Roberto Guzmán

Hace 40 años, a partir del primer caso de VIH, las poblaciones en mayor riesgo contaban con herramientas que podían prevenir una infección por el Virus de la Inmunodeficiencia partiendo no sólo de la abstinencia por una decisión propia, sino también utilizando correctamente un condón o evitando compartir agujas o jeringas, como parte de una estrategia integral que redujera la posibilidad de una infección por el uso y abuso que generan las drogas inyectadas.

Junto con estas herramientas, desde hace ya una década, la profilaxis pre-exposición (PrEP) y la profilaxis post-exposición (PEP) son estrategias exitosas que han venido a sumarse a la Prevención Combinada, controlando la transmisión del VIH a otras personas de manera más efectiva, ya que su uso durante las primeras 72 horas de manera regular y diariamente, evita una posible infección en las prácticas concretas, tales como el uso de drogas inyectables donde el virus entra directamente al torrente sanguíneo por la utilización de agujas y/o jeringas infectadas, o cuando existe la necesidad de una transfusión sanguínea y la sangre no es analizada previamente.

En las prácticas sexuales, las profilaxis PreP y PeP actúan de manera efectiva con su ingesta diaria evitando una posible infección que se pudiera dar a través de la sangre, el semen, el líquido preseminal, o por las secreciones rectales y vaginales, impidiendo el contacto del virus con las membranas, las mucosas del recto, de la vagina, como el de la abertura del pene o dentro de la boca, al igual que por algún tejido lesionado donde la transmisión sería inminente. En el caso de las mujeres sin diagnóstico VIH, la PreP puede actuar ante un posible embarazo no planeado, ya que evitaria que el producto llegara a infectarse por una replicación viral no controlada.

Ante esta efectividad, desde hace unos años y con el uso cada vez más difundido del PeP y la PrEP, se han venido sumando otras estrategias de prevención donde la finalidad se basa en la adaptación a una posible practica sexual, partiendo del conocimiento del estado de VIH de las personas y de sus parejas, donde la información es obtenida a través de acuerdos de sus elecciones.

Dos ejemplos que podría compartir ahora con usted, estimado lector, sobre estas estrategias sero-adaptativas, incluyen primero la sero-clasificación o el serosorting como una estrategia preventiva para hombres VIH negativos que tendrían sexo con otros hombres, y al igual, estableciendo un posicionamiento estratégico entre ambos que evitara una posible infección. donde de manera clara sería que una persona entre ellas eligiera tener relaciones sexuales con una persona VIH positiva con carga viral indetectable, u otra persona VIH positiva que pudiera elegir una pareja sexual VIH negativa que usara PrEP.

Esta combinación es lo que se llama “serosorting”, que es una nueva estrategia de clasificación preventiva ante al VIH, que implica que para elegir una pareja sexual o un método de prevención, éste se base en el estado VIH de la otra persona; es decir, eligiendo a una pareja con el mismo estado, ya que una persona VIH negativa puede reducir el riesgo de contraer el VIH con otra que esté viviendo con VIH, ya que por ser indetectable, reduce el riesgo de transmitir el virus a otras parejas sexuales.

Considero, mi estimado lector, que este tipo de seroclasificaciones surgen en la medida que más y más personas están constatando que la profilaxis previa a la exposición (PrEP) como el uso de tratamiento antirretroviral TAR, que mantiene una carga viral indetectable, son estrategias de prevención del VIH altamente efectivas, por lo que más personas hoy están eligiendo a sus parejas sexuales en función del uso de esta estrategia de prevención altamente efectiva, ya que una persona, cualquiera que sea, puede elegir tener relaciones sexuales con una persona VIH positiva, cuya carga viral esté indetectable, o con otra también VIH positiva que puede elegir una pareja sexual VIH negativa pero que use PrEP.

Pero para que el serosorting sea efectivo para todos aquellos que quisieran poner en marcha esta estrategia, necesitan saber con certeza su propio estado serológico como el de su pareja sexual a través de una sencilla prueba rápida de detección de anticuerpos VIH. De aquí hago una invitación a ustedes, estimados lectores, a que se hagan una prueba rápida de sangre.