El insensato de Alito… – Así nos vemos
5 Jul. 2024Edgar Prz
Ha transcurrido más de un mes de la jornada electoral en la que Morena sacó la escoba y barrió sin reparo ni medida; ese día se generó un triunfo rotundo, con algunas voces que difieren, pero tampoco cuentan con elementos convincentes como para exhibirlos y decirles que no es cierto. Mientras tanto, como dice la canción, “ el tiempo pasa y no te puedo olvidar”.
Muchos analistas políticos pensaron que por vergüenza, incapacidad, ineptitud y por decencia harían honor al saldito de dignidad que pensamos aún tenían Marko Cortés y Alito Moreno, dirigentes nacionales del PAN y del PRI, respectivamente y de inmediato presentarían sus renuncias, por salud política de sus partidos, cosa que no ha sucedido.
Ambos han obtenido los peores resultados, en cada elección han perdido y han convertido en piltrafas, menudencias lo que queda de esos partidos, eran enemigos recalcitrantes de antaño y hace poco establecieron un extraño maridaje para sobrevivir. Son parte de un concubinato vergonzante, de una alianza denigrante que, con el paso de los meses, sacó todo el tufo que despiden, nunca se deben juntar un alacrán y una víbora, los resultados, los hechos nos lo confirman.
Ambos se aferran a una dirigencia inexistente, al timón de un barco encallado, a un tren eléctrico sin red de energía, un ejército sin soldados, de ese tamaño esta su realidad pero se hacen los disimulados, como que no es cierto, todo es mentira y parafraseando al Tlatoani de Palacio Nacional, ambos dicen que tienen otros datos, ¿lo cree usted…?
Alito inició como torbellino y pronto se convirtió en “huracán estacionario” en la dirigencia del PRI, se niega a salir, a retirarse, a jubilarse ni con todo que en esta última elección no ganó ningún distrito electoral federal. De ese tamaño es el desastre que ha causado Alito; además, por su negligencia, ineptitud y revanchismo varios distinguidos priistas se han retirado de esas filas. No solo lo ha desmantelado, sino que se ha encargado de alejar a aquellos que cimentaron el otrora pasado glorioso de ese instituto.
Alito es tan malo como la carne de puerco, es tan corriente como la 110, es tan malix como el perro de la esquina, por más que haya arañado, que de pobre pasó a millonario, de mendigo y truhan, ahora se siente un aristócrata y gran señor, nunca pudo adquirir pedigrí, lo largo de sus uñas siempre lo han delatado…
Ahora pretende prolongar su mandato, ha convocado a una Asamblea Nacional para seguir dando clases de oratoria de cantina, arropado por sus escasos seguidores, pretende dar otro golpe y perpetuarse, ¿para qué? La membresía de priista ya no tiene valor, ni político ni curricular, aquellas muchedumbres ya no existen, aquellos vítores y fanfarrias son cosas del pasado, entonces ¿para que quiere continuar? ¿Será que hipotecará los edificios? El PRI enfrenta varias deudas, está casi en la miseria, sus prerrogativas no alcanzan ni para pagar el consumo de energía eléctrica de sus comités.
Sería un acto de valentía que Alito se haga a un lado y no termine de desbaratar el cascajo de ese partido y lo venda en algún deshuesadero. Las voces de algunas priistas distinguidas como Dulce María Sauri, Beatriz Paredes, que conforman la agrupación Frente Amplio de Renovación del PRI, advierten que reformar los estatutos y abrir la puerta para su reelección sería la sentencia de muerte para el partido…
Si hubiéramos contratado a Alito para extinguir al PRI, podría decirse que es altamente eficiente. La exigencia es que se cumpla el mandato de la actual dirigencia que vence el próximo 6 de septiembre, fecha en que se califica la elección presidencial y que sea improrrogable. Es una sentencia del Tribunal Electoral que le extendió un prórroga de su mandato hasta que finalice el proceso electoral.
Alito se niega a retirarse, se aferra a algo que ya prácticamente no existe, es un autogolpe de Estado disfrazado. Está enfermo de poder y exacerbado de fatalismo, por eso un conocido dice con justa razón que al PRI nacional le mandaron “un mejor… Alito” y aquí a nivel estatal dejaron al líder “Pedro que Flota…”
Mejor seguiré caminando y cantando “ Yo soy ese por quien llora su hija, ese ladrón que os desvalija de su amor soy yo, señora, yo sé que no soy un buen yerno, soy casi un beso del infierno, pero un beso al fin, señora…”