Cede May: abre la puerta

a prórroga para el Brexit

AGENCIAS

LONDRES.- La primera ministra británica, Theresa May, cedió el martes a las presiones del ala conservadora más europeísta al aceptar que el Parlamento tenga, como última opción, la posibilidad de votar un retraso del Brexit.

La jefa del Gobierno compareció ante la Cámara de los Comunes para informar del estado de sus negociaciones con Bruselas, destinadas a hacer algunas modificaciones sobre el acuerdo ya negociado, a fin de que pueda superar en Londres el trámite parlamentario.

May ofreció tres alternativas para desenredar el complicado nudo del Brexit, después de que los Comunes rechazaran el pasado 15 de enero –por 202 votos a favor y 432 en contra– el documento consensuado entre Londres y Bruselas.

La premier se comprometió a presentar un acuerdo del Brexit retocado, a más tardar el próximo 12 de marzo. Pero si no hay consenso en la cámara baja a favor de ese pacto, entonces los Comunes podrán votar, como muy tarde el 13 de marzo, sobre si quieren una retirada de la UE sin acuerdo.

En caso de que esa segunda opción tampoco prosperara, la cámara podrá decidir –el 14 de marzo– si retrasa el Brexit más allá de la fecha fijada del 29 de marzo, lo que implicará pedir una ampliación del vigor del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece el periodo de negociación sobre la salida de un país comunitario.

En su comparecencia, May avisó de que si se llegara a la tercera opción, se trataría de un retraso “corto y limitado” del Brexit. “Debemos concentrarnos totalmente en trabajar para conseguir un acuerdo y marcharnos el 29 de marzo”, dijo.

Desde la oposición, el líder laborista, Jeremy Corbyn, acusó a May de dejar “correr el reloj” y de negociar con la UE de manera “imprudente”, prometiendo “algo que sabe que no puede alcanzar”, en alusión a la supuesta renegociación del acuerdo con Bruselas. “Es la obstinación de la primera ministra lo que está bloqueando una solución”, dijo.

El texto negociado con Bruselas había sido rechazado por los Comunes por el descontento de los euroescépticos sobre la salvaguarda irlandesa, pues temen que el país permanezca atado a las normas comunitarias, si las dos partes no llegan a un acuerdo sobre su futura relación comercial para finales de 2020.