Roberto Guzmán

«La idea más importante del Orgullo LGBT es la esperanza»

Piotr Jankowski

Mas allá del Manchester o del Liverpool, equipos de fútbol masculinos de Inglaterra, la homosexualidad y la bisexualidad en el ámbito de la monarquía son quizá orientaciones que menos visibilidad tienen, sin que eso signifique que no estén ahí. Basta con rastrear el pasado de la familia real británica para entender que la historia de la corte de la reina Isabel II, quien falleció hace unos días, no fue una historia 100% heterosexual.

Jacobo Carlos Estuardo, hijo de María Estuardo, reina de Escocia y de lord Darnley, nacido en 1566, fue proclamado rey de Escocia y luego de quince años, tras la muerte de Isabel I, fue coronado rey de Inglaterra. Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia estuvo casado con Ana de Dinamarca, hija de Federico II de Dinamarca, quienes a lo largo de quince años de matrimonio tuvieron nueve hijos; sin embargo, las relaciones con los hombres que componían su corte fueron tan cercanas que basta con una sencilla búsqueda a lo largo de su historia de vida para conocer la verdadera orientación sexual del monarca.

El libro“King James & Letters of Homoerotic Desire” de David Bergeron relaciona en varios capítulos al monarca con tres hombres dentro de su vida: Esmé Stewart, mucho mayor a él, quien en público no ocultaba sus afectos; Robert Carr, un asistente personal que lo persuadía y dirigía, cuyo destino final fue el destierro; y George Villiers I, duque de Buckingham, quien fue su favorito y su último amante. Por ello, no es difícil escalar en el árbol genealógico de la reina Isabel II que, durante las últimas décadas del siglo pasado en su reinado fue sencillo encontrar plumas, tacones, lentejuelas, pero sobre todo el oropel entre amores homosexuales muy cercanos a ella, tal fue el caso de Jorge de Kent, quien era uno de sus tíos paternos y padre del actual duque de Kent, quien se casó con la princesa Marina de Grecia y Dinamarca, viviendo un romance por once años con un dramaturgo y compositor quien se asumía como hombre gay.

De todo lo anterior surge una pregunta en relación a las comunidades LGBT del Reino Unido: ¿Isabel II apoyó alguna vez públicamente los derechos de los homosexuales?  La respuesta es sí, y en muchas ocasiones, ya que durante un discurso pronunciado en el parlamento en 2016 la monarca se refirió por primera vez al tema, declarando que su gobierno abordaba los problemas de la discriminación, el género, como la orientación sexual desde fuera de un clóset, pronunciamiento que rubricó con la Ley de Matrimonios entre personas del mismo sexo.

También, mediante una enmienda a la legislación Isabel II indultó a miles de homosexuales británicos, que por derecho exoneraba a más de 50 mil hombres condenados por mantener relaciones con personas del mismo sexo. Hay que recordar que en Inglaterra y Gales ser homosexual era considerado delito hasta 1967, y con la enmienda de Ley otorgó de manera automática a aquellos que ya no estuvieran con vida su “indulto póstumo”, así como la desaparición de los historiales de sus antecedentes penales.

Hoy es de reconocerse que esta medida impulsada por grupos disidentes y activistas fue consecuencia de la llamada Ley Turing, la cual hacía referencia a ese enorme genio matemático gay quien descifró el ‘código Enigma’ que permitió a los aliados ganar la Segunda Guerra Mundial y a quien por mantener relaciones sexuales con otro hombre se le condenó en 1952 a una castración química. 

Por lo que, entonces, ¿ser gay debe seguir siendo una decisión propia, una elección con consecuencias o una condición con la que hoy se debe vivir con plenitud…? ¿Usted qué opina, estimado lector?