés. Este estilo de vida activo reduce en un 33% el riesgo de enfermedades graves como ataques al corazón, derrames cerebrales y diabetes.

Adicionalmente, la interacción con un perro puede disminuir la presión arterial alta y el riesgo de hipertensión, especialmente en niños y personas mayores. También se ha comprobado que los perros ayudan a aliviar los efectos del trastorno de estrés postraumático (TEPT), reduciendo la ansiedad y la soledad en quienes lo padecen.

En resumen, no solo el amor incondicional que ofrecen los perros beneficia a sus dueños, sino también su capacidad para mejorar la salud física y emocional, haciendo que vivir con ellos sea una opción que favorece una vida más saludable y feliz.