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CAMBRIDGE.- Un reciente descubrimiento realizado por un grupo internacional de astrónomos ha puesto en entredicho la forma en que se formaron algunos de los cuásares más antiguos del universo. Estos objetos astronómicos, que parecen no estar rodeados de galaxias, han llevado a los científicos a replantearse las condiciones del universo primitivo. Los cuásares son núcleos galácticos activos que emiten una enorme cantidad de luz y energía, alimentados por agujeros negros supermasivos en su interior.

Hasta ahora, se creía que los primeros cuásares surgían en áreas densas de gas y polvo, donde también se formaban pequeñas galaxias. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en The Astrophysical Journal ha identificado cinco cuásares ubicados en regiones con pocas galaxias cercanas. Utilizando el telescopio espacial James Webb, los investigadores estiman que estos cuásares se formaron cuando el universo tenía entre 600 y 700 millones de años.

Los agujeros negros que alimentan a estos cuásares son mil millones de veces más masivos que el Sol y mil veces más brillantes. Sin embargo, la ausencia de galaxias en sus proximidades genera interrogantes sobre cómo pudieron crecer en un universo tan joven. La profesora Anna-Christina Eilers señala que, si hay poca materia oscura para alimentar estos agujeros negros, es posible que necesitemos encontrar nuevas teorías que expliquen su formación. Este hallazgo podría cambiar nuestra comprensión de la evolución del universo en sus etapas iniciales.