Completa Sedena el relleno de humedales para el tendido de las vías del Tren Maya, afectando el equilibrio ambiental de siete lagunas de las que dependen turísticamente cientos de familias de la Zona Maya; las obras del Tramo 6, lejos de ser concluidas

SALVADOR CANTO / EQUIPO DE INVESTIGACIÓN DE EL DESPERTADOR DE QUINTANA ROO

Ecocidio consumado. A cinco meses de que El Despertador de Quintana Roo denunciara públicamente el relleno de los humedales del Sistema Lagunar Ocom perteneciente a la reserva ejidal Much Kanan K’aax (Juntos Cuidamos la Selva) en la Zona Maya de Felipe Carrillo Puerto, por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el daño ambiental ya está hecho.

Dicho relleno fue realizado para que por ahí pasen las vías del tramo seis del Tren Maya, que comprenden 255.8 kilómetros de vía doble electrificada entre Tulum y Chetumal, el cual es una de las partes de la obra que presentan más atraso, a tres meses de que concluya la administración federal.

El hecho fue denunciado en enero del 2024, en un amplio reportaje del equipo de investigación de El Despertador de Quintana Roo, con el título “Nuevo ecocidio: rellenan laguna en la Zona Maya”, cuyo texto puede ser consultado en el hipervínculo https://acortar.link/zu0wgE, pero ninguna autoridad actuó en consecuencia, ni ningún grupo de ambientalistas de la entidad alzó la voz al respecto, lo que permitió que la Sedena avanzara sin complicación, rellenando con piedras y sascab compactado cientos de hectáreas de humedales del Sistema Lagunar Ocom, con lo que, al ser tapado uno de sus respiraderos, ha puesto en riesgo sus siete lagunas de las que dependen turísticamente cientos de familias de la Zona Maya.

Imágenes obtenidas mediante un dron revelan el daño producido a un gran tramo de los humedales, esenciales para la protección de la zona ante inundaciones, tormentas y huracanes; el almacenamiento de agua y la recarga de mantos acuíferos; el mejoramiento de la calidad del agua; la estabilización de suelos y prevención de deslaves; así como la regulación del clima y el almacenamiento de carbono.

De hecho, se corre el riesgo de que en caso de que pegue algún huracán o haya más lluvias torrenciales, como ocurrió hace dos semanas en la zona sur del Estado, esa parte de Felipe Carrillo Puerto pueda verse afectada por acumulamiento de agua y causar inundaciones, porque la salida natural hacia el sistema lagunar Ocom fue rellenada para el tránsito del megaproyecto federal.

A pesar de que los constructores dejaron un espacio estrecho, supuestamente para el cruce de agua debajo del relleno, la realidad es que será insuficiente ante alguna contingencia que se pueda registrar, como ya pasó hace algunos años.

Además, por más piedra que le hayan puesto al relleno, su compactación ha sido con sascab, material que es sensible ante el acumulamiento de agua y prueba de ello es que en las últimas semanas se han reportado desmoronamientos en algunos tramos del Tren Maya a causa del reblandecimiento de la tierra tras las recientes lluvias.

Tramo 6, ni para cuándo terminar

A pesar de que a la administración federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador le restan exactamente tres meses –pues el 1 de octubre inicia el mandato de Claudia Sheinbaum–, el tramo 6 del Tren Maya no quedará terminado, pues es evidente el enorme atraso en la obra.

El trazado del tramo 6 es una franja de 60 metros de ancho que ha barrido la selva en el centro y sur de Quintana Roo, región con la vegetación más alta de toda la Península de Yucatán. Circula paralelamente a la carretera federal 307, a pocos metros de distancia; aparece a la altura de Tulum, corre a un lado de la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an y llega hasta Chetumal, escondiéndose de vez en cuando detrás de la vegetación.

En un recorrido hecho por el equipo de investigación de El Despertador de Quintana Roo se pudo observar que, aunque el Ejército aseguró en su último reporte de avance de obra que dicho tramo iba al 85%, en realidad entre el Aeropuerto de Tulum y Chetumal hay largos intervalos que aún no tienen vía férrea, sin la piedra de balasto sobre la que se asentarán los durmientes, e incluso en varios ni siquiera está iniciado el terraplén por el que correrán los rieles, por lo que el atraso es, evidentemente, mucho mayor al que manifiesta la autoridad militar responsable de los trabajos.

Más aun, ni siquiera están conectados los cables de energía eléctrica de las subestaciones hechas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) hacia las bajantes a orilla de las vías dobles –una de pasajeros y otra de carga–, porque se supone que ese tramo será eléctrico.

De hecho, esas subestaciones pareciera que están abandonadas y es evidente también que el número de trabajadores ha disminuido sustancialmente, a pesar del atraso de la obra.

Tampoco existe clarificación en torno a los pasos de la fauna silvestre, lo que representa otro incumplimiento de la Sedena.