La corta historia política de Quintana Roo y sus municipios está marcada por decisiones de sus gobernantes contrarias a la lógica y la razón, y hasta ridículas a niveles irrisorios, ocurridas una y otra vez con total impunidad

SALVADOR CANTO

El primer acto de corrupción de un funcionario 

es aceptar un cargo para el que no está preparado.

Anónimo

La corta historia política del estado de Quintana Roo y de sus municipios, como es el caso de Benito Juárez, ha sido marcada en varias ocasiones por gobernantes que durante sus mandatos han carecido de visión y no han comprendido la necesidad de una debida planificación para la atención de obras prioritarias que sean benéficas para la ciudadanía.

Y las cosas no han cambiado al paso de las décadas; de hecho, ahora mismo, varios de quienes ejercen el poder ya tienen en mente la reelección a pesar de saber que no le han cumplido a la gente y, pese a ello, buscan mantenerse en el cargo o posicionar a sus aliados, una mala costumbre muy arraigada en la casta política de la entidad.

Sin embargo, ante esta situación el “pueblo sabio y bueno” ha demostrado poseer escasa memoria, pues una y otra vez, ante las urnas, se deja llevar por el clientelismo electoral y la mal entendida “popularidad”, olvidando que incluso un buen candidato puede derivar en un pésimo gobernante, como aquellos que a lo largo de los años han hecho uso irresponsable de recursos del erario para llevar a la realidad propuestas innecesarias, contrarias a la lógica y la razón, ridículas hasta niveles irrisorios, que en otros países serían impensables por las consecuencias demoledoras para sus promotores, pero que aquí han sido perpetradas repetidamente como si nada, de manera impune, integrando un nutrido anecdotario de lo absurdo del cual, en esta edición especial de El Despertador de Quintana Roo, presentamos tan solo unos pocos ejemplos.

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¿Por qué un anecdotario de lo absurdo?

La intención de esta edición especial de El Despertador de Quintana Roo es dejar constancia de algunos de los casos más absurdos y escandalosos registrados en las altas esferas del poder local a través de los años, como una manera de enfrentar esa desmemoria colectiva a la que apelan los políticos para seguir cometiéndolos ad infinitum, con la misma desfachatez e impunidad. No debe haber olvido, situaciones como las que aquí exhibimos no deben volver a ocurrir jamás, es un testimonio que nos obliga a no perder nuestra memoria histórica y reflexionar mejor nuestro voto en el próximo proceso electoral.

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Remberto Estrada, el “niño verde” que nunca maduró

Del 2016 al 2018, el municipio Benito Juárez vivió uno de los gobiernos más cuestionados en la breve historia de Cancún, debido a la inmadurez de su alcalde, Remberto Estrada Barba, al grado de que se decía que muchas de las decisiones no las tomaba él, pues se llegó a señalar que era su mamá la que le “dictaba las tareas”.

En el 2017, cuando la ciudad vivía una de sus etapas más difíciles en materia de inseguridad, a Estrada Barba, en vez de acciones contundentes en busca de solución, se le ocurrió tender una “cortina de humo” y mandó a grabar un video con la canción “Cancuncito”, una adaptación de la por entonces muy de moda “Despacito” de Luis Fonsi y Daddy Yankee, que la gente del alcalde modificó para tratar de contrarrestar la imagen negativa de Cancún.

Cancuncito, todo lo mejor se encuentra en Cancuncito, en su hermosa playa todos somos más unidos, adelante, vamos por el buen camino. Cancuncito, ven a recibir amor a Cancuncito, todo es una fiesta en este paraíso, se escuchaba en el video, que incluía, entre otros personajes que bailaban despreocupadamente al ritmo de la canción, a una joven disfrazada de policía.

Cuando el propio alcalde lo subió a sus redes sociales, las reacciones en contra no se hicieron esperar y ante los cuestionamientos se atribuyó la ocurrencia a “unos jovencitos” que “por iniciativa propia” crearon el video, el cual fue bajado sin mayor explicación y tampoco se aclaró el costo que tuvo, pues se habló de alrededor de 600 mil pesos del erario.

Otro absurdo de esa administración ocurrió en el 2018, cuando el gobierno municipal emanado del Partido Verde, de vocación supuestamente ecologista, “sembró” pasto sintético en un camellón de la avenida Náder, atrás del palacio municipal, lo que generó por igual estupefacción, indignación y burlas de la comunidad en las redes sociales. 

Ante las críticas, la autoridad municipal, de manera insólita, ¡se suspendió a sí misma!, cuando la Dirección de Desarrollo Urbano frenó con sellos de clausura lo que sería el nuevo “look plástico” de Cancún, que al poco rato fue retirado por las mismas “brigadas verdes” que lo habían instalado horas antes.

Pero la cosa no paró ahí: pretendiendo aliviar el tráfico vehicular, el gobierno de Remberto Estrada también tuvo la idea de instaurar los “pares viales” en la avenida Cobá y Xcaret, así como cerrar los retornos de la avenida Kabah y, contra toda lógica, convertir los carriles centrales de la avenida Tulum en el tramo entre la Uxmal y la Chichén Itzá –carriles que en todo el mundo son asignados para el tránsito a velocidades más rápidas– en exclusivos para el transporte público.

Todos estos cambios, en lugar de ayudar, perjudicaron aún más la circulación en la ciudad e incluso hay zonas como la avenida Tulum que, a raíz de estas modificaciones, se han vuelto muy peligrosas para los transeúntes.

También es de recordarse que Estrada Barba, en su afán de ser popular, en marzo de 2018 ofreció la proyección pública del capítulo 130 de Dragon Ball Súper, penúltimo de la saga, que por entonces despertaba gran expectación entre los aficionados al anime, pero terminó por frenarla al ser avisado de que ocasionaría que el gobierno municipal cometiera una ilegalidad al transgredir los derechos de esa serie.

“Chacho”, el populista que no logró la gubernatura

Otro de los gobiernos que acumuló absurdos a su paso fue el que encabezó bajo la alianza del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido Acción Nacional (PAN) Juan Ignacio García Zalvidea, en el periodo 2002-2004, quien desde los primeros meses de su administración dijo que quería llegar a la gubernatura del Estado. Sin embargo, enfrente tuvo un gran obstáculo que se llamó Joaquín Hendricks Díaz, quien era por entonces el jefe del Ejecutivo y con quien entabló un pleito que le generó severos conflictos, pero a pesar de ello no dejaba de generar polémicas en su gobierno que se caracterizó por su populismo desbordado. 

Desde sus días de campaña acudió con montones de basura a la explanada del palacio municipal de Cancún, para reclamarle a la alcaldesa Magaly Achach la problemática que había por la deficiente recolecta de desechos; luego, para “ayudar” a legitimar su triunfo en las urnas, recurrió a la popular “Bruja de Corales”, Maritza Burgos Rivero, quien frente a las oficinas del Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) realizó un ritual que incluyó el sacrificio de una gallina negra cuya sangre fue esparcida en el pavimento.

Ya en el gobierno, organizó cada semana los famosos “miércoles de plaza” donde atendía personalmente a la gente y repartía dinero en efectivo sin ton ni son; también creó al personaje “Súper Chacho”, un luchador profesional, enmascarado y con musculatura de hule espuma para promover desde la Dirección de Participación Ciudadana, junto con su trabajo de presidente municipal, una imagen para lanzarse como candidato a la gubernatura.

Tras ofrecer “poner orden” al tema de la prostitución en la ciudad, obligó a decenas de mujeres dedicadas a esa actividad, que históricamente se han establecido en la supermanzana 63 (hoy ya operan incluso en la 66), a establecerse en un espacio dentro de la ya desaparecida zona de tolerancia, conocida como Plaza 21.

Sin embargo, en febrero del 2004 un grupo de estas mujeres se plantó frente al palacio municipal –y algunas hasta se desnudaron– para denunciar que, a pesar de los acuerdos establecidos con la administración de García Zalvidea, estaba recibiendo dinero de bares y centros nocturnos de la zona hotelera y del centro de la ciudad, donde seguían realizándose espectáculos de desnudos y se permitía la prostitución abiertamente. 

Ese año fue el más complicado para “Chacho”, pues debido al despilfarro de recursos y mal manejo de su gobierno, en el marco del enfrentamiento con el gobernador Hendricks, 11 regidores renunciaron a su cargo, con lo que se “autodisolvió” el gobierno municipal y el Congreso del Estado nombró de inmediato un Concejo Municipal que encabezó Marisol Ávila Lagos, que solo duró 42 días. 

Por su parte, “Chacho” se refugió en el Batallón de Infantería, aunque después fue instado a desalojar esas instalaciones sin recibir el apoyo que exigía para ocupar la sede del ayuntamiento, en donde ya era desconocido hasta por la policía y optó por instalar un despacho paralelo a la presidencia municipal en su domicilio en Residencial Campestre. 

Mediante una controversia constitucional que interpuso ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se determinó que “Chacho” regresara a sus funciones como alcalde, pero ya no lo hizo, pues nombró a Carlos Canabal Ruiz como interino durante los meses que le restaban a su gestión, ya que él se lanzó como candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) a la gubernatura del Estado.

Sin embargo, en plena campaña fue detenido, acusado de peculado por 125 millones de pesos, por lo que estuvo en prisión más de año y medio hasta que en plena Nochebuena del 2006 salió tras pagar una fianza de casi 97 millones de pesos, para seguir enfrentando en libertad el proceso en su contra.

Desde entonces, “Chacho” ya no fue el mismo porque legalmente fue inhabilitado para encabezar cargos públicos durante 20 años, pero en todo ese tiempo se mantuvo como “palero” de diversos políticos, del PRI, el PVEM y hasta del PAN, a quienes servía como avanzada para ayudar a convocar gente, megáfono en mano, a los actos de campaña.

Cabe señalar que a pesar de estar imposibilitado para participar en algún proceso electoral, Movimiento Ciudadano lo inscribió en el 2019 para buscar una diputación local y durante su campaña, recordando a “Súper Chacho”, creó el personaje de “Chacho Justiciero”, que se dedicaba a hacer clausuras simbólicas de oficinas de gobierno pero que duró muy poco, pues la Sala Regional Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) revocó su registro por ser inelegible al estar inhabilitado para el servicio público.

Mi ciudad ya no se inunda”: la pifia de Paul Carrillo

Otra situación absurda fue protagonizada por el alcalde priista Paul Michell Carrillo de Cáceres (2013-2016), cuando en octubre del 2015 alguno de sus asesores le “vendió” la idea de que con el trabajo de pavimentación y la construcción de nuevos pozos de absorción que se llevaba a cabo, las calles de la ciudad ya no se iban a inundar con las lluvias.

Por ello, emprendió una campaña mediática en la cual hasta mandó a colocar espectaculares en distintos puntos de la ciudad con el eslogan “Mi ciudad ya no se inunda”, acompañado por la imagen de un sonriente ciudadano.

Para desdicha de Paul Carrillo, menos de un mes después un fuerte aguacero desmintió su campaña, porque incontables calles y avenidas a lo largo de la ciudad terminaron bajo el agua, como consecuencia de la onda tropical número 44 de la temporada.

En redes sociales, decenas de usuarios subieron fotografías de los estragos que estaban causando las lluvias en Cancún, así como “memes” que se burlaban de lo difundido por el gobierno municipal, al añadir a la leyenda “Mi ciudad ya no se inunda” el complemento “siempre y cuando no llueva”. 

Un año antes de esta situación, Paul Carrillo enfrentó uno de los primeros escándalos de su administración al modificar a conveniencia el Programa de Desarrollo Urbano (PDU) aprobado durante el gobierno de Julián Ricalde, lo que generó una cascada de amparos de ambientalistas porque ya estaban en proceso de aprobación decenas de licencias y permisos basados en esta actualización.

Los “cheques de hule” de Contreras Castillo

Luego de que Mario Villanueva Madrid pidió licencia a su cargo como presidente municipal de Benito Juárez en 1991 para buscar la gubernatura del Estado, su lugar fue ocupado de manera interina por Jorge Arturo Contreras Castillo, quien, al concluir la administración municipal en 1993, se dio a la fuga junto con varios de sus excolaboradores al ser acusados por el gobierno estatal de peculado y falsificación de documentos.

Luego de meses a salto de mata, Contreras Castillo se entregó a la justicia, que nunca estableció el monto exacto del peculado. Se manejaron diversas cifras, pero al final se difundió que el daño a reparar era de poco más de tres millones de pesos, el equivalente a un millón de dólares de la época, que Arturo Contreras resarció con un cheque “de hule”, el cual nunca pudo ser cobrado por el entonces presidente municipal Carlos Cardín Pérez (1993-1995) ni quienes continuaron en el cargo, y a pesar de que se decía que el acusado tenía una nueva orden de aprehensión por ese fraude, se paseaba sin problema en la ciudad a la vista de todo mundo.

Años después, ya durante el gobierno de Joaquín Hendricks Díaz, quien formaba parte del mismo grupo político, el exalcalde recibió el perdón total y le fue anulada la inhabilitación que le impedía ocupar cargos públicos. En el 2019, el entonces gobernador Carlos Joaquín González lo nombró secretario de Gobierno, cargo que en 1988 ya había ocupado, durante la gestión del doctor Miguel Borge Martín.

Es de señalar que actualmente Arturo Contreras Castillo se encuentra amparado debido a la existencia de una investigación en su contra que, se especuló, sería por su probable responsabilidad en los delitos de malversación de fondos federales y desempeño irregular de la función pública en el gobierno del hoy embajador de México en Canadá. Sin embargo, él mismo aseguró que se trata de una demanda mercantil que interpuso una financiera contra su empresa restaurantera, por lo que no tiene nada que ver con el servicio público.

Julián Ricalde y los fajos de billetes

Julián Javier Ricalde Magaña gobernó Cancún del 2011 al 2013, pero en ese último año se vio envuelto en un escándalo, al ser exhibido en una grabación de video (hecha aparentemente en el 2010), recibiendo fajos de billetes de manos del presidente municipal interino Jaime Hernández Zaragoza.

Dicho video, publicado en la red social YouTube, con una duración de 2 minutos y 27 segundos, fue grabado en las instalaciones de la presidencia municipal donde despachaba Hernández Zaragoza, quien ocupó el cargo después de que el perredista Gregorio Sánchez solicitó licencia para buscar la candidatura a la gubernatura.

En el video se ve a Hernández tomar de su escritorio un sobre amarillo, se sienta y saca del sobre dos paquetes grandes con fajos de billetes, que coloca frente a Ricalde. “Son tres”, se escucha decir a Jaime Hernández, como a la espera de la aprobación de Ricalde Magaña.

Ricalde toma uno y enseguida se lo devuelve a Hernández, quien lo vuelve a introducir en el sobre y se lo entrega. “Es de los impuestos, es de hoy”, se escucha decir a Hernández.

En su momento, Ricalde Magaña reconoció que sí recibió dinero del exalcalde interino, Jaime Hernández Zaragoza “para la transición en el ayuntamiento”, pero dijo que no recordaba la cantidad.

Por su parte, Jaime Hernández acusó a Julián Ricalde de extorsionarlo para lograr acuerdos en el Cabildo y el Congreso local y dijo que tras recibir el millón de pesos que le dio en el video, Ricalde viajó a las Vegas.

En su gobierno, Ricalde Magaña protagonizó otro momento absurdo memorable al mandar pintar de color rosa el monumento Caracoles y Estrellas, mejor conocido como El Ceviche, que forma parte del patrimonio cultural de Cancún, bajo el argumento de la conmemoración de la lucha contra el cáncer de mama; tiempo después, como una forma de resarcir su penoso error, le entregó las llaves de la ciudad a la autora de la obra, Lorraine Pinto, a quien nunca avisó de su “ocurrencia”.

“Greg” Sánchez y el “sueño guajiro” de su palacio en el Ombligo Verde

La administración de Gregorio “Greg” Sánchez Martínez quedó marcada por la violencia cuando a un año en el cargo y aún sin presentar oficialmente a su nuevo titular de Seguridad Pública, el general en proceso de retiro Mauro Enrique Tello Quiñones, quien hasta ese momento fungía como asesor externo de la dependencia, éste fue ejecutado con inusitada saña junto con un sobrino de “Greg” por un grupo delictivo que tenía infiltrada a la corporación. Ese caso derivó en la detención de varios elementos policiacos, incluyendo al entonces titular de la dependencia, Francisco Velasco Delgado, alias “El Vikingo”. 

Durante su gestión, “Greg” anunció que había tomado la decisión de construir un nuevo palacio municipal y que su sede sería el “Ombligo Verde”, un espacio protegido en la céntrica supermanzana 32; sin contar con permisos ambientales, metió maquinaria y comenzó la tala de árboles y limpieza del lugar, lo que derivó en que un grupo de ambientalistas lo demandó penalmente.

Debido a ello se vio obligado a detener la obra y ante la oposición de la gente anunció que ya no se construiría allí el nuevo palacio municipal, sino una plaza que se denominaría “Del Bicentenario”, que de igual manera generó indignación ciudadana, por lo que las protestas se reanudaron, entre marchas y la interposición de recursos jurídicos, hasta que el alcalde se desistió del absurdo plan de afectar el que es considerado el último “pulmón verde” de Cancún.

Zanjada la polémica, “Greg” Sánchez buscó llegar a la gubernatura del estado y tras pedir licencia al cargo de alcalde se inscribió como candidato del PRD en el 2010, pero en plena campaña fue detenido bajo cargos de narcotráfico, lavado de dinero y vínculos con el crimen organizado. Su encarcelamiento impidió que pudiese mantenerse en la contienda electoral y a pesar de que posteriormente recobró su libertad, ya no pudo recobrar la popularidad que llegó a tener.

Francisco Alor pretendió instaurar toque de queda a menores

Durante el periodo 2005-2008, el gobierno municipal de Benito Juárez estuvo a cargo de Francisco Antonio Alor Quezada (fallecido en 2020), quien durante su administración enfrentó varios desafíos como el paso del huracán “Wilma”, justo en el primer año de su mandato.

Sin embargo, fuentes cercanas a aquella administración municipal recuerdan que protagonizó algunas decisiones absurdas, como el hecho de retardar sin motivo alguno la petición de apoyo a las fuerzas armadas para que se frenaran los saqueos de los negocios tras el paso del huracán. “¿Son tus negocios?”, respondió el alcalde cuando un colaborador suyo le sugirió que habría que pedir la intervención de los soldados para reforzar la seguridad, debido a que ya comenzaban a reportarse los primeros robos a los supermercados.

Durante su mandato desaparecieron las tres esculturas de bronce instaladas en la fuente conocida como “Los Niños Traviesos”, de la artista Carol Miller, que está en uno de los estacionamientos del Ayuntamiento, dos de las cuales fueron vistas años después en su rancho de Valladolid, Yucatán y el caso fue exhibido por la entonces diputada Patricia Sánchez Carrillo, que lo obligó a que las devolviera. La tercera escultura sigue sin aparecer.

También se le recuerdan ocurrencias como el pretender concesionar las señaléticas en las esquinas de la ciudad y remitir una propuesta de ley al Congreso del Estado para penalizar el vandalismo, la cual incluía una especie de “toque de queda” para que los menores de edad no se reunieran en las esquinas de sus casas o anduvieran en la calle por las noches.

En una etapa posterior de su carrera como funcionario, en el 2010, como procurador de Justicia del gobierno de Félix González, uno de los casos más sonados que atendió fue la imputación al cantante Kalimba por la presunta violación a una menor de edad, debido a lo cual permaneció casi diez meses en la cárcel hasta que un juez lo absolvió por falta de elementos, una decisión que fue calificada de “incomprensible” por Francisco Alor, pues afirmó que existían pruebas contundentes contra el cantante. Años más tarde, el exabogado de Kalimba, Alberto Woolrich, aseguró al programa “Ventaneando” que Alor Quezada, quien por entonces ya había fallecido, quiso extorsionar a su cliente con un millón de dólares.

Magaly Achach uniformó a mujeres de la “vida galante”

La profesora Sonia Magaly Achach Solís gobernó el municipio de Benito Juárez entre 1999 y 2002, y justo en esa época la ciudad de Cancún comenzaba a tener un crecimiento poblacional exponencial; en ese marco, Magaly, quien despegó en su carrera política como lideresa del Frente Único de Colonos, avaló la apertura de más asentamientos humanos a pesar de que no contaban con los más elementales servicios básicos.

En su gobierno nombró a Francisco Velasco Delgado, alias “El Vikingo”, como titular de Seguridad Pública y una de sus encomiendas fue que pusiera orden en el tema de la prostitución que se ejercía en la supermanzana 63.

Para ello, acordó con las prestadoras de servicios sexuales que a partir de entonces tendrían que estar uniformadas con pantalón o falda de color negro y una blusa o playera amarilla, como una manera de identificarlas y así evitar conflictos con las familias de la zona.

La polémica decisión inconformó al Partido de la Revolución Democrática (PRD), pues se trata de los mismos colores que identifican a ese instituto político, por lo que exigió al gobierno de Magaly Achach que retirara esa orden.

Issac Janix, ejemplo de descaro

Si hablamos de políticos “desmemoriados” –o que, más bien, se aprovechan de la falta de memoria de la ciudadanía sobre las contradicciones de su trayectoria–, un ejemplo claro es el hoy diputado local por el Partido Verde Issac Janix Alanís, quien inició su carrera política fustigando a los partidos y abrazando la bandera de “independiente” en busca de la presidencia municipal de Benito Juárez en 2018, por lo que a lo largo de toda su campaña señaló una y otra vez la corrupción imperante en todos los institutos políticos.

Luego de perder en ese proceso electoral, no dudó en contender nuevamente en el siguiente, en el 2021, pero ahora como representante del ya extinto partido “Fuerza Por México”, contradiciendo su discurso de apenas tres años atrás.

De hecho, durante ese proceso electoral aseguró que metería a la cárcel a la entonces presidenta municipal que buscaba la reelección –hoy gobernadora del estado–, e incluso exhibió una denuncia penal en su contra, pero terminó convertido en su aliado, porque tras acceder a una regiduría en el Cabildo de Benito Juárez, posteriormente aceptó asumir la Secretaría General del Ayuntamiento.

Sin embargo, este cargo le quedó grande, al grado de abandonarlo el 9 de noviembre del 2021, a raíz de la agresión de elementos de Seguridad Pública contra periodistas y ciudadanos que se manifestaban frente al palacio municipal, diciéndose “profundamente indignado por la represión policiaca”, omitiendo el hecho de que él mismo era el encargado de la política interna en el municipio, responsable de ordenar el resguardo del palacio y de ordenar lo necesario para garantizar la seguridad de los manifestantes.

En consecuencia, el regidor Humberto Aldana Navarro denunció ante la Fiscalía del Estado de Quintana Roo a Issac Janix, por presuntas omisiones en sus funciones durante las protestas del 9 de noviembre, acusándolo de no coordinar las “acciones para resguardar la escena de los hechos” y de, incluso, abandonar su posición durante la manifestación.

Además, también se evidenció que manipuló las evidencias al recoger un casquillo de bala percutido que se encontraba tirado en la explanada del Palacio Municipal y difundir en sus redes sociales fotos con él.

Cabe apuntar que la investigación no avanzó ni tampoco hubo repercusión legal, pues Janix se incorporó al siguiente proceso electoral como candidato del Partido del Trabajo (PT), en alianza con Morena y el Partido Verde por una diputación local, la cual ganó, pero ya en el cargo renunció al PT para engrosar las filas verdes, en el colmo del absurdo: un independiente que detestaba a los partidos políticos, en su afán del poder por el poder, terminó recorriendo tres de ellos.

Iglesia católica “ganó” su terreno en Tajamar

En medio de la polémica de los proyectos turísticos, comerciales y obras públicas frustrados en el Malecón Tajamar en Cancún, que fue cancelado por daño ambiental en 2016, uno de los grandes “ganones” fue la iglesia católica a la que el gobierno le adjudicó desde el 2006 un predio para construir ahí la Basílica de Santa María del Mar.

De hecho, en el predio también se contemplaba el proyecto de construir un nuevo palacio municipal, el cual nunca prosperó.

Pero el tema de la iglesia sí y para el 2008, en el marco del VII Congreso Mundial de la Pastoral del Turismo, Monseñor Cristopher Pierre, quien era el nuncio apostólico del Vaticano en México, bendijo el terreno, y ese mismo día se conformó el patronato de la Basílica María del Mar, integrado por 20 empresarios y ciudadanos cancunenses.

Para diciembre de 2012, dicho patronato que fue presidido por el empresario Eduardo Albor invitó a 13 despachos a participar en el concurso con el objetivo de contar con el anteproyecto arquitectónico que daría forma al recinto que jamás se pudo llevar a cabo, tras su cancelación luego del “absurdo ecocidio” –según palabras de la Organización Cousteau– que se perpetró en el Malecón Tajamar.

El escándalo de Joaquín Hendricks

Pero no sólo Cancún ha sido escenario de situaciones que rayan en lo absurdo, pero extendernos más allá de este municipio llevaría tantas páginas que no cabrían en esta edición. Baste un botón, desde el palacio de gobierno, en la capital del estado:

Ocurrió en octubre del 2002, cuando en plena gestión de Joaquín Hendricks Díaz (1999-2005) se desarrolló el huracán “Isidoro”, que se enfiló a Quintana Roo. A pesar de la contingencia, el entonces gobernador se ausentó de la entidad para realizar un viaje por Alemania, España e Italia que fue calificado de urgente e impostergable, lo cual fue desmentido días después por su entonces esposa, María Rubio Eulogio, quien denunció ante los medios que el gobernador se había ido “a pasear con otras, y lo hizo con recursos del estado”, y advirtió que “la sociedad quintanarroense que lo eligió y a la que (él) se debe, le cobrará caro que la haya descuidado en tiempos difíciles”.

Un día después de esas declaraciones, el gobernador Joaquín Hendricks removió de la presidencia del DIF estatal a su esposa y designó en su lugar a su hija Leslie Hendricks Rubio, argumentando que la primera dama de la entidad padecía trastornos emocionales, por lo que había tomado esa decisión “por su salud emocional, preocupado por ella”.

Es de recordarse que también que en su administración, en su afán por invadir esferas jurisdiccionales en materia de seguridad pública, ordenó la creación de un cuerpo policial especial que le denominó Fuerza Interinstitucional Policial (FIP) que contaba incluso con un helicóptero, y que si bien podía operar paralelamente en toda la entidad como la Policía Estatal, asentó su base de operaciones en Benito Juárez con el fin de exhibir las deficiencias en seguridad durante el periodo de Juan Ignacio García Zalvidea, con quien mantuvo una disputa política en todo su mandato. 

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En el tintero quedan muchos casos absurdos asentados en el municipio de Benito Juárez, entre ellos: 

  • Se autorizó e incluso se invirtió en la construcción de puentes peatonales como los que están frente a la terminal del ADO y por Plaza Las Américas, que son ocupados por muy poca gente, pues prefieren cruzar las calles por debajo de ellos a pesar del riesgo de atropellamiento.
  • Desde el 2022 se autorizó que se adornen con motivos navideños las glorietas y monumentos de la ciudad, bajo el patrocinio de diversas empresas, pero ninguna administración se ha preocupado por darle mantenimiento a dichas obras, que forman parte de la historia de la ciudad. 
  • Actualmente se inició la remodelación por enésima ocasión del famoso Parque de “Las Palapas”, donde las palapas desde hace muchos años brillan por su ausencia.

A nivel estatal:

  • En varias gubernaturas se han dado momentos que han marcado las administraciones de los mandatarios, pero ningún caso como el de Mario Villanueva (1993-1999), quien hizo famosa la frase “en mi estado mando yo” y se enfrentó con el entonces presidente de la República, Ernesto Zedillo, al extremo inusitado de que en vísperas de concluir su gestión terminó huyendo durante dos años, al ser relacionado con el Cártel de Juárez. Tras su detención y posterior extradición a Estados Unidos se declaró culpable ante una Corte de Nueva York, donde reconoció que participó en una conspiración para organizar transacciones financieras, sabiendo que se trataba del producto de una actividad ilícita, para ocultar el carácter y el origen de esos recursos.
  • Desde el Congreso del Estado, los diputados se han dedicado a elaborar leyes que en realidad son absurdas e inoperantes, como la Ley para la Prevención, Gestión Integral y Economía Circular de los Residuos del estado de Quintana Roo, conocida popularmente como “Ley Plástico”, así como la de Bienestar Animal, que son emitidas al vapor, sin considerar sus reglas de operación, ni los recursos y las estructuras necesarias para su correcta puesta en marcha.
  • La administración de Carlos Joaquín González (2016-2022) organizó en el 2019 el Tour Mundial de Voleibol de Playa en Chetumal, ¡un lugar sin playas!, debido a lo cual se asignó mucho dinero para trasladar arena desde Veracruz, en lugar de hacer dicho evento –que pasó sin pena sin gloria– en destinos como Tulum, Playa del Carmen, Puerto Morelos, Cancún, Isla Mujeres, Cozumel o Holbox. 
  • También durante el mandato de Carlos Joaquín fue donado un amplio terreno para la construcción de la Ciudad Militar en la zona del Ramal Norte, en la zona continental de Isla Mujeres, con la promesa de la federación de enviar 3 mil 200 elementos de la Policía Militar para garantizar la seguridad en la entidad. El cuartel se hizo, pero nunca llegó esa cantidad de soldados y la inseguridad ha seguido empeorando. 
  • Una de las obras emblemáticas de Roberto Borge (2011-2016) fue el Auditorio del Bienestar, que se edificó para que fuese sede de eventos musicales, deportivos y culturales, pero hubo muchas deficiencias en su construcción, como el no haber contemplado un estacionamiento para los miles de vehículos que se esperaba llegasen, además de la mala calidad de la estructura, por lo que el edificio nunca se utilizó y permanece como un “elefante blanco”, cayéndose a pedazos.
  • De manera absurda, Quintana Roo carece de un rastro tipo TIF. Tampoco existe un hospital público para enfermedades mentales. Y aunque se trata de una entidad en constante riesgo por los huracanes, no existe en ningún municipio un Atlas de Riesgo actualizado.
  • A pesar de que el secretario federal de Infraestructura, Comunicaciones y Transporte Jorge Nuño Lara afirmó, al inaugurar el remodelado bulevar Luis Donaldo Colosio, que se había concluido con la rehabilitación y las obras complementarias, en realidad hacen falta retornos, señalética, banquetas, guarniciones, así como una mayor iluminación, además de haber errores garrafales como una rampa para personas con capacidades diferentes que no lleva a ningún lado y en cuyo remate se ubica una palmera.
  • Chetumal ha sido una ciudad constantemente sometida a engaños: por decir algo, nunca se instaló allí la Secretaría de Turismo, como ofreció desde sus días de campaña el presidente López Obrador; en cambio, fue nombrado “Barrio Mágico” –una categoría diferente a la de “Pueblo Mágico” que ostentan otros destinos del estado–; además le fue quitado el terreno de la Expofer con la promesa de instalar allí una estación del Tren Maya, aunque finalmente lo que habrá allí es un taller-cochera para la reparación y mantenimiento de los vagones.