Consummatum est RIP… – Así nos vemos
12 Jul. 2024Edgar Prz
Hace algunos años, cuando amenazaban los huracanes, los militares venían a la zona maya y en ocasiones traían bolsas negras que servirían para meter los cuerpos de los que fallecieran. Eran las medidas que se tomaban, ahora me llega ese recuerdo y lo remito al PRI, ya que en su 24 Asamblea también hubo bolsas negras, solo que estas sí se usaron para guardar las siglas de ese Partido que falleció como tal el domingo 7 de julio.
Alito fue el sepulturero y los supuestos delegados con su estridencia, con sus gritos, con sus vítores consumaron lo que era un secreto a voces. Varias personas de prestigio, de alcurnia política le dijeron que no se atreva a tanto, solo que el campechano se siente rockstar y no le interesó nada, él piensa en él y solo en él…
Sus aplaudidores, corifeos y oledores se lucieron aplaudiendo y en cada aplauso caía una pala de tierra sobre ese instituto inerte, silencioso que más y más se iba cayendo al hueco de su sepultura.
No les interesó todo el bagaje, la historia, lo que representó el PRI en sus mejores momentos, no; ellos solo debían justificar que viajaron con gastos pagados y nunca supieron el trasfondo de las cosas. Alito aludió en su discurso que afuera quedaron los del Pemexgate, los que mataron a Colosio, repartió culpas y nunca se incluyó, nunca dijo que él fue parte de ese priismo enfermo y decadente, nunca dijo que de ese PRI que criticaba él también formó parte, fue líder del Frente Juvenil, fue diputado federal, senador y gobernador de Campeche, entonces que no pretenda curarse en salud, menos venderle chiles a Herdez, de que es pillo es pillo…
Alito no tiene vergüenza, es un ser despreciable que ha fincado su trayectoria política merced a la traición. Nunca permitió disidencia de criterios, nunca dejó que otras voces con otras historias sean escuchadas, si no te alineabas hacía uso de sus instintos vandálicos y te expulsaba, si no coincidías en criterios te cambiaba de posición como le hizo a Miguel Ángel Osorio Chong, que era el coordinador de la bancada en la Cámara de Diputados, él no buscaba compañeros, buscaba servidumbre y por eso el PRI está rumbo al despeñadero, ya es muy difícil que sobreviva como tal.
El domingo 7 de julio le dieron la estocada final, sus movimientos se volvieron torpes, lentos, desordenados, solo acertaba a caminar por detrás. Alito en sus cinco años de gestión le hizo más daño que todos los años de corrupción, ha perdido 11 gubernaturas, en el pasado proceso electoral no ganó ningún distrito, solo tiene dos gobernadores y las posiciones políticas que consiguió son plurinominales, en el estado solo una y con riesgo de perderse ya que se la dieron al dálmata de Filiberto Martínez que se sentía un dechado de política, bajaba recursos para sus cumbres de comunicación política que solo servían para su lucimiento, nunca ha sido gente de fiar, abandonó al PRI, se replegó con Carlos Joaquín y al ocaso de aquel se volvió a poner el uniforme priista y fue premiado; aquí surge la interrogante: ¿Y por qué a él? ¿Dónde queda la escasa militancia? ¿Por qué premian a un traidor? Más van a tardar en ponerlo que en enterarse de ya se vendió al mejor postor.
Además es un tipo caro, paisano de Yensunni, ambos son chiapanecos y salieron unas verdaderas fichitas. ¿Dónde quedaron los pocos priistas que no reclamaron esa posición, será que están rezagados al ver qué no los toman en cuenta? ¿Será que ya se fastidiaron de no ser vistos? ¿Será que ya se pusieron de acuerdo en no participar?
Mientras tanto, el féretro del PRI, su desaparición, es un hecho consumado, Alito se quedará solo con su chiquillada, ya que los pensantes están afuera.
Bien dicen que en el funeral hay muy poca gente, por el tufo que despide el cadáver del PRI y están corriendo la voz: “cuando salga el último que apague la luz y cierre la puerta…” Ya no hay más…
Mejor seguiré caminando y cantando “Quién me presta una escalera para subir al madero y ponerle los clavos a Alito Moreno…”