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WASHINGTON.- Investigadores de la Universidad de Warwick y la NASA han estimado que el Sol se encuentra en la mitad de su vida, con unos 4,500 millones de años ya cumplidos y otros 5,000 millones aún por delante antes de extinguirse. Este proceso de «muerte» será gradual y tendrá consecuencias significativas para el sistema solar, afectando a la Tierra mucho antes de que el Sol deje de brillar.

Al agotarse el hidrógeno, el Sol pasará por una fase de expansión, convirtiéndose en una gigante roja que aumentará su tamaño y se acercará peligrosamente a nuestro planeta. En esta etapa, la atmósfera terrestre se desintegrará y los océanos se evaporarán, acabando con la vida tal como la conocemos. Finalmente, el Sol se reducirá a una enana blanca, expulsando sus capas exteriores y perdiendo lentamente su energía.

Los investigadores advierten que, incluso antes de convertirse en gigante roja, el Sol aumentará su luminosidad, y en unos 1,000 millones de años, este aumento provocará la evaporación progresiva del agua en estado líquido, poniendo en riesgo las condiciones para la vida en la Tierra.

Ante este escenario, los científicos consideran desde hace décadas la posibilidad de explorar alternativas para la supervivencia humana en otros planetas. Sin embargo, recuerdan que estos eventos ocurrirán en escalas de millones de años. Boris Gaensicke, físico de la Universidad de Warwick, enfatiza que el desafío inmediato sigue siendo el cuidado de nuestro planeta frente al cambio climático, esencial para la sostenibilidad actual.