Pese a su rotundo éxito internacional como el principal destino turístico de México, ante las numerosas problemáticas que enfrenta es preciso abordar, de manera conjunta, la disyuntiva de seguir creciendo indefinidamente o enfocar los esfuerzos en mejorar la infraestructura y los servicios existentes, que garanticen una mejor ciudad para sus residentes y visitantes

SALVADOR CANTO / EQUIPO DE INVESTIGACIÓN DE EL DESPERTADOR DE QUINTANA ROO

Entre claroscuros y con un interminable listado de pendientes de la agenda política que ha crecido considerablemente en la última década, Cancún, cuyo éxito turístico es reconocido a nivel nacional e internacional, llegó este 20 de abril a 54 años de su fundación, una edad en la que los achaques cada vez han sido más constantes, producto de una ciudad que mantiene un crecimiento al amparo de un desorden urbano, una desigualdad social cada vez más marcada y una serie de problemáticas como la inseguridad, cuyos temas ya son atendidos de forma insistente por el gobierno del Estado.

Si bien en los últimos años las autoridades han tomado como bandera el acortamiento de la brecha de desigualdad y el enorme contraste entre la pujante zona hotelera que es la cara turística ante el mundo y la zona urbana popular con su evidente cinturón de pobreza, la realidad es que se ha avanzado muy poco porque, a decir de Carlos Brown Solá, director de conocimiento y justicia fiscal de Oxfam México, se necesita más que voluntad política para poder avanzar. 

FOTO GABRIEL JACOME
FOTO GABRIEL JACOME

“Cancún es una ciudad profundamente desigual; la inclusión de nuestra sociedad está marcada por la zona dónde vives en la sociedad”, comentó.

Prueba de lo anterior es que todavía cientos de trabajadores que son considerados el motor que mueve la industria turística, es decir, los encargados de atender a los visitantes en los lujosos hoteles y restaurantes, viven hacinados con sus familias en deficientes viviendas de interés social y otros más en las 127 colonias irregulares que conforman la megalópolis de la ciudad, donde ni siquiera cuentan con drenaje ni agua potable, además de que padecen problemas de transporte, alumbrado público, pavimentación e inseguridad.

Si bien Cancún es un producto turístico muy exitoso, la realidad es que a 54 años de su fundación no se les ha dado a sus habitantes las condiciones de vida planeadas, lo que convierte al destino en un paraíso para los visitantes y un constante asedio de carencias básicas para la mayor parte de sus pobladores.

¿Consolidación o seguir creciendo?

Hace 54 años el gobierno federal declaró a Cancún como el primer Centro Integralmente Planeado (CIP) para promover el turismo en el país. A partir de ese momento, el municipio denominado Benito Juárez comenzó su transformación en el destino más importante de México, que actualmente concentra cerca de 40% de los alojamientos en Quintana Roo, con cerca de 40 mil cuartos hoteleros.

De acuerdo con el último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), realizado en el 2020, el municipio contaba con 911 mil 503 habitantes, y a cuatro años de distancia es probable que la cifra ronde ya el millón de pobladores, sin considerar la población flotante de turistas y migrantes. 

Para Jesús Almaguer Salazar, presidente de la Asociación de Hoteles, la pregunta sobre si Cancún debe seguir creciendo o consolidar lo que ya existe es un tema complejo que implica considerar varios factores. 

En entrevista con El Despertador de Quintana Roo dijo que son varias perspectivas las que se tendrían que tomar en cuenta y una de ellas es la sostenibilidad.

“El crecimiento continuo puede seguir teniendo consecuencias negativas para el medio ambiente y los recursos naturales de la región, especialmente en un área costera tan frágil como Cancún y por eso es importante equilibrar el desarrollo económico con la conservación ambiental, para garantizar la sostenibilidad a largo plazo”, explicó.

A manera de ejemplo, señaló el caso del proyecto inmobiliario Península Cancún que se pretende construir sobre lo que actualmente es el campo de golf Pok Ta Pok, el cual es inviable debido a la sobredensificación y el impacto ambiental que generaría, especialmente en el sistema de drenaje, por lo que se debe evitar a como dé lugar.  

En lo que respecta a la zona urbana, mencionó que el crecimiento descontrolado refleja problemas cada vez más serios como la congestión del tráfico, la escasez de vivienda asequible y la sobrecarga de servicios públicos como el agua y la energía. 

Por ello, apuntó que consolidar lo que ya existe tanto en infraestructura turística como en la regularización del crecimiento de la ciudad podría permitir una mejor calidad de vida para los residentes actuales, mejorando la infraestructura y los servicios existentes, en lugar de expandirse indefinidamente y en completo desorden.

En última instancia –resaltó–, encontrar un equilibrio entre el crecimiento y la consolidación es crucial para el desarrollo sostenible de Cancún. Esto requerirá una planificación cuidadosa, la participación de la comunidad y la consideración de múltiples intereses para garantizar un futuro próspero y equitativo para todos.

Los claros y oscuros de Cancún 

El principal claro de Cancún es sin duda la vocación turística, que ha sido fundamental para el éxito desde su concepción, lo que ha redundado en logros como ser líder en generación de empleo, derrama económica, inversiones, operaciones aéreas e incluso, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es la tercera ciudad con la mayor recaudación del país, solo detrás de Querétaro y Chihuahua.

El éxito de Cancún es ampliamente reconocido a nivel internacional como un destino turístico de primer nivel, cuya marca se asocia con lujo y diversión, lo que atrae a millones de visitantes cada año.

Sin embargo, a pesar de esta condición positiva, Cancún está lejos de ser considerada como una ciudad feliz al no cumplir con los criterios que establecen estudios como el Índice de Ciudades Felices, elaborado por el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) en años recientes, así como las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Los indicadores que miden la felicidad de una ciudad en México se basan en varios factores que, en conjunto, ofrecen una medida del bienestar y satisfacción de sus habitantes, los cuales incluyen seguridad pública, calidad de los servicios municipales, vivienda asequible y de calidad, entorno natural y conservación del medio ambiente, cohesión social y sentido de comunidad, acceso a cultura y recreación, movilidad y acceso a transporte público, y eso no lo cumple Cancún.

Por el contrario, es importante señalar que la cercana Mérida destaca en la última estadística a nivel nacional como una de las ciudades más felices de México, al cumplir con índices superiores de seguridad, un alto nivel de calidad de vida, riqueza cultural, economía y empleo a la alza.

Es así que si bien el éxito de Cancún es innegable, también enfrenta desafíos como la gestión del crecimiento urbano, la preservación ambiental y la equidad social, además de que este 2024 la administración municipal enfrentará en coordinación con el gobierno del Estado la atención y mantenimiento de la zona hotelera, debido a la desaparición del Fondo Nacional de Turismo (Fonatur), por lo que abordar estos desafíos de manera efectiva será crucial para garantizar un desarrollo sostenible y equitativo.

Uno de los principales problemas es que, a lo largo de sus 54 años de historia, las autoridades han sido omisas para frenar el desarrollo urbano desordenado de Cancún, producto del rápido crecimiento registrado en las últimas décadas, convirtiéndose en una ciudad cosmopolita donde ha crecido la inseguridad, la desigualdad social, a pesar de la prosperidad económica generada por el turismo.

Además, hace falta que se haga valer el decreto presidencial emitido el 20 de octubre de 2020 en torno al acceso a las playas públicas, pues los hoteles la mantienen privatizadas.

La dependencia del turismo es un riesgo

La vocación turística de Cancún quedó marcada desde su creación y ha generado una completa dependencia de la llamada industria sin chimeneas, pues no existe una diversificación económica.

Así, el turismo se ha convertido en la parte medular de la economía de Cancún y depender en exceso de ello ha derivado en consecuencias terribles en dos momentos específicos: la epidemia de la llamada “gripe porcina” H1N1 en el 2009 y la pandemia por COVID-19 en el 2020, que paralizaron por completo la actividad turística, derivando en serios problemas por el cierre de los hoteles y cancelación de vuelos, lo que dejó sin ingresos a miles de familias.

Es, por ello, esencial que las autoridades desarrollen proyectos que permitan diversificar la economía para incluir otros sectores como la tecnología, la educación o la manufactura, que podrían ser beneficiosos para reducir la dependencia del turismo y crear empleos más estables, variados y mejor remunerados.

División de Cancún y Benito Juárez, intentos fracasados

Como ejemplo de la marcada segmentación que existe en las dos caras de Cancún, tanto autoridades como empresarios han buscado en los últimos años establecer una división oficial entre la zona hotelera y la zona urbana, sin que sus propuestas hayan tenido éxito.

Durante su administración, Gregorio Sánchez Martínez propuso que el nombre del municipio debía ser cambiado oficialmente a Cancún, debido a que nadie usaba Benito Juárez para identificar la ciudad, pero fracasó en su intento.

También la ahora gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama Espinosa, propuso ese cambio con el objetivo de aprovechar al máximo la marca “Cancún”, pero la idea tampoco prosperó.

En el 2017, los hoteleros hicieron la propuesta de pedir formalmente a los medios de comunicación locales no convertirse en “voceros de los grupos delictivos” y eliminar la palabra Cancún de las notas relacionadas con la inseguridad, sobre todo si los hechos delictivos ocurrían en la parte urbana que se llama Benito Juárez, aduciendo que se dañaba la imagen turística del destino.

Recientemente, el Observatorio Legislativo de Quintana Roo propuso que la zona hotelera de Cancún se dividiera del resto de la ciudad y se creara una alcaldía. Dicha iniciativa surgió a raíz del anuncio de la transferencia del mantenimiento de los centros adscritos al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) a los municipios, entre ellos Benito Juárez, para que estos se hagan cargo de los servicios que ha venido proporcionando desde su creación.

Dicha proposición fue considerada por los hoteleros como “fuera de lugar”, al considerarlo un tema de interés político, que “no se iba a permitir”.

Festejos selectivos, sin mayor relevancia 

Para la celebración del 54 aniversario de la fundación de Cancún, las asociaciones de “Pioneros” y “Fundadores” se dieron a la tarea de coordinarse con las autoridades municipales para el desarrollo de diversas actividades, que se llevaron a cabo únicamente en zonas específicas del centro de la ciudad con algunos grupos selectivos, sin que una vez más se tome en cuenta a los “héroes desconocidos” que no solo fundaron Cancún, sino que le comenzaron a dar vida, como fueron los primeros albañiles, camaristas, cocineros, taxistas, entre otros, convertidos en la fuerza laboral de la zona urbana.

Y como ha ocurrido en los últimos aniversarios se evidenció la falta de compromiso de las agrupaciones para, más allá de los festejos, exigir que Cancún comience ya no solo a tener identidad propia, sino a atender y resolver las verdaderas prioridades de una ciudad que continúa en crecimiento, como los problemas en materia de salud, ordenamiento urbano, inseguridad, pavimentación, alumbrado público, entre otros.

Es por ello que los festejos organizados no representaron mayor importancia ni beneficio para Cancún; además, en redes sociales se evidenciaron discrepancias entre organizadores y participantes, con numerosos reclamos a los primeros, precisamente por lo selectivo de las actividades y la presentación de un libro donde figuran varios personajes que nada tienen que ver con la historia y fundación de la ciudad.

Mientras tanto, Cancún se mantiene como una ciudad de esperanzas para mucha gente de otros estados que sigue migrando, atraída por la posibilidad de obtener un empleo y lo sencillo que resulta, en comparación con sus lugares de origen, acceder a un terreno o vivienda, aunque carezcan de servicios elementales.

Es de destacar que la fundación de Cancún fue estipulada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) mediante el decreto del 10 de agosto de 1971; sin embargo, por cultura popular se tomó la fecha de creación como el 20 de abril de 1970.

Pese a leyes, hoteles lucran con vestigios

Otro de los problemas que los gobiernos han dejado pasar en estos 54 años de historia de Cancún es la regulación de sus zonas arqueológicas, pues se ha permitido que hoteles lucren con los vestigios mayas.

Por ejemplo, el hotel Hyatt Ziva, localizado en Punta Cancún, se ha adueñado del denominado “templo del acantilado”, que en algún momento fue conocido como “templo del hotel Dreams”, pero que originalmente se llama Punta Ni’Kú a donde no hay acceso, así como tampoco al faro que se ubica en esa zona. 

Otros hoteles que lucran con ruinas son el Park Royal y el Westin Laguna, frente al centro comercial La Isla, que privan a la comunidad del disfrute de uno de los templos más importantes de Cancún: la zona arqueológica Yamil Lu’um o “templo del alacrán”, que es una estructura con mucho valor religioso, que representaba para los viajeros un punto clave para cruzar por la Laguna Nichupté y acortar el viaje a Isla Mujeres.

También en el hotel RIU Palace, ubicado en el kilómetro 5.5, se encuentran los montículos mayas “Villas Tacul”, donde no se permite el acceso del público.

En tanto que en Pok Ta Pok, que alberga dos construcciones mayas que llevan el mismo nombre, su acceso es demasiado restringido.

URGE PACTO SOCIAL

A lo largo de las décadas, Cancún ha florecido como un destino turístico de renombre mundial, impulsando el crecimiento económico de Quintana Roo y México y brindando oportunidades a muchos. Sin embargo, esta expansión no ha estado exenta de consecuencias negativas, como el impacto ambiental que ha ejercido sobre los recursos naturales locales y las persistentes desigualdades sociales, por mencionar tan solo dos. Enfrentarlas requiere de un esfuerzo colectivo, a través de la firma de un pacto social que involucre a todos los sectores de la comunidad, para comprometerse a abordar estos problemas de manera colaborativa y frenar el crecimiento en un periodo considerable, que dé tiempo para la consolidación de lo que ya existe y así poder solucionar el atraso en servicios e infraestructura y continuar, en un plazo razonable, con un crecimiento más ordenado e igualitario que se traduzca en reducir la brecha entre los dos Cancunes.

Principales retos de consolidación

  • Atender el abandono de los monumentos abandonados
  • Resolver con mayor eficacia el flagelo de la inseguridad
  • Dar prioridad a la atención de la salud pública
  • Que haya un mayor control en el tema de la prostitución 
  • Resolver el tema de los accesos a las playas 
  • Poner en operación un hospital geriátrico para ancianos y discapacitados
  • Contar con un Centro Meteorológico contra Huracanes
  • Que se planee un centro deportivo para actividades acuáticas en las costas
  • Que se construya una hemeroteca para consulta permanente de la historia
  • Que se regule y obligue a los hoteleros permitir el acceso a las playas, así como a las zonas arqueológicas que están en sus instalaciones 
  • Por su importancia turística, Cancún debe de contar con un rastro tipo TIF
  • Contar con un hospital psiquiátrico debido al alto número de problemas que ya existen
  • Que se concrete la construcción de un Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso)
  • Es necesario que se ponga en marcha un proyecto de ingeniería vial
  • Las calles de Cancún requieren un programa global de nomenclatura y señalética

En 54 años, 16 alcaldes y 9 interinos

Un total de 16 presidentes municipales desde 1975 a la fecha, además de nueve alcaldes interinos, han dirigido los destinos de Cancún desde su fundación como un Centro Integralmente Planeado por Infratur, que después se llamó Fonatur.

La primera mujer que encabezó la presidencia municipal por la vía de la elección popular fue la profesora Magaly Achach Solís en el periodo 1999-2002; posteriormente lo hizo Mara Lezama Espinosa, en dos ocasiones.

Los presidentes y los suplentes

  • Alfonso Alarcón Morali (1975-1978)
  • Felipe Amaro Santana (1978-1981)
  • José Irabién Medina (1981 – 1984)
  • Joaquín González Castro (1984-1987)
  • José González Zapata (1987-1990)  
  • Mario Villanueva Madrid (1990-1991)
  • Jorge Arturo Contreras Castillo (Interino) (1991-1993)
  • Carlos Javier Cardín Pérez (1993-1995)
  • Edmundo Fernández Meza (Interino) (1995-1996)
  • Rafael Lara y Lara (1996-1999)
  • Magaly Achach Solís (1999-2002)
  • Juan Ignacio García Zalvidea (2002-2004)
  • Carlos Canabal Ruiz (Interino) (2004-2005)
  • Francisco Antonio Alor Quezada (2005-2008)
  • Gregorio Sánchez Martínez (2008-2010)
  • Latifa Muza Simón (Interina) (2010)
  • Jaime Hernández Zaragoza (Interino) (2010-2011)
  • Julián Javier Ricalde Magaña (2011-2013)
  • Paul Michell Carrillo de Cáceres (2013-2016)
  • Remberto Estrada Barba (2016-2018)
  • María Elena Lezama Espinosa (2018-2022)
  • Clara Díaz Aguilar (Interina) (2021)
  • María Elena Lezama Espinosa (2021-2022)
  • Lourdes Cardona Muza (Interina) (2022)
  • Ana Patricia Peralta de la Peña (Sustituta) (2022-2024)
  • Pablo Fernández Gutiérrez (Interino) (2024)