Canto del Gallo
27 Ago. 2018Se ha puesto de moda entre los funcionarios públicos esconder su temor e ignorancia, al emitir su opinión “a título personal” sobre temas de la agenda política; tal es el caso de la legalización de la mariguana.
Con sorpresa vimos que en enero de este año el titular de la Sectur, Enrique de la Madrid, se pronunció en favor de la legalización de la mariguana; dijo que debe tomarse como una posible solución a la violencia e inseguridad en el país, en medio de un debate sobre las drogas en los centros turísticos. Un día después reculó y aclaró que su opinión fue “a título personal”.
El pasado miércoles, el próximo titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del gobierno de López Obrador, Alfonso Durazo Montaño, se pronunció “a título personal” a favor de la legalización de la hierba para uso lúdico y médico. “Tengo una posición personal”, subrayó.
Vicente Fox, expresidente de México, manifestó desde hace meses su postura a favor sobre la legalización y comercialización. Desde luego, a don Vicente lo mueven motivos estrictamente económicos, ya que con eso del triunfo de AMLO y el retiro de su pensión vitalicia seguramente está pensando en lo que va a comer mañana, el pobre. No dice el muy taimado que la compañía canadiense Khiron, distribuidora de cannabis, lo designó como “asesor” y embajador de la marca para América Latina, según la revista Forbes.
Regresando al tema de las expresiones “a título personal”. La exministra y próxima Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, fijó postura en favor de su despenalización, primero, y de otras drogas, más adelante. Dijo a W Radio: “voy a proponerle al presidente electo la despenalización de la mariguana y la amapola, la siembra, cosecha, trasiego y uso lúdico”. ¡¡Uay!!, continuó: “podemos buscar la pacificación de México a través de esto”, y remató: “ya la despenalizó Canadá, Estados Unidos y buena parte de Europa”. ¿En que estará pensando doña Olga?, ¿En qué país visualiza esa pantagruélica y gargantuesca “realidad”?, ¿estaba “pacheca”? ¿También fue “a título personal”?
Hace unos días, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) negó despenalizar la posesión de la mariguana y prevé de 10 meses a tres años de prisión a quien posea hasta cinco kilos de cannabis. Hay que mencionar que desde 2009 el artículo 478 de la Ley General de Salud contempla el consumo “personal” de mariguana, es decir, existe una “excusa absolutoria” para que quienes sean detenidos con cantidades mínimas no sean sujetos de acción penal, y que el ministerio público sólo reporte a las autoridades sanitarias para “orientar” al sujeto.
Dichas cantidades incluyen hasta cinco gramos de “mota”. Presumimos pues, que la posesión y consumo de mariguana en pequeñas cantidades es legal en México desde 2009.
Sobre la comercialización y trasiego sólo se han hecho declaraciones reprochables “a título personal”. Según los artículos 122 y 123 de la Constitución, los servidores públicos se encuentran imposibilitados por las funciones que les marca la ley para “desligar” sus opiniones y concepciones personales de los asuntos públicos. Así, por ley, los funcionarios reciben instrucciones de un “orden” superior, que puede ser su jefe (el presidente) o de los acuerdos que salen de la administración de la que forman parte, y por ningún motivo pueden fijar una postura “a título personal”.
Todos los integrantes de un gobierno forman parte de un equipo coordinado, con políticas públicas de acuerdo con un plan general del que no pueden deslindarse “a título personal”. Podrían confrontarse y hacer un enfrentamiento público o hasta contradecir al presidente.
Como ven, se ha puesto de moda emitir juicios “a título personal”, que cada secretario tenga “su” versión personal no es lo mismo a que la haga pública, es algo fuera de la ley, criticable, rompe la unidad y los desvía de sus funciones y responsabilidades.
Como diría doña Esa: “nos quieren poner pachecos para cuando pase la luna de miel con el Peje y llegue la cruda realidad de México… Lo bueno es que yo ya dejé la mota, lo que no recuerdo es dónde”. ¡Se acabó el papel!