Edgar Prz

Hace algunos días, las futuras autoridades municipales tomaron un curso de inducción relativo a la gestión administrativa que desarrollarán dentro de pocas semanas. Varias de las escolapias van en repetición de sus encargos, Ana Paty Peralta, Atenea Gómez, Blanca Merari, Diego Castañón, Mary Hernández, Erik Borges, José Chepe Contreras y la recién ratificada Yensunni Martínez. 

De los nuevos están Estefanía Mercado, José Luis Chacón y el repetidor con una pausa Nivardo Mena, quien conoce al dedillo los temas a desarrollar, un hombre capaz y con experiencia. Por cierto, le enviamos saludos y pronta recuperación a Nivardo Mena…

Estos cursos servirán para fortalecer las habilidades y conocimientos de los servidores públicos, para trabajar de la mano con la gente y así transformar la vida de las y los quintanarroenses, esto comento en su mensaje Mara Lezama, gobernadora del estado… 

Estos cursos son necesarios ya que incluyen no solo a los primeros ediles, sino a sus síndicos y regidores, el paquete completo, la cajita feliz de los ayuntamientos. Varios integrantes de los cabildos son figurines, personajes de plástico, gente que fueron seleccionados no por su capacidad y por sus méritos, sino por estar pegados a la ubre, por estar cerca de la toma de decisiones, por representar “supuestamente” fuerza y liderazgo inexistente, es más no reúnen ni a su propia familia, con eso les digo todo. Hay varios de tan repetidos que parecen calcomanías, algunos ya llevan nueve años y continúan, una burla al pueblo…

Ese ha sido el cuello de botella, los integrantes de los cabildos no han entendido su función, ellos son el cuerpo colegiado de los ayuntamientos, deberían ser el termómetro ciudadano, pero eso es mucho pedir. Ellos van por una beca excelente por tres años, van a vegetar, a guardarse porque nunca asisten a sus cubículos para no tener que apoyar a la gente. 

Pero solicitan la inclusión en nómina de varios oledores, de gente que al final se vuelven sus cómplices, ya que mienten igual que ellos para protegerlos. La gente ya pide que se cambie el rol de selección, que no sean los sindicatos, organizaciones, quienes propongan , que sea el pueblo el que los elija en una elección previa, que demuestren a la ciudadanía sus aptitudes, sus deseos de hacer bien las cosas, su capacidad para que exista un cabildo de altura, que prestigie y no de vergüenza, eso hace falta…

Ahora que está de moda “elegir”, el partido en el poder debería iniciar una nueva estrategia de selección, critican el pasado, pero siguen actuando como si la estafeta no hubiera cambiado, como si los golpes de pecho de transparencia e inclusión sean ficticios, imaginarios, ya que en la realidad las prácticas son las mismas…

Lo vimos con el juego perverso de las acciones afirmativas, no solo las usaron a discreción, sino que las bajaron a los cabildos y se dieron un “festín”, al proponer de nuevo gente que no representa esas acciones, pero sí sirve para sus intereses partidistas, para seguir demostrando poder y liderazgo. Hay regidores, diputados locales y demás que les pusieron vestido y tacones para representar una corriente que no es suya, son impostores de ocasión y denigran a los verdaderos integrantes de esa corriente, están enojados porque saben que no representarán los intereses del gremio, no respaldarán acciones, no sentirán como suya la lucha. Por eso el enojo, la molestia, pero “aquellos” no los tomaron en cuenta…

En fin, podrá haber cursos, seminarios, actualizaciones, pero muy poco les interesa, solo pondrán su diploma de asistencia en su pared, para apantallar, pero sus alcances serán lo mismo o peor que los actuales. Los cabildos ya merecen mayor atención y que sus integrantes no solo sean 15, 30, ¿no lo cree usted?

Mejor seguiré caminando y cantando “cuando le dije a mi padre que me iba a echar a volar, que ya tenía mis alas y abandonaba el hogar, se puso serio y me dijo: a mí me ha pasado igual, también me fui de la casa cuando tenía tu edad. En cuanto llama la vida, los hijos siempre se van, te está llamando el camino y no le gusta esperar…”