La actual administración de Benito Juárez enfrenta el desafío de atender las problemáticas acumuladas durante casi 55 años por un crecimiento desmedido, con servicios públicos insuficientes y deficientes, un sistema de transporte público caótico y un notable incremento en la inseguridad

SALVADOR CANTO / EQUIPO DE INVESTIGACIÓN DE EL DESPERTADOR DE QUINTANA ROO

El gobierno de Benito Juárez enfrenta una serie de retos complejos que exigen una gestión eficaz, un enfoque integral y políticas públicas capaces de equilibrar el desarrollo económico con la sostenibilidad y la justicia social. Estas medidas son fundamentales para mejorar la calidad de vida de los habitantes, garantizar un crecimiento ordenado y promover la prosperidad a largo plazo.

En el pasado, se consideraba que una persona alcanzaba la mediana edad antes de cumplir los 40 años y que a los 58 ya era considerada “vieja”. Sin embargo, un reciente sondeo realizado por la organización inglesa Love to Learn revela que, en la actualidad, la “edad madura” comienza a los 55 años.

Curiosamente, en abril del próximo año, la ciudad de Cancún celebrará 55 años de su fundación, lo que podría interpretarse como una «edad madura». No obstante, esta etapa se caracteriza por más problemas que soluciones en temas sociales, debido al crecimiento desmedido de asentamientos irregulares, servicios públicos insuficientes y deficientes, un sistema de transporte público caótico, un notable incremento en la inseguridad y el abandono de cuestiones prioritarias. Todo esto en un municipio que ya supera el millón de habitantes.

Durante su corta historia política, el municipio Benito Juárez ha sido gobernado por 27 alcaldes, incluida la actual presidenta municipal, Ana Paty Peralta, cuatro interinatos y una sustitución en el cargo y a pesar de ello padece una falta evidente de resultados que hacen que Cancún enfrente cada vez más dificultades y, por ello, el reto para la presente administración es enorme, porque son desafíos que requieren atención constante. 

Los problemas recurrentes en Cancún son diversos y afectan la calidad de vida de sus habitantes, la sostenibilidad ambiental y el desarrollo económico. Aunque muchos de estos temas han sido identificados y tratados en repetidas ocasiones, las soluciones suelen ser parciales, insuficientes o mal implementadas. Los gobiernos han tendido a abordar únicamente los síntomas de los problemas, sin atacar sus causas de fondo. Además, los planes y programas anunciados cada trienio terminan siendo relegados o sustituidos por obras de relumbrón que frecuentemente quedan inconclusas.

Faltan visión de conjunto y voluntad política

Según el activista José Alberto Pech Tzec, para que las condiciones en Cancún mejoren, es imprescindible que los gobernantes adopten una verdadera y completa visión de conjunto y transformen las formas de actuar, ya que el discurso repetitivo cada tres años no se traduce en acciones concretas.

“Se requiere mayor voluntad política, que las buenas intenciones del discurso se conviertan en soluciones reales. Desde hace 50 años venimos arrastrando los mismos problemas, y en lugar de mejorar, empeoran”, afirmó.

Pech Tzec destacó que Cancún ya cuenta con cerca de un millón de habitantes, recordando que originalmente la ciudad fue planificada para 30,000 personas y diseñada como un “dormitorio” para los trabajadores de la zona hotelera.

El activista, conocido por crear el denominado “muro de la vergüenza” en Cancún, un espacio debajo del puente que conduce a Puerto Juárez donde exhibe con imágenes a funcionarios y exgobernantes de los tres niveles de gobierno que han incurrido en actos de corrupción, afirmó que los problemas de la ciudad se han perpetuado durante 10, 15 y hasta 20 años, evidenciando una falta de atención profunda.

Uno de los problemas más persistentes es el mal manejo de los rellenos sanitarios, que durante años se han convertido en negocios lucrativos tanto para las empresas que prestan el servicio como para algunos funcionarios gubernamentales.

Asimismo, Pech Tzec señaló que prácticamente todos los servicios públicos en Cancún están concesionados, incluyendo la recolección y disposición de la basura, el alumbrado público y el suministro de agua potable, entre otros.

Relleno sanitario, la grave afectación ambiental 

En el marco de la celebración del Día del Ingeniero, realizada el pasado 29 de junio, y en la cual estuvo presente el Equipo de Investigación de El Despertador de Quintana Roo, el vicepresidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Cancún (CICC), José Manuel Torres Muñoz, cuestionó la construcción del actual relleno sanitario en la parcela 175. Este proyecto fue desarrollado por la empresa Centro Integral de Procesamiento de Residuos (CIPRES) de Red Ambiental, la cual obtuvo la concesión mediante una asignación directa otorgada por el gobierno de Benito Juárez.

Durante el evento, Torres Muñoz expresó su preocupación respecto a la presentación realizada por Omar Sánchez, director del CIPRES, sobre la construcción y puesta en operaciones de dicho relleno sanitario.

El vicepresidente del CICC señaló que, aunque el proyecto cumple con las características generales, no se consideraron factores clave, como el tipo de acuífero presente en la zona, que es de tipo kárstico. Este tipo de acuífero implica niveles freáticos que rondan los seis metros de profundidad, en contraste con los 13 metros mencionados en la presentación oficial. 

«Ustedes afirman que la profundidad está a 13 metros, y me gustaría que revisaran esa información, porque además está el tema de las corrientes subterráneas, que son cambiantes y representan un riesgo, sobre todo por escurrimientos de lixiviados”, expresó Torres Muñoz.

También cuestionó que no se hayan tomado en cuenta las Unidades de Gestión Ambiental (UGAs) relacionadas con las zonas de recarga y protección del acuífero. Estas áreas obligan a que cualquier obra, y más aún un relleno sanitario, sea ejecutada con extremo cuidado para evitar el impacto negativo de los lixiviados, cuyos niveles aumentan considerablemente durante las lluvias.

El Equipo de Investigación de El Despertador de Quintana Roo realizó un sobrevuelo con dron el pasado lunes 11 de noviembre y, a pesar de la distancia de más de 2 kilómetros desde la carretera conocida como Ramal Norte, se observó la ausencia de un espacio adecuado para el depósito de lixiviados en el relleno sanitario. Además, no se realiza separación de residuos, ya que no se permite el ingreso de pepenadores. En consecuencia, materiales como plásticos, PET y cartón son mezclados con sascab y enterrados en esa sascabera acondicionada como basurero.

El activista Wilberth Esquivel, quien ha documentado este problema, sigue insistiendo en que la celda se construyó en una zona altamente vulnerable, pues, según informes de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), el área está destinada a la protección de los pozos de extracción de agua para consumo humano, los cuales deben contar con franjas de protección de 2 kilómetros alrededor.

En este contexto, la celda se encuentra dentro de un predio de 17 hectáreas localizado en las UGAs 06, que tiene una política de protección de agua potable, y 20B, destinada a la restauración ambiental. Ambas áreas están reconocidas por la Secretaría Estatal del Medio Ambiente (SEMA).

Cancún: vergonzosos primeros lugares

A casi 55 años de su fundación, Cancún ha acumulado una serie de logros y desafíos que lo han colocado en los primeros lugares a nivel nacional, tanto de forma positiva como negativa.

En el lado positivo, Cancún ha destacado como uno de los destinos turísticos más importantes del país, pues representa un motor clave en la generación de empleos y recursos para la economía nacional. Su éxito en atraer visitantes internacionales lo ha mantenido en los primeros lugares en materia turística, consolidándose como un logro significativo para el Caribe Mexicano.

Sin embargo, también se ha ganado lamentables primeros lugares en aspectos negativos, en parte debido a la falta de atención o a la respuesta insuficiente de las autoridades frente a diversos problemas. Entre estos destacan los altos índices de suicidios, divorcios y prostitución infantil –recordando que desde Cancún operó durante años Jean Succar Kuri, recientemente fallecido mientras cumplía una condena de 94 años de prisión por los delitos de pornografía infantil y corrupción de menores–, lo que refleja problemas sociales profundos que requieren soluciones urgentes.

Cancún también ha sido severamente afectado por fenómenos hidrometeorológicos, como los huracanes Gilberto en 1988 y Wilma en 2005. Estos eventos deberían servir como recordatorio para que los gobiernos implementen un centro de monitoreo especializado, similar al que opera en Miami, Estados Unidos. Este tipo de infraestructura no solo sería útil para prever huracanes, sino también para monitorear el arribo masivo de sargazo que, año tras año, afecta las costas de la entidad.

En la lista de desafíos también se incluye la afectación de negocios locales, como los restaurantes y bares de la que fuera la «zona rosa» de Cancún, en la avenida Yaxchilán. Estos establecimientos fueron asediados por el crimen organizado, lo que obligó a muchos a cerrar sus puertas, un incremento en la violencia que ha puesto a la ciudad en la lista de aquellas que enfrentan procesos de «acapulquización» o «tijuanización», términos que aluden al deterioro social y de seguridad que enfrentan estos destinos turísticos.

El cronista selectivo de Cancún

En abril de 2025, Cancún celebrará 55 años de su fundación. Sin embargo, la historia que se narra sobre la ciudad suele ser parcial y enfocada únicamente en los aspectos positivos, especialmente los que interesan al cronista vitalicio, Fernando Martí Brito. Este cargo, que Martí ocupa desde finales de 1992, otorgado durante el interinato de Arturo Contreras, le ha permitido ser el principal narrador de la historia oficial de Cancún, según el portal Cancuníssimo (https://cancunissimo.mx/los-cronistas-de-cancun/).

La Real Academia Española define al cronista como el «historiador oficial de una institución». En el contexto de una ciudad, su función consiste en registrar tanto los grandes acontecimientos como los pequeños sucesos, incluidos los aspectos negativos, que también forman parte de la historia. Esto debe realizarse mediante entrevistas, investigaciones documentales y trabajo de campo.

Sin embargo, Martí Brito ha limitado su labor a relatar únicamente los eventos que considera relevantes o que son convenientes para los gobiernos en turno. Ha dejado de lado su deber de documentar la realidad cotidiana de Cancún, incluyendo problemas como el crecimiento desproporcionado de la ciudad y la deficiencia de servicios públicos. En lugar de cuestionar o señalar estas problemáticas, se ha enfocado en construir una narrativa selectiva que evita los aspectos más críticos de la historia local.

Además, Martí utilizó su posición para convertir el Foro Nacional de Turismo, que promovió desde el 2003 hasta 2019, en una empresa privada por la cual cobraba millones de pesos para su realización anual e incluso, para este 2024, la Secretaría Estatal de Turismo le entregó mediante adjudicación directa 212 mil 500 pesos para la realización de un libro, como consta en la propia página de la Plataforma Nacional de Transparencia.

Esta situación evidencia que la atención del cronista está centrada en intereses particulares, dejando de lado la responsabilidad de documentar fielmente la historia de Cancún. La falta de supervisión y rendición de cuentas ha permitido que su enfoque parcial lo convierta, de alguna manera, en cómplice de muchos gobiernos.

Tráfico y movilidad urbana: el eterno conflicto

Cancún ha experimentado un crecimiento acelerado, pero su infraestructura vial no ha sido suficiente para satisfacer la creciente demanda vehicular. Esto ha generado tráfico constante y largas horas de espera, especialmente durante las horas pico en las principales avenidas de la ciudad.

En los últimos años, la movilidad urbana y el reordenamiento vial se han convertido en desafíos prioritarios para las autoridades municipales. Se requiere un proyecto sólido con visión a largo plazo que garantice el desarrollo sostenible de Cancún. Este proyecto no solo debe incluir la ampliación de avenidas y el mejoramiento de calles, sino también poner un alto a las empresas transportistas, responsables de gran parte de los conflictos viales.

El pasado 13 de julio, el equipo de investigación de El Despertador de Quintana Roo presentó el reportaje titulado Caos vial y riesgo permanente, disponible en este enlace (https://eldespertadorqr.com/caos-vial-y-riesgo-permanente/), el cual ofrece un análisis integral sobre la situación del transporte y la vialidad en Cancún.

Uno de los ejemplos destacados es la decisión del gobierno municipal 2016-2018, liderado por Remberto Estrada Barba, de convertir los carriles centrales de la avenida Tulum –en el tramo entre la Uxmal y la Chichén Itzá– en exclusivos para el transporte público. Esta medida, implementada como una mera ocurrencia, sin contar con una planificación adecuada, ha causado complicaciones viales significativas y representa un riesgo para usuarios y peatones.

Además, la eliminación de un puente peatonal en la zona y su sustitución por un cruce a nivel de suelo han provocado múltiples accidentes, ya que los transeúntes deben atravesar los carriles centrales para tomar el transporte público.

Por otro lado, las dependencias responsables de regular el transporte, como el Instituto de Movilidad de Quintana Roo (Imoveqroo) y la Dirección Municipal de Transporte y Vialidad, no han cumplido su función de garantizar el orden. Se permite la circulación de vehículos de transporte público en mal estado, chocados o con placas vencidas, lo que implica que estos no cuentan con seguros vigentes ni cumplen con el pago de impuestos.

Desarrollo urbano desordenado: un problema recurrente

Cancún enfrenta serios problemas de urbanización debido a un crecimiento desordenado que ha persistido por varias administraciones. Las modificaciones al Plan de Desarrollo Urbano (PDU) se han realizado de manera inconsistente, favoreciendo intereses particulares en lugar de garantizar un desarrollo equilibrado.

Este crecimiento descontrolado ha resultado en áreas urbanas sin la infraestructura básica necesaria, como agua potable, drenaje y electricidad, lo que afecta especialmente a las zonas periféricas y reduce la calidad de vida de sus residentes.

Desde 2022, la organización civil Derecho a un Medio Ambiente Sano (DMAS) ha logrado frenar el PDU a través del amparo 995/2022, promovido por habitantes de Cancún que denuncian que dicho programa viola el derecho humano a un medio ambiente sano. En mayo de 2023, el Juzgado Quinto en Cancún otorgó un amparo que suspende la aplicación del PDU 2022 y ordena la elaboración de un nuevo documento. Sin embargo, hasta la fecha, este proceso no se ha llevado a cabo, según Antonella Vázquez Cavedón, representante de DMAS.

Este problema tiene antecedentes más antiguos. Por ejemplo, en 2014, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) denunció modificaciones irregulares al PDU que permitieron proyectos como el Hotel Riviera Cancún en áreas de alta importancia ambiental, afectando manglares y zonas de recarga de acuíferos.

Además, Cancún enfrenta riesgos cada vez mayores debido al cambio climático, incluyendo fenómenos meteorológicos extremos como huracanes, por lo que la ciudad necesita desarrollar políticas de resiliencia y adaptación para mitigar estos riesgos. A esto se suma la falta de actualización del Atlas de Riesgo, herramienta esencial para la planeación y prevención ante desastres.

Marcada desigualdad social y pobreza

A pesar de ser una ciudad con una economía dinámica gracias al turismo, Cancún enfrenta una notable desigualdad social. Muchas personas viven en condiciones precarias, especialmente en las áreas periféricas, donde el acceso a servicios básicos y a una vivienda digna es limitado.

Un ejemplo claro es la llamada Megalópolis, zona conurbada entre Cancún y la parte continental de Isla Mujeres, donde predominan las viviendas informales y la pobreza. Estas comunidades, ubicadas en los márgenes de la ciudad, carecen de infraestructura adecuada y servicios esenciales, lo que perpetúa la disparidad social y fomenta el crecimiento de cinturones de miseria.

La falta de acceso a viviendas asequibles para los sectores de menor ingreso agudiza esta problemática. Además, la desigualdad ha propiciado un aumento de la violencia vinculada al crimen organizado, así como delitos comunes como robos, asaltos, extorsiones y fraudes. Esta situación no solo afecta a los residentes, sino que también genera una percepción de inseguridad entre turistas, lo que representa un desafío importante para las autoridades locales.

Destrucción de la cultura local: falta de visión gubernamental

Desde 2021, El Despertador de Quintana Roo ha denunciado el abandono de monumentos y glorietas que forman parte del patrimonio histórico y cultural de Cancún. Más detalles están disponibles en este enlace: (https://eldespertadorqr.com/monumentos-de-cancun-asignatura-pendiente/).

La falta de mantenimiento de estos espacios públicos evidencia la desatención de las administraciones municipales hacia elementos clave de la identidad local, que literalmente se cae a pedazos. Un ejemplo es la Glorieta a la Historia de México, cuya estructura ha mostrado un creciente estado de deterioro desde hace tres años. A pesar de que las autoridades anunciaron la realización de un peritaje técnico y reconocieron la necesidad de restaurarla, los trabajos aún no se han llevado a cabo.

En abril de 2024, el gobierno municipal informó que el Monumento a la Historia de México, ubicado en la intersección de las avenidas Tulum y Uxmal, se encontraba “en buen estado y solo requiere reparaciones y reforzamiento en zonas específicas”. Este diagnóstico fue presentado por el Instituto de Planeación de Desarrollo Urbano del Municipio (IMPLAN) tras un estudio técnico realizado por la empresa INSET. Sin embargo, el año está por terminar, y las promesas de restauración no se han materializado, lo que refleja el creciente desinterés por preservar la historia y cultura de Cancún, que poco a poco va quedando en el olvido.

La promesa incumplida de un nuevo rastro municipal

Tras años de denuncias ciudadanas por las condiciones insalubres y los riesgos para la salud pública en el antiguo rastro municipal de Cancún, el gobierno local decidió suspender sus operaciones en febrero de 2023. El recinto violaba normativas ambientales, sanitarias y de bienestar animal debido a las precarias condiciones en que se realizaban los sacrificios.

Aunque las autoridades anunciaron que ya trabajaban en la adquisición de un terreno para construir un nuevo rastro, hasta la fecha no se ha confirmado su ubicación ni se ha avanzado en el proyecto. 

Tampoco ha sido instrumentada alguna unidad institucional para certificar la procedencia de la carne que entra a Cancún y la Riviera Maya, sobre todo por tierra o vía aérea.

Esta falta de acción genera incertidumbre sobre la procedencia de la carne que se consume diariamente en los establecimientos locales, como taquerías.

El exalcalde Gregorio Sánchez Martínez declaró a El Despertador de Quintana Roo que durante su gestión como regidor en el trienio 2016-2018 presentó un proyecto para remodelar el rastro municipal. Este plan no solo buscaba convertirlo en una instalación certificada tipo TIF (que podría abastecer a hoteles y restaurantes), sino también modernizarlo para alinearlo con la proyección turística de Cancún.

“El proyecto se le entregó al presidente municipal y a todo el Cabildo y hoy está durmiendo el sueño de los justos porque no les interesó, esa es la verdad; inclusive no le iba a costar al municipio porque la idea era concesionarlo e inclusive se sacó el acuerdo por el Cabildo, era un proyecto completísimo, pero ya al final no se hizo nada”, explicó en su momento a El Despertador de Quintana Roo.

La falta de seguimiento a este tipo de proyectos evidencia la poca prioridad que las autoridades han otorgado a iniciativas clave para el desarrollo sostenible y la calidad de vida en Cancún.

Compromiso social y sostenibilidad: prioridad para El Despertador 

Como parte del compromiso social que El Despertador de Quintana Roo mantiene con sus lectores y seguidores en redes sociales, este reportaje aborda los retos complejos que Cancún ha enfrentado durante al menos los últimos 30 años. Estos desafíos, lejos de solucionarse, se han intensificado, lo que exige una gestión eficaz, un enfoque integral y la implementación de políticas públicas reales y sostenibles.

En próximas entregas profundizaremos sobre uno de los problemas más críticos: la operación del actual relleno sanitario, que infringe múltiples normativas ambientales. Este tema es de particular relevancia, ya que uno de nuestros pilares editoriales es la defensa incansable del medio ambiente.

Esta reflexión surge en el contexto del Primer Foro de Sostenibilidad de Quintana Roo 2024, titulado “Retos y Oportunidades”, que se celebrará esta semana en Cancún. Durante el evento, se abordarán diversos temas relacionados con el medio ambiente y la sustentabilidad, ofreciendo una plataforma para el debate y la acción en torno a estos temas urgentes.