La difusión viral, por personajes del círculo cercano del presidente López Obrador, de una playera con una imagen de la denominada “Niña Blanca” ha despertado una persistente polémica sobre el mensaje que se pretendió enviar y expuso al escrutinio público un culto creciente, seguido por millones de fieles en México

SALVADOR CANTO / EQUIPO DE INVESTIGACIÓN DE EL DESPERTADOR DE QUINTANA ROO

La Santa Muerte se ha convertido en una figura venerada por algunos como una santa o una deidad y criticada por otros, especialmente por la Iglesia católica, como una forma de idolatría y también por su supuesta vinculación con actividades criminales, que la hacen cargar con un estigma social.

En el 2005 la Secretaría de Gobernación les negó por última vez a sus seguidores el registro como Asociación Religiosa, lo que les ha impedido tener un reconocimiento legal y, por ende, no existe información oficial del número de templos existentes tanto a nivel nacional como local.

Lo que sí existe es una marcada veneración que ha crecido exponencialmente por toda la República mexicana y Quintana Roo no ha sido la excepción, primero de manera discreta pero hoy abiertamente, con la instalación de numerosos centros de culto y venta de imágenes en distintos puntos de la geografía estatal, donde predomina Cancún.

Recientemente el tema de la Santa Muerte cobró protagonismo a nivel nacional porque, en pleno proceso electoral, personajes allegados al presidente de México y hasta su propio partido político (Morena) utilizaron las redes sociales para difundir la foto de una playera con la leyenda «Un verdadero hombre no habla mal de López Obrador» y la figura de la Santa Muerte con un dedo ante la boca, ordenando guardar silencio. 

Por su parte, el mandatario, al referirse a dicha imagen en una de sus conferencias matutinas, afirmó que se trata de un acto de “libertad religiosa” e instó a los ciudadanos a “ser respetuosos de creyentes y de no creyentes”, aunque para algunos de sus críticos este llamado tendría la intención de ganar apoyo político entre los seguidores de ese culto, en la recta final de su muy cuestionada administración, que además ha sido señalada por presuntamente brindar protección a ciertos grupos de la delincuencia y el crimen organizado, a quienes se les suele considerar los principales veneradores de la Santa Muerte.

Otros columnistas nacionales han considerado que la difusión de la imagen antes citada podría representar una amenaza velada para quienes están en contra de las decisiones del gobierno y su régimen populista.

Piden respeto a las creencias de la Santa Muerte

Para entender más el tema del culto a la Santa Muerte, el equipo de investigación de El Despertador de Quintana Roo acudió al que es considerado su templo más grande en Cancún, “Mi Dulce Madre, mística eterna Esperanza”, que se localiza en la supermanzana 222, en el Fraccionamiento Paseos Kabah, donde conocimos a Yuri Méndez, fundadora del centro de adoración, autoidentificada como “la bruja de las tres virtudes” –porque asegura trabajar la magia blanca, la magia roja de la Santa Muerte y la magia negra–, chamán y curandera.

De manera cordial, sin interponer obstáculo alguno, “la Madrina” como es conocida por los devotos, nos permitió hacerle una entrevista, así como tomar fotografías y videos de un ritual que realizan el día 2 de cada mes a partir de las 19:00 horas, ante la presencia de numerosos creyentes; de hecho, al dar el discurso de bienvenida a los asistentes a la oración mensual, anunció la presencia del equipo de reporteros de El Despertador.

Yuri Méndez explicó que la figura principal del templo es Yuritzia, una efigie de la Santa Muerte que, aseguró, es milagrosa y tiene más de 15 años de estar en Cancún.

En el lugar, donde podía percibirse un penetrante olor a incienso, rodeaban el altar principal veladoras, flores y botellas de licor entre otras ofrendas, así como efigies y gráficas de la Santa Muerte de distintos tamaños y vestimentas, algunas de Jesús Malverde –considerado el patrón de los narcotraficantes– y otras relacionadas con iconos de la religión católica, como San Judas Tadeo, el Sagrado Corazón de Jesús y la Virgen de Guadalupe.

La efigie central del santuario fue vestida con especial cuidado, con un arreglo de color rojo por ser mayo, el mes de la madre y en su mano derecha empuña una guadaña que en la iconografía de la Santa Muerte representa al trance de la muerte como un aspecto inevitable de la existencia humana y el poder sobre la vida y la muerte que se atribuye a esta figura.

Yuri Méndez mencionó que la gente acude al templo por voluntad propia y lo hacen “en nombre de Dios porque Dios es causa primera de todas las cosas; nuestra fe a la Santa Muerte, ella es nuestra madre y una madre no juzga a su hijo”.

Reconoció que a veces “hay hijos que son ladrones, otras chicas de la vida galante”, pero también “gente empresaria, abogados, de todo” entre sus seguidores, porque “ella no nos discrimina, nos acepta con virtudes, con faltas, con pecados y por eso hay un Dios que es el que nos va a juzgar en la hora marcada, cuando él mande a la Santa a recoger nuestra alma es cuando se va a elevar al descanso eterno y Dios nos juzgará en ese momento”. 

Añadió que “muchas veces nos ponen en la cruz por ser devotos de la Santa, pero no saben que somos gente a quienes ella nos sacó de la desesperanza, de la depresión, de la tristeza y fue nuestro único pilar en el momento que los pseudoamigos nos dieron la espalda y ella para nosotros es una amiga, es una reina que nos saca día a día adelante”.

Al tocar el tema de la polémica playera y la imagen de la Santa Muerte con un mensaje en apoyo al presidente López Obrador, opinó que “se están tergiversando las cosas y, sin embargo, eso va a generar que haya más seguidores”. 

Negó que se hagan sacrificios de animales como parte de los rituales, como suele creerse entre los desconocedores de esa fe y explicó que las ofrendas que le dejan a la Santa Muerte son de acuerdo con la petición que le hagan sus fieles y puso como ejemplo que, si es para que un familiar deje el alcoholismo, se debe colocar una botella del licor que bebe, o si es por adicción a una droga se tiene que llevar algo de lo que consume esa persona.

“La historia de cada seguidor es distinta. Hay quien le pide salud, que un familiar salga pronto de la cárcel o que no le traiga tristeza. En México se les ha vinculado a cárteles del narcotráfico, pero no todos los devotos son así”, reiteró. 

Yuri Méndez describió los orígenes de la Santa Muerte como indígenas y recordó que los mayas veneraban a Ah Puch, también conocido como Yum Cimil, el dios del inframundo 

Explicó que la adoración a la Santa Muerte se remonta también a las deidades aztecas del Mictlán, nombre náhuatl del inframundo, como Mictecacihuatl, la Diosa de la muerte, y Mictlantecuhtli, su esposo, el Dios de la muerte. Al igual que ellas, describió, la Santa Muerte es un psicopompo –es decir, un ser que en las mitologías o religiones tiene el papel de conducir las almas de los difuntos hacia ultratumba, el cielo o el infierno– que ayuda a las personas a aligerar el tránsito de su muerte. 

La Santa Muerte, detalla, es simplemente una versión moderna de las deidades de la muerte prehispánicas y, como ellas, ayuda con la salud y la curación.

Polémica abre la puerta para más seguidores   

La difusión de una playera decorada con una imagen de la Santa Muerte –vendida en internet por la marca de ropa “Camisetas Pendejas”, que se inspira en memes para lanzar sus colecciones– y un mensaje aparentemente intimidatorio, más que de invitación para respetar lo que diga y haga el presidente de México, levantó una gran polémica por las distintas interpretaciones que se le dieron, incluso hay quienes entendieron que tiene el objetivo de influenciar a que más personas se hagan seguidores de ese culto.

Otras opiniones vertidas en redes sociales y en columnas periodísticas consideraron que se trataba de una amenaza dirigida a quienes ya no quieren estar más en Morena, o a quienes reciben dinero del gobierno pero pretenden votar en su contra, o como un mensaje para los jóvenes que, a pesar de recibir becas, se niegan a formar parte de las huestes morenistas. Incluso hubo quienes le dieron lectura en el sentido de que un movimiento narco-religioso está apoyando a López Obrador y hará lo que tenga que hacer para lograr la sobrevivencia en el poder. 

La discusión se avivó aún más cuando el mandatario federal afirmó que los ciudadanos mexicanos tienen derecho a utilizar esas imágenes para apoyarlo porque eso tiene que ver con la libertad religiosa y pidió respeto a ella.

El tema despertó críticas de los partidos de oposición que cuestionaron la divulgación de la figura de la Santa Muerte al considerarlo un personaje de culto no reconocido por la Iglesia católica que despierta veneración en algunos sectores de México.

Entre otros líderes de opinión que expusieron su postura sobre el tema, el panista Diego Fernández de Cevallos, en un espacio que mantiene en la cadena Radio Fórmula denominado “Bitácora desde la Resistencia”, comentó que “es perfecto y explicable” que el titular del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR) Jenaro Villamil, quien se mostró en TikTok portando la polémica playera “vincule a López Obrador con el fetiche satánico llamado la Santa Muerte”. 

¿Cuál es el origen de la Santa Muerte?

De acuerdo con National Geographic, la Santa Muerte, también conocida como la Niña Blanca o la Madrina, es una figura que ha cobrado relevancia en la cultura popular mexicana en las últimas décadas. 

Sin embargo, a pesar de que cuenta con millones de seguidores en México y otros países de América Latina, su culto ha sido objeto de controversia y rechazo por la Iglesia católica y las autoridades gubernamentales.

Se cree que sus raíces pueden encontrarse en la fusión de creencias indígenas prehispánicas con elementos católicos, fusionando elementos de ambas para crear un culto sincrético que desafía las normas establecidas por la Iglesia católica.

La figura de la Santa Muerte ha evolucionado a lo largo del tiempo y ha sido objeto de diversas interpretaciones y tradiciones; se presenta de diversas formas, desde una niña vestida de novia hasta una figura esquelética con guadaña en mano.

Esta diversidad refleja la variedad de creencias y prácticas asociadas con esta deidad, que van desde peticiones de amor y salud hasta protección contra la violencia y el crimen.

Algunos investigadores sugieren que la Santa Muerte tiene sus orígenes en las culturas mesoamericanas, donde existían dioses y deidades asociados con la muerte y el inframundo.

Otra teoría es que la Santa Muerte tiene sus raíces en las prácticas religiosas populares de los siglos XVIII y XIX en México, donde se mezclaban creencias indígenas con elementos del catolicismo, dando lugar a nuevas expresiones de espiritualidad. Durante este período también se desarrollaron cultos a figuras como la Santísima Muerte, que posteriormente evolucionaron hasta la figura contemporánea de la Santa Muerte.

En cualquier caso, la devoción hacia la Santa Muerte ha crecido significativamente en México y en otras partes de Latinoamérica en las últimas décadas, convirtiéndose en una de las prácticas religiosas más populares y controvertidas de la región. 

Hoy en día es venerada por una amplia gama de personas, desde aquellos que buscan protección y ayuda en situaciones difíciles hasta criminales y marginados sociales.

Rechazo de la Iglesia católica 

Luego de que surgiera la imagen de la citada playera, la Iglesia católica criticó los “cultos distorsionados” como la figura de la Santa Muerte y más aún porque el presidente defendió el hecho como “libertad religiosa”.

“No podemos ignorar la preocupante realidad que enfrenta nuestra sociedad con la implementación de una cultura de la muerte y violencia a través de la ‘narcocultura’ que se difunde en las redes sociales, imágenes violentas, cultos distorsionados como el de la Santa Muerte y amedrentamientos digitales”, señaló en un comunicado la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

Por eso, “como Iglesia denunciamos enérgicamente esta glorificación de la violencia y hacemos un llamado a todos los sectores de la sociedad para que se sumen en un rechazo total a estas prácticas destructivas”, afirmó.

En tanto, a nivel local, el obispo de la Diócesis Cancún-Chetumal, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, también se sumó al rechazo y consideró: “estamos en una situación muy cruel de secuestros, delincuencia, narcotráfico y decadencia moral y ahora salen con esto”. 

Aunque el líder de la religión católica en la entidad admitió que en Cancún hay gente que adora a la Santa Muerte, calificó este acto como “una superstición muy perniciosa” porque “es matar y que no me maten”.

Movimiento religioso con el más rápido crecimiento

No sólo en México, sino en varios países de América Latina, la Santa Muerte, de acuerdo con el profesor de estudios religiosos de la Universidad Virginia Commonwealth, Andrew Chesnut, es el nuevo movimiento religioso de más rápido crecimiento.

Se estima que “la Niña” como también se le conoce, reúne a unos 12 millones de devotos en la región y solamente en México, que tiene una población que ya ronda por los 130 millones de habitantes con base en el último Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), aglomera al 80% de los devotos. 

Es decir, su crecimiento en México ha sido muy acelerado, si se considera que es el segundo país con mayor número de católicos después de Brasil; de hecho, se considera que el creciente número de seguidores de la Santa Muerte se debe a que se le puede hacer todo tipo de petición, sin importar que las plegarias provengan de algún integrante de un grupo criminal u otros sectores sociales habitualmente marginados o proscritos por la religión católica.

Hay que recordar que, durante una visita a México en 2016, el papa Francisco aludió a la Santa Muerte y la consideró “una quimera” y un “símbolo macabro” que “comercializa la muerte”. 

Para seguidores de “la Niña Blanca”, otro de los nombres que también recibe, el hecho de que prostitutas, así como ladrones, secuestradores u otro tipo de delincuentes sean sus devotos, no quiere decir que sea mala como dice la Iglesia católica. En contraposición argumentan que San Judas Tadeo (santo de las causas perdidas para la religión católica), que sí es reconocido por la Iglesia, también es venerado por los narcos, pero no cuestiona ese hecho.

El docente e investigador Antonio Higuera Bonfil, de la Universidad Autónoma de Quintana Roo, quien ha dado seguimiento al tema de la devoción a la Santa Muerte desde hace varios años, afirma que no hay una manera única o específica de rendirle culto, pues hay por igual grupos de creyentes asociados al catolicismo, a la santería, hechicería o satanismo. 

Es de destacar que esta relación, principalmente asociada a la maldad, ha generado estigma a la práctica del culto incluso a nivel institucional, pues, aunque desde 1992 el gobierno mexicano publicó la Ley de Asociaciones Religiosas que reconocen a las iglesias con presencia y personalidad jurídica, a la fecha han sido rechazados tres intentos de registro de diversas organizaciones dedicadas a la adoración a la Santa Muerte, la última de ellas en 2005.

Autoridad, sin cifras de culto a la muerte por falta de registro

Yendi Gabriela Martín Canché, titular de la Dirección Municipal de Asuntos Religiosos en Benito Juárez, explicó a El Despertador de Quintana Roo que cuentan con aproximadamente 790 registros en el padrón de templos de Cancún, donde los que más predominan son los relacionados con la religión cristiana. 

De esa cifra –dijo–, existen por lo menos 250 templos que no han dado aviso de apertura de culto ante la dirección, como lo marca la ley, una estimación obtenida con base en operativos de inspección física a cargo de personal de la dependencia.

En lo que respecta al número de cultos a la muerte, aclaró que mientras no exista reconocimiento como una asociación religiosa ante la Secretaría de Gobernación (Segob), “no están obligados ante nosotros a presentar escrito o aviso de apertura de templo alguno”.

Cabe destacar que en Cancún existen unas 17 denominaciones de religión que se practican oficialmente entre cristianos, pentecostales y católicos.

Casos criminales relacionados con la Santa Muerte

En las últimas décadas, el uso de imágenes de la Santa Muerte para “protección” ha sido relacionado con personas que se dedican a actividades ilícitas, en el que se incluye también a Jesús Malverde, que no son reconocidos por la Iglesia católica porque conforman una especie de “narco cultura mexicana”.

El uso de estas efigies, particularmente las de la Santa Muerte por parte de algunos delincuentes, se debe a la búsqueda de protección o la identificación con la figura de la muerte en el contexto de violencia y riesgo constante que enfrentan por la actividad que practican.

Por ello –de acuerdo con esoteristas consultados por El Despertador de Quintana Roo–, la Santa Muerte tiene la reputación de ser rápida y eficaz en milagros de diversa índole, como la recuperación de la salud o superar adicciones, pero sobre todo tiene un apego especial por quienes viven al borde la muerte por ser personas que se dedican al crimen organizado y delincuencia en general, en el contexto de un país que desde diciembre de 2018 hasta el 3 de mayo de 2024 contabiliza alrededor de 185 mil 906 homicidios violentos, con un promedio diario de 95 casos, lo que significa que cada 15 minutos una persona ha sido privada de la vida en el país, según cifras reveladas recientemente por la empresa TResearch, especializada en estudios de opinión.

Cabe reiterar que lo anterior no implica que la devoción a la Santa Muerte se encuentre intrínsecamente relacionada con la delincuencia. Sin embargo, sí hay casos extremos documentados relacionados con el culto a la muerte, como han sido los llamados “narco-satánicos”, quienes en 1989 fueron aprehendidos por los asesinatos de varias personas –entre ellas el sobrino de un senador estadounidense– en rituales satánicos, un grupo criminal que tenía su sede de operaciones en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, donde su actividad principal eran el narcotráfico y el secuestro. Sus rituales, con la finalidad de asegurar el éxito de sus operaciones, incluían sacrificios humanos y el posterior uso de los huesos de sus víctimas como amuletos. 

Otro caso, documentado en Cancún, ocurrió en 2015, cuando fueron detenidas varias personas en un domicilio del fraccionamiento Tikal, donde tenían una especie de altar satánico ante el cual presumiblemente incineraron las cabezas de algunos de los 12 cuerpos decapitados que fueron hallados en Yucatán el 28 de agosto de ese año.

Más allá de las controversias generadas por el uso político de la imagen de la Santa Muerte por parte del partido en el poder y el propio Presidente de la República, que previsiblemente continuarán durante los próximos días, es crucial reconocer que se trata de una devoción que no puede ser reducida a su asociación circunstancial con actividades criminales y resulta injusto estigmatizarla por ello. En última instancia, el respeto mutuo entre creyentes y no creyentes es fundamental para fomentar la convivencia pacífica en una sociedad diversa.

Día de Muertos, un folclor distinto a la Santa Muerte

La celebración del Día de Muertos y la devoción hacia la Santa Muerte, son dos tradiciones distintas, aunque comparten ciertos elementos relacionados con la muerte y la veneración de los difuntos.

El Día de Muertos tiene raíces prehispánicas y ha sido practicada en México durante siglos. Se cree que tiene sus orígenes en las festividades indígenas dedicadas a los ancestros y los difuntos, especialmente entre los pueblos mesoamericanos como los aztecas, mayas, purépechas y otros grupos indígenas de la región que habitaban lo que hoy es México.

Con la llegada de los españoles y la evangelización de América, muchas de estas tradiciones indígenas fueron fusionadas con festividades católicas, como el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos, que se celebran el 1 y 2 de noviembre respectivamente.

Por otro lado, la devoción hacia la Santa Muerte es una práctica religiosa que ha ganado popularidad en México y en algunas comunidades de América Latina. La Santa Muerte es considerada por muchos como una santa o una divinidad que brinda protección, ayuda en situaciones difíciles y consuelo espiritual. Aunque su culto no está reconocido por la Iglesia Católica, cuenta con una gran cantidad de seguidores que le ofrecen oraciones, velas y otros rituales en busca de su intercesión.

Santa Muerte, figura sin género definido

La Santa Muerte es una figura que, en su representación, puede ser percibida tanto como hombre como mujer, dependiendo de la interpretación de los devotos y de las representaciones artísticas o culturales. En general, la Santa Muerte es considerada una figura sin género definido o una deidad andrógina, lo que significa que puede ser vista como poseedora de características tanto femeninas como masculinas, o incluso trascender las categorías de género.

Sin embargo, la Santa Muerte generalmente es personificada como una figura femenina, con vestimenta y atributos que evocan la feminidad, como túnicas, vestidos o joyas y sosteniendo uno o más objetos, generalmente una guadaña y un globo terráqueo.

Lo importante a tener en cuenta es que la percepción de la Santa Muerte puede variar entre los devotos y las comunidades que la veneran. Para algunos, su género puede ser relevante en la forma en que la interpretan y se relacionan con ella, mientras que, para otros, puede ser una figura más allá de las categorías binarias de género.