LA COVACHA DEL AJ MEN

Claudio Obregón Clairin

 

Meditaban delante a un jardín de piedras redondas y el vuelo de un ave azul presagió el arribo de una tormenta que se formaba detrás de las montañas, instantes después, el Maistro volteó su rostro hacia el Alumbro y le dijo:

—Ahora puedes preguntarme.

Contrariado por no tener ninguna pregunta y haber sido interrumpido en su momento de serenidad, el Alumbro preguntó lo primero que se le ocurrió:

—¿La realidad es real?

—¿Para ti, qué es?

—Ficción

—¿Entonces no existe?

—Sí, porque al nombrarla, posee existencia

—¿Y cómo es la tuya?

—Interrumpida

—Explícate

—La Realidad se compone de varias realidades, la del individuo, la del conjunto de individuos que habitan un espacio, la de la sociedad, la de los anacoretas; son diversas realidades que coinciden en un conjunto de acuerdos subjetivos…

—¿…eso qué tiene que ver con que sea interrumpida?

—…mi realidad es interrumpida por otras realidades antagónicas, autoritarias o jerárquicas.

El estruendo de un rayo luminoso interrumpió la conversación y después se ocultó detrás del silencio, el Maistro levantó el entrecejo y comentó con grave voz:

—La energía del cielo está de acuerdo contigo, debo aceptarlo… La Regla dice que tienes dos opciones: ayunar durante 17 días con inmersiones matutinas en el Lago Verde o ascender a los Riscos de las Águilas Blancas hasta descifrar un enigma… te recomiendo la segunda.

El alumno se percató que la tormenta se aproximaba, se levantó y contestó:

—Existe una tercera opción

—¿Cuál?

—Seleccionar con quién compartir mi realidad

Dio media vuelta y salió del monasterio.

 

Un Breve Silencio

 

El Maistro entrecerró sus ojos, vio que al Alumbro se aproximaba y exclamó:

—¡Así que volviste…!  ¿Por qué sonríes si ni siquiera resolviste la parte inicial del enigma?

El Alumbro miró a su maestro con gratitud, caminó hacia el jardín de piedras redondas y junto a la puerta le contestó:

—No preciso conocer las respuestas de los enigmas, vivirlos es mi predilección…

Caminó entre las piedras redondas hasta que llegó a un erial con fondo rojo y reflexionó:

 

El presente

es inasible,

a veces lo ubico

entre mis palabras y mi lectura,

entre mi aliento y mi cuerpo,

entre mi deseo y mi sueño…

 

Me susurra que la vida

es lo evidente,

lo palpable,

pasa, se gasta…

 

…vida agua fría,

sorpresa insolente.

 

Detente vida,

en la caricia,

en lo ausente…

 

Más tarde vio que en las aguas donde nada es cierto, los mitos blandían un corazón que extirparon en el templo.

Entendió que la realidad es la ensoñación de un Yo que no existe…

Se descubrió caminando por la selva, un venado cola blanca rumiaba con la vista fija en el follaje y fue flechado por la impermanencia; el aire se hizo ligero y tornó visible lo intangible; un breve silencio desfiguró a sus fronteras y el Alumbro dejó de cuestionarse.

 

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