ISLA BLANCA: OTRO PARAÍSO EN PELIGRO
21 Sep. 2024El megadesarrollo turístico en la zona continental de Isla Mujeres está repitiendo los mismos errores de crecimiento anárquico que hoy tienen en jaque a Cancún, sometido a un grave desorden en materia ambiental al amparo de la Semarnat, que continúa emitiendo permisos a proyectos depredadores, privilegiando los intereses de grandes consorcios empresariales
SALVADOR CANTO / EQUIPO DE INVESTIGACIÓN DE EL DESPERTADOR DE QUINTANA ROO
A pesar de que la parte continental de Isla Mujeres con su megadesarrollo de Isla Blanca – integrado por los cuatro complejos turísticos Playa Mujeres, Paraíso Mujeres, Costa Mujeres y Soto Lindo– es ya la tercera zona turística más importante de Quintana Roo, solo detrás de Cancún y Playa del Carmen, pues en tres lustros se han construido poco más de nueve mil cuartos hoteleros de una proyección de 25 mil para los próximos 15 años, su acelerado crecimiento la pone en grave riesgo, tanto en materia ambiental por el número de proyectos que siguen en autorización, como en seguridad, debido al aumento de delitos relacionados con despojos de propiedades y la venta de drogas en las construcciones y las zonas de playas.
Durante un recorrido realizado por el equipo de investigación de El Despertador de Quintana Roo se pudo observar que varios proyectos hoteleros ya están en proceso de construcción, tras arrasar con cientos de hectáreas de dunas costeras y mangle –especie amenazada listada en la NOM-059-SEMARNAT-2010– en el área conocida como península de Chacmuchuch, lo que demuestra que para la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), al menos durante la presente administración federal, la protección al ecosistema no fue su prioridad en el estado.
Por el contrario, la dependencia federal continúa con la repartición de permisos que no son nada amigables con el medio ambiente, como es el reciente caso del Parque Acuático “Costa Mujeres” promovido por la empresa Kanapark S.A. de C.V., que se instalará frente a las playas del lujoso centro de hospedaje “Grand Palladium Paraíso Mujeres Resort y Spa”, propiedad del empresario Abel Matutes Prats, del Grupo de Empresas Matutes (GEM).
Cabe señalar que en el trámite para la obtención de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), los propios promoventes de este proyecto pretendido como “recreativo”, al que solo tendrán acceso los turistas, reconocen que habrá impactos ambientales negativos.
“La superficie requerida para la colocación del sistema de fijación, afectará un área variable dependiente del peso del lastre”, se lee en uno de los apartados del trámite de la MIA, circunstancia aunada a que toda esa área forma parte de un importante polígono de anidación de tortuga marina y además cruza parte de la Reserva de la Biosfera del Caribe Mexicano (RBCM) decretada desde el 2016 y que abarca en su totalidad 56 mil 628 kilómetros cuadrados en el litoral de Quintana Roo.
A pesar de ello, la autoridad federal ya autorizó el proyecto, que se encuentra en la etapa de construcción de las bases de concreto que serán introducidas a la zona marina para fijar las boyas que permitan la posterior colocación de 27 equipos inflables en un perímetro de mil 400 metros cuadrados, con un costo de inversión de 2.7 millones de dólares.
Además, el documento ingresado a la Semarnat carece de algún apartado en donde los promoventes se refieran a las medidas de seguridad para los usuarios, es decir, esquemas de actuación en materia de Protección Civil o por la Capitanía de Puerto en caso de algún accidente, otro punto que tendría que haber sido determinante en la inviabilidad el proyecto, que sin embargo ya fue aprobado para su operación por hasta 10 años, como se explica en el resolutivo de la dependencia ambiental, pese a que no solo violenta programas de conservación y protección de flora y fauna municipal y estatal, sino también federal.
Es de recordarse que en el año 2018 la empresa Float Fun Entertainment obtuvo permisos de la Semarnat para instalar en Playa Langosta de Cancún unos juegos inflables similares a los que la compañía Kanapark SA de CV fijará en el Parque Acuático “Costa Mujeres”; sin embargo, tras varios meses de operación los tuvieron que retirar porque un grupo de ambientalistas, entre ellos Katerine Ender Córdova, emprendieron una lucha legal y demostraron que los módulos anclados al lecho marino de manera permanente ya estaban ocasionando daño ecológico a la zona.
Con ello, se frustró la intención de que la empresa colocara más inflables en otras playas públicas, como Gaviota Azul de Plaza Forum y Chac Mool en Cancún, y otras más en Solidaridad y Tulum.
Isla Blanca, historia de fraudes, despojo y ambiciones
La historia de tráfico de influencias, doble escrituración e intereses políticos y empresariales en Isla Blanca data de muchos años: desde que se anunció que estaba proyectada para ser el nuevo centro turístico de Quintana Roo y que en puerta había decenas de inversiones hoteleras en espera del banderazo de arranque se destapó un abanico de fraudes, despojos y ambiciones que ha involucrado a funcionarios de los tres niveles de gobierno afiliados a diversos partidos políticos, como el PRI y el PAN, así como a consorcios españoles que son los que más han invertido en la zona, en hoteles como Planet Hollywood, RIU, Palladium, Dreams, Palladium, Majestic, Catalonia y la Academia de Tenis de Rafael Nadal.
El megadesarrollo de Isla Blanca está compuesto por cuatro complejos turístico-residenciales, denominados Playa Mujeres, Paraíso Mujeres, Costa Mujeres y Soto Lindo, que es el último eslabón de proyectos que continúan su avance y que contemplan nueve mil 600 cuartos hoteleros, marinas y campos de golf que se pretenden hacer desde el 2012, en la administración gubernamental de Felipe Calderón.
Antes de que se desarrollara ese destino turístico, la franja costera de Isla Blanca estaba considerada para que fungiera como el primer Centro Integralmente Planeado (CIP)en el sexenio echeverrista.
Sin embargo, a la vuelta de los años y debido a la saturación de Cancún y de la Riviera Maya, el sitio se convirtió en la “joya de la corona” para los nuevos desarrolladores, que contaron con el respaldo de Alicia Ricalde Magaña, quien durante su gestión municipal aprobó el cambio de uso de suelo de la zona para permitir la construcción de la mayoría de los hoteles que ya están en operación.
Sin embargo, al ser evidenciada una mala actuación, en su momento la entonces Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) actualmente llamada Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIC), aplazó el proyecto de construcción de la ampliación de la carretera que incluía un puente de la zona de la llamada “Angostura”, que es donde se une el mar con la laguna cada vez que hay alguna tormenta en la región.
Una vez pasado el puente, el proyecto federal estipulaba un camino sólido hasta el extremo de la península para que diera pie al inicio de las obras hoteleras establecidas para la zona de Soto Lindo.
Arrasan con manglares en Quintana Roo
De acuerdo con el Sistema de Monitoreo de Manglares de México, Quintana Roo tuvo mil 174 hectáreas de manglar perturbado (zonas de bosque muerto o en regeneración) durante el año 2020, cifra que equivale a más de mil 600 campos de futbol.
El Centro de Investigación de Estudios Avanzados (Cinvestav) considera que a pesar de que Quintana Roo es el estado con mayor extensión de manglar en México, la entidad carece de suficientes investigaciones en la materia.
Los estudios de la institución indican que, en la Riviera Maya, entre el 70% u 80% de los hoteles han sido construidos sobre manglares, lo mismo que ha ocurrido en Cancún y Tulum y la historia se está repitiendo en la Zona Continental de Isla Mujeres, lo cual es motivo de preocupación porque además se destruyen cientos de hectáreas de dunas costeras y el problema que se avecina es más grave de lo que se piensa.
Para el Cinvestav, la construcción de hoteles en zonas de manglar y dunas es imprudente y representa un acto de corrupción, pues esos proyectos requieren un cambio de uso de suelo otorgado por los gobiernos locales y un permiso del gobierno federal a través de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), los cuales muchas veces se conceden de manera indebida.
En Quintana Roo existen cuatro tipos de manglares –blanco, negro, rojo y botoncillo–, que sirven de refugio contra las condiciones climáticas extremas y es hogar de numerosas especies (crustáceos, mamíferos y aves), además de actuar como una barrera natural que ayuda a mitigar la erosión del suelo y a proteger a las comunidades de las tormentas.
Actualmente, el 60% de los manglares en México se encuentran en la Península de Yucatán, con más de 544 mil 600 hectáreas, y aproximadamente 247 mil hectáreas se localizan en Quintana Roo.
Cemda mantiene frenado proyecto depredador
Desde el año 2011, el Centro Mexicano del Derecho Ambiental (Cemda) emprendió una lucha ante el otorgamiento de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto Soto Lindo, planificado para la última fase de Isla Blanca, por considerarlo depredador y aunque está frenado desde el 2012, en cualquier momento se puede reactivar.
La pelea en tribunales fue amplia y de alto riesgo porque se trata de un proyecto que involucra voraces intereses de políticos, muchos de ellos aún vigentes, y poderosos empresarios tanto mexicanos como españoles, a quienes no les importaba destruir especies en peligro de extinción como la cacerolita de mar, los diferentes tipos de manglares que existen, además de la fauna costera de la zona como el manatí, las tortugas marinas y el tiburón ballena.
Todo esto para desarrollar un megaproyecto turístico de mil 400 millones de dólares, que proyectaba construir en los siguientes 12 años (es decir, este 2024 estaría cumpliéndose el plazo originalmente previsto) un total de nueve mil 600 cuartos de hotel en 221 hectáreas, dos marinas, un campo de golf, casinos y residencias.
Sin embargo, mientras la lucha legal por frenar este desarrollo se mantenía en tribunales, la Semarnat revisaba decenas de carpetas para otorgar las respectivas manifestaciones ambientales a otros desarrollos que son los que gestaron en la parte de Playa Mujeres y Costa Mujeres, en donde están establecidos los hoteles RIU Palace y Dunamar, Catalonia, Palladium, Excellence, Majestic, Atelier, entre otros que destruyeron cientos de hectáreas de mangle y devastaron otras más de dunas costeras.
De hecho, en el recorrido que hizo el equipo de investigación de El Despertador de Quintana Roo por Isla Blanca se pudo observar que actualmente están en construcción otros nuevos hoteles, en franca violación a las leyes ambientales y de los que se desconoce si tienen o no los permisos tanto federales como del estado y del propio municipio.
Cabe destacar que algunos de los riesgos, dada la vulnerabilidad de la zona frente a los huracanes y la erosión propiciada por los desarrollos turísticos y el cambio climático, es la desaparición de la duna costera y la vegetación asociada.
Además, la zona carece de drenaje sanitario y agua potable, por lo que prácticamente todos los hoteles que ya operan cuentan con sus propias plantas de tratamiento de aguas residuales y desalinizadoras.
Más hoteles en predios con disputas legales
En terrenos como “Francisco Javier”, cuya propiedad se ha mantenido en disputa entre particulares y consorcios empresariales desde hace más de 30 años y que ha involucrado complicidad de exalcaldes de Isla Mujeres como Paulino Adame y Alicia Ricalde, se proyectan nuevos hoteles que podrían comenzar a colapsar los pocos servicios que hay actualmente.
Uno de ellos es Isla Blanca By Sunset World, que se promueve en su página de internet aun sin iniciar obras, bajo el segmento solo para adultos con 393 suites de lujo, 34 spa suites, cinco restaurantes de cocina internacional, uno de dietas especiales, dos más fine dining –de alta cocina–, seis bares, un centro de convenciones, gimnasio, un muelle, entre otras amenidades.
También está el Kustal Costa Mujeres, que consiste en la construcción y operación de 10 edificios de hasta cinco niveles con 544 cuartos para huéspedes y que incluye dos clubes de playa y una Casa Club de Golf, asociados a un campo de golf de nueve hoyos, vialidades, áreas de equipamiento y servicios, en un predio de 381.90 hectáreas de superficie.
En el caso del predio donde se edificará el Isla Blanca By Sunset World, pesa una serie de juicios que llevan alrededor de 30 años en tribunales y una de las agraviadas es la señora Leticia Rubello Garza, quien actualmente radica en el extranjero por cuestiones de salud, pero cada vez que tiene la oportunidad de venir lo hace, con la esperanza de que en algún momento las autoridades fallen a su favor.
Otro propietario despojado es Luis Bernal Campo, quien actualmente radica en Madrid, España y que mantiene una lucha legal por un predio en Francisco Javier y acusa al consorcio Sunset de despojarlo.
Bernal Campo explicó su caso en una reciente carta enviada al Gobierno del Estado en abril pasado, en donde señala que en 1990 adquirió un terreno en Isla Blanca (Fraccionamiento Francisco Javier) como una posibilidad de establecerse ahí cuando se retire en fechas próximas.
“Le escribo con la preocupación de que tengo informes de que los terrenos alrededor de mi predio fueron cercados por personas relacionadas con el Hotel Sunset como lo fueron a principios del año 2003. En esta ocasión han llegado a vallar la zona cortando viales públicos, no permitiendo el paso a los legítimos propietarios y haciendo ostentación de armas para intimidarlos. Mis vecinos han recibido fuertes amenazas. Evidentemente estos invasores quieren apoderarse de nuestros terrenos que han adquirido mayor valor debido al desarrollo que está experimentando la zona y quieren despojar a sus legítimos dueños que lo hemos sido durante varios lustros, en muchos casos”, explica en el documento, del cual El Despertador de Quintana Roo obtuvo una copia.
Isla Blanca repite los errores de Cancún: GEMA
De acuerdo con Araceli Domínguez, presidenta del Grupo Ecologista del Mayab (Gema), en el proceso de desarrollo que se lleva a cabo en Isla Blanca y la parte Continental de Isla Mujeres, al igual que en Tulum, se están repitiendo los mismos errores que ya se cometieron en Cancún y en Playa del Carmen y que en Puerto Morelos van por el mismo camino, lo que traerá consecuencias muy graves tanto para los ecosistemas como para la calidad de vida de sus habitantes.
“Existen violaciones al Ordenamiento Ecológico Regional y después locales y creo que debieron haber seguido una pauta en donde la parte continental tuviera una densidad muy baja y sin embargo lo están haciendo de manera lineal con una misma tendencia de densidades altas, con una problemática de fondo en todas las circunstancias, es decir, por donde lo vea uno, esto es verdaderamente un crimen tanto para la gente como para los ecosistemas”, dijo en entrevista con El Despertador de Quintana Roo.
Mencionó, como parte de los problemas que existen, que “el crecimiento de infraestructura urbana no es paralelo al crecimiento de las poblaciones; no se están considerando plantas de tratamiento de agua negras; hace falta mayor disposición de energía eléctrica y cada vez tenemos más apagones; y no tenemos suficiente agua”.
Enumeró, entre los ordenamientos ambientales que son violados por las construcciones hoteleras en Isla Blanca, los Programas de Ordenamiento Ecológico, el Programa de Ordenamiento Ecológico General del Territorio (POEGT), el Programa de Ordenamiento Ecológico Local del Municipio de Isla Mujeres (POEL-IM), el Programa de Ordenamiento Ecológico Marino y Regional del Golfo de México y Mar, el Plan Parcial de Desarrollo Urbano de la Península Chacmuchuch del Municipio de Isla Mujeres, entre otros.
La inseguridad ya se ha asentado en la zona
Desde hace varios años, la inseguridad se ha hecho presente en la zona de Isla Blanca, tanto en las playas como en los hoteles desde que iniciaron las construcciones, donde hasta la fecha existen varios trabajadores desaparecidos.
Un caso muy sonado ocurrió en el 2020, durante la construcción del lujoso hotel Planet Hollywood –inaugurado en enero del año siguiente–, cuando se informó el hallazgo de varios cuerpos enterrados en el interior de la obra, presumiblemente albañiles víctimas del crimen organizado que les cobraba derecho de piso y los obligaba a la compra y venta de drogas.
Y actualmente, a pesar de que ya se encuentran en funcionamiento otros hoteles de gran lujo, como Atelier, Catalonia, RIU Dunamar, Beach Palace y Riviera, Majestic, Grand Palladium y Excellence, la delincuencia se sigue haciendo presente pero ahora en sus playas, donde no existe ningún tipo de vigilancia policial.
En el RIU Beach, en el área de la playa incluso hay una especie de caseta de seguridad que consiste en un toldo y varias cámaras de seguridad de la Guardia Nacional, pero el personal que se supone debería de estar ahí nunca se encuentra presente y eso es aprovechado por sujetos que, aparentando ser vendedores de tours, en realidad comercializan droga sin ningún obstáculo.
Para ordenar el crecimiento turístico en Isla Blanca, las autoridades deben tomar en cuenta las siguientes consideraciones:
- Planificación integral: Establecer un plan maestro de desarrollo turístico sostenible que considere la capacidad de carga del destino y el impacto ambiental.
- Regulación de la construcción: Establecer normas y regulaciones para la construcción de infraestructura turística, asegurando que se respeten los estándares de sostenibilidad y protección del medio ambiente.
- Gestión de impacto ambiental: Implementar medidas para mitigar el impacto ambiental del turismo, como la gestión de residuos, protección de la vida silvestre y conservación de áreas naturales.
- Infraestructura básica: Asegurar que la infraestructura básica (agua, electricidad, transporte) sea una prioridad y adecuada para soportar el crecimiento turístico.
- Capacitación y empleo local: Fomentar la capacitación y empleo de la población local en el sector turístico.
- Control de la densidad poblacional: Establecer límites para la densidad poblacional y evitar la sobrepoblación.
- Protección del patrimonio cultural: Preservar y proteger el patrimonio cultural e histórico de la zona.
- Participación ciudadana: Fomentar la participación ciudadana en la toma de decisiones sobre el desarrollo turístico.
Al implementar estas medidas, las autoridades pueden garantizar un crecimiento turístico sostenible y responsable en Isla Blanca.
*** RECUADRO ***
- El rápido crecimiento e inversión en Costa Mujeres y Playa Mujeres no ha sido a la par con el desarrollo de la infraestructura y los servicios necesarios.
- El transporte público es otro desafío en Costa Mujeres, pues los turistas deben optar por taxis de tarifas altas o combis y autobuses de mala calidad.
- Los hoteles de Isla Blanca cometen los mismos errores que los de Cancún y toda la zona norte, al no dejar un espacio para el acceso libre a las playas públicas, como lo establece el decreto presidencial emitido en el 2020 que resalta en su artículo 8 que el acceso a las playas mexicanas, no puede ser obstaculizado ni restringido.