Inosente Alcudia Sánchez

Hay un consenso en el hecho de que el desarrollo es un proceso permanente: apenas, como sociedad y gobierno, alcanzamos una meta y de inmediato accedemos a nuevos desafíos que obligan a replantear estrategias y acciones, sin contar que mantener el nivel alcanzado y evitar su retroceso demandan la continuidad de esfuerzos. El desarrollo no se resume en un conjunto de indicadores que, una vez cumplidos, signifique que se ha acabado la tarea. El crecimiento poblacional, la dinámica social, el proceso civilizatorio, la evolución cultural y tecnológica, entre otros factores, generan nuevas necesidades, individuales y colectivas, modificando los índices de bienestar y prosperidad en las diferentes naciones. Procede, entonces, evaluar periódicamente los resultados obtenidos de las políticas, programas y acciones de gobierno, a fin de estar en condiciones de corregir y mejorar lo hecho. De ahí la importancia de la planeación y, especialmente, de los Planes de Desarrollo, los cuales establecen objetivos y metas a alcanzar en plazos determinados.

En unas semanas, los mexicanos viviremos el relevo constitucional del Poder Ejecutivo Federal. El presidente Andrés Manuel López Obrador, y la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum, han hablado de un proyecto de gobierno de “continuidad con cambio”. “Segundo Piso” de la Cuarta Transformación llamó a su oferta electoral la candidata Sheinbaum. Con políticos tan dados a reinventar el país cada seis años, la posibilidad de un gobierno con políticas transexenales debiera darnos motivos de optimismo. Siempre y cuando, claro, la “continuidad” se refiera a programas probadamente exitosos y el “cambio” signifique una rectificación real de los errores cometidos y un retorno a las buenas prácticas de la administración pública.

Las elecciones del pasado 2 de junio dieron un voto de confianza al presidente López Obrador para que su proyecto continúe por seis años más. Empero, es interesante revisar cómo esperaba su gobierno que sería México en el 2024. Comparto un resumen del Epílogo: Visión de 2024 del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024*. Con los elementos que ahí se consignan, podemos darnos una idea de lo alcanzado en el primer tramo de la 4T e identificar los que podrían ser pendientes para su “segundo piso”. Acaso no se trate de reinventar el país, sino de renovar la esperanza:

“El gobierno de la Cuarta Transformación ve un país con el ánimo transformado para bien, una población consciente de su capacidad para modelar la historia, con una mejora radical en sus niveles de bienestar y seguridad con respecto a los que prevalecían en 2018, con instituciones saneadas, confiables y respetuosas de las leyes y con una sociedad participativa e involucrada en el ejercicio del poder público.

El fortalecimiento de los principios éticos irá acompañado de un desarrollo económico que habrá alcanzado… una tasa de crecimiento de 6 por ciento, con un promedio sexenal de 4 por ciento. La economía deberá haber crecido para entonces más del doble que el crecimiento demográfico. … En 2024 el país crear(á) empleos suficientes para absorber la demanda de los jóvenes que se estén incorporando al mercado laboral. … el desempleo será mínimo; la nación contará con una fuerza laboral mejor capacitada y con un mayor grado de especialización. Ningún joven que desee cursar estudios de licenciatura se quedará fuera de la educación superior por falta de plazas en las universidades y ninguno estará condenado al desempleo, al subempleo o a la informalidad.

… Los salarios habrán logrado… una recuperación de cuando menos el 20 por ciento de su poder adquisitivo, el mercado interno se habrá fortalecido y habrá en el país una mejor distribución de la riqueza y del ingreso. El grueso de la población podrá consumir algo más que artículos de primera necesidad… Nadie padecerá hambre, la pobreza extrema habrá sido erradicada, no habrá individuos carentes de servicios médicos o de medicinas y los adultos mayores recibirán pensiones justas y podrán vivir sin estrecheces materiales.

 En 2021 deberá alcanzar(se) la autosuficiencia en maíz y frijol y tres años más tarde, en arroz, carne de res, cerdo, aves y huevos; las importaciones de leche habrán disminuido…, la producción agropecuaria… habrá alcanzado niveles históricos y la balanza comercial del sector dejará de ser deficitaria. Se habrá garantizado la preservación integral de la flora y de la fauna, se habrá reforestado buena parte del territorio nacional y ríos, arroyos y lagunas estarán recuperados y saneados; el tratamiento de aguas negras y el manejo adecuado de los desechos serán prácticas generalizadas… y se habrá expandido en la sociedad la conciencia ambiental y la convicción del cuidado del entorno.

En el último año del sexenio habrá cesado la emigración de mexicanos al exterior por causas de necesidad laboral, inseguridad y falta de perspectivas, la población crecerá de manera mejor distribuida en el territorio nacional y millones de mexicanas y mexicanos encontrarán bienestar, trabajo y horizontes de realización personal en sus sitios de origen…

La delincuencia organizada estará reducida y en retirada. … Se privará a la criminalidad del semillero de nuevos integrantes que hoy representa la exclusión de los jóvenes del estudio y el trabajo. Los índices delictivos de homicidios dolosos, secuestros, robo de vehículos, robo a casa habitación, asalto en las calles y en el transporte público y otros se habrán reducido en 50 por ciento en comparación con los de 2018 y México habrá dejado de ser la dolorosa y vergonzosa referencia internacional como tierra de violencia, desaparecidos y violaciones a los derechos humanos.

La delincuencia de cuello blanco habrá desaparecido y la corrupción política y la impunidad… habrán quedado reducidas a casos excepcionales… Las instituciones estarán al servicio… del pueblo y de los intereses nacionales, el principio de la separación de poderes y el respeto al pacto federal serán la norma y no la excepción, el acatamiento de las leyes regirá el comportamiento de los servidores públicos y el fraude electoral, la compra de voto y todas las formas de adulteración de la voluntad popular serán sólo un recuerdo

En el último año del presente sexenio, en suma, el país habrá llevado a cabo lo sustancial de su cuarta transformación histórica…”.

La continuidad y adaptación de las políticas exitosas, así como la evaluación y el ajuste en las estrategias gubernamentales, son acciones indispensables para una buena gestión pública. Ningún gobierno empieza de cero, aunque la euforia del inicio haga sentir a los nuevos funcionarios que están descubriendo el mundo. Con diagnósticos apegados a la realidad y datos ciertos, verificables, el PND 2025-2030 habrá de decir dónde estamos, los avances obtenidos en el camino del desarrollo y los nuevos objetivos a alcanzar en el sexenio. Después de seis años de improvisación, hará bien a la República gobernar desde la realidad y no del autoengaño.

*(El PND 2019-2024 es un documento público, disponible en los sitios web del Gobierno de México)