LA COVACHA DEL AJ MEN

CLAUDIO OBREGÓN CLAIRIN

 

Lo Plano

Corrió en dirección contraria a la luz y se ahogó en las arenas donde nada es cierto. Los postmodernos intentaron suplantarlo recuperando el aliento de sus colores; fragmentaron las creencias de aquel horizonte… desconcertados, los mitos pasean por el altar del templo y rezan en voz baja:

La vida es lo evidente, lo palpable, lo presente.

La vida deja lastras, pasa, se gasta,

La vida el agua fría, la sorpresa, lo insolente,

La muerte como un duende susurra a lo ido,

La vida es tenerte, en la caricia, en lo evidente…

 

Lo Luminoso

…la luz está envuelta de vacío, en él habitan lo insondable y lo intangible; en el espacio interestelar la luz viaja por distancias que superan a la vida de sus estrellas creadoras.

Alrededor de la luz es probable que se dé la vida, más aún: que esa vida desarrolle un orden evolutivo que procure a través de millones de años la aparición de seres conscientes de sí mismos y, por lo tanto, urgidos en crear dioses y conjurar lo inasible, en aprehender aquello que germina en el vacío y que se conjura con la palabra…

Además del reflejo, el presente es inasible y se ubica entre mis palabras y tu lectura, entre una inhalación y una exhalación.

La realidad es una luminosa ensoñación de un Yo que no existe…

 

Lo Redondo

La redondez seduce y abriga. Las cinturas femeninas contienen fertilidad y erotismo, las mujeres realizan un acto divino gestando a un igual. Sellan un pacto con los ciclos de la Luna y comulgan con ofrendas de sangre.

 

Redondo pareciera el universo cuando los amantes caminan tomados de la mano o cuando acarician las curvaturas de sus labios; redondo a su vez nos parece el tiempo si en la rutina regresa el amor.

 

.…surco las orillas del viento abrazando la humedad de tu vientre e ingreso al vacío que contiene las respuestas de lo que no he consultado. Atávicas sonrisas acompañan la negación del pensamiento profundo y, en la vacuidad de un deseo, se detiene el tiempo; qué esperas para volar me pregunta tu cauce, es hora de soñar me indica tu aliento… caen los primeros copos de nieve junto a tu cuerpo.

Todo gira, nosotros, el tiempo, los planetas surcando el cielo, las ideas por el viento y hasta el movimiento que los humanos encontramos divino, pareciera que redondo fuera.

En el silencio, el mundo se revela insondable y los eventos transitan sin recuerdos, la Palabra determina nuestro espacio y nuestro tiempo, palabras de admiración o desconsuelo ubican nuestras emociones en el laberíntico ámbito del viento.

Las palabras que se dedican al cielo nos liberan de las ataduras y de los adjetivos, bordeamos con ellas los redondos linderos de la eternidad.

 

Facebook: Claudio Obregón Clairin / Investigador, Guía y Promotor Cultural