El tema de hoy:

Megalomanía

Dra. en Psic. Laura Álvarez Alvarado

La megalomanía es la obsesión por lo grande. Es un estado psicopatológico caracterizado por delirios de grandeza, poder, riqueza u omnipotencia. A menudo se asocia a una obsesión compulsiva por tener el control. 

Queda incluido en la descripción del Trastorno Narcisista de la Personalidad. La megalomanía está relacionada con el narcisismo, con los trastornos narcisistas.

En este trastorno de personalidad la persona al tener ideas de grandeza puede mentir, manipular a las personas o exagerar algunas situaciones a fin de conseguir sus objetivos.

La persona se llega a sentir un ser único e inalcanzable, casi un dios que no comete errores. Se produce un corte con la realidad, posicionándose como una persona socialmente muy importante y con una capacidad para hacer cosas grandiosas, siendo la única visión válida, la propia.

Su carácter es voluble, indeciso y en ocasiones se pueden tornar agresivos, cuando no les salen bien las cosas. El padecimiento puede estar presente a cualquier edad, pero es más notorio cuando son jóvenes o adultos.

Son personas de difícil trato, pueden sentir que el mundo no los merece, pero también creen que son los salvadores del mismo mundo. En ocasiones son personas que a pesar de que tienen mucho carisma, cambian de ánimo con gran facilidad, lo cual es más evidente cuando presentan esta enfermedad por más de cuatro años.

Si los contradices son peligrosos, porque se enojan tanto que pueden ser agresivos y groseros, de manera que es necesario tener cuidado.

Son factores de riesgo para desarrollar este padecimiento aquellos que han sufrido violencia intrafamiliar, incluso abuso físico o sexual. Ese tipo de conductas es una forma en la que ejercen dominio o creen tener poder.

Es bastante frecuente encontrar a personas especialmente orgullosas de sí mismas, con una visión claramente optimista sobre sus propias capacidades y que parecen creerse capaces de todo

Esto no es malo, pues todos necesitamos autoestima; sin embargo, el problema radica cuando se cree que existe una perfección en uno mismo, sobrepasando todo y a todos.  

Porque hay personas que simplemente tienen una autoestima y un optimismo muy superior a la media, y no hay nada malo en ello.

La megalomanía y las ideas delirantes

Las ideas delirantes son aquellas que se fundamentan en una lógica claramente inadecuada, que solo tiene sentido para la persona que sostiene estas creencias, cuando se es incapaz de aprender a través de la experiencia, la inutilidad de estas ideas y el hecho de actuar de acuerdo con estas resulta problemático o inadecuado.

Para que la megalomanía forme parte de un cuadro clínico ha de presentarse en este tipo de pensamientos que falsean la realidad pasándole factura a la persona en cuestión y/o a su entorno. La megalomanía queda equiparada a los delirios de grandeza.

Una persona que es diagnosticada entre otras cosas por sus tendencias a la megalomanía tiende a creer que tiene más poder del que una persona tendría en su situación, y el hecho de que mantenga estas creencias le lleve a fracasar perjudicándolo/a seriamente, no le hará cambiar de idea. 

La ideación delirante permanecerá ahí aún después de haber perdido peleas contra varias personas a la vez, por ejemplo, o después de haber sido rechazado/a por muchas personas al haberse presentado de una forma muy presuntuosa.

Características megalomaníacas

Las personas que presentan un patrón de comportamiento claramente asociado a la megalomanía pueden ser de muchos tipos, pero evidentemente presentan algunas características comunes.

Cada caso es único, cada persona es única y hay que estudiar su patología como algo excepcional.

  • Se comportan como si tuvieran un poder prácticamente ilimitado, lo cual las puede llevar a meterse en problemas serios por motivos obvios.
  • Aprovechan esta supuesta omnipotencia, en el sentido de que les gusta poner a prueba sus capacidades.
  • No aprenden de sus errores y la experiencia no hace que corrijan los comportamientos asociados a los delirios de grandeza.
  • Parecen estar fingiendo constantemente para dar una imagen idealizada de sí mismos.

Además, como la megalomanía está relacionada con el trastorno narcisista de la personalidad, muy probablemente tenderá a preocuparse por la imagen que da.

Se fijan mucho en el modo en el que los demás reaccionan ante lo que hacen o dicen, aunque si los otros los rechazan por sus comportamientos, las personas con un grado extremo de megalomanía tenderán a pensar que el problema es de los demás.

Cuando se hace un estudio en profundidad de la persona que sufre megalomanía o rasgos megalómanos se puede ver que este delirio se convierte en un intento defensivo de ser alguien, de encubrir la propia visión devaluada de uno mismo, su baja autoestima y su sentimiento de inutilidad para con el mundo.

Son personas que muestran carencias afectivas que pueden haber ido arrastrando desde los primeros vínculos, sus padres. Estas carencias pueden ir acompañadas de sentimientos de inferioridad, de vacío, de insuficiencia personal.

Personas que en su infancia y adolescencia han luchado por llamar la atención de manera constante de sus padres, intentando mostrar una imagen grandiosa de sí mismos para poder recibir ese afecto tan solicitado e infrecuentemente recibido.

Afortunadamente hay tratamiento, el cual es multidisciplinario, al combinar sobre todo la asesoría psicológica con otras áreas. Sin embargo, pocas personas reconocen que lo padecen y, no siempre hay seguimiento.

De allí que se recomiende, si se presentan estos síntomas o se conoce a alguien, se acuda a tratamiento, porque pueden llegar a cometer delitos y hasta dañar a sus seres cercanos.

Estimado lector, si desea que la Dra. en Psic. Laura Álvarez Alvarado toque algún tema en especial o consultarla, favor de comunicarse a:

Teléfonos: 01 (998) 2-89-83-74 y al 01(998) 2-89-83-75 Ext. 101 y 102.

E-mail: laurisalbavera@hotmail.com

Página Web: www.clinicadeasesoriapsicologica.com