Alimentada por la creciente migración a Quintana Roo de personas extranjeras, así como de connacionales en busca de mejores condiciones de vida, es una consecuencia agravada que requiere atención desde sus causas sociales, como plantea el embajador de EEUU, Ken Salazar 

SALVADOR CANTO / EQUIPO DE INVESTIGACIÓN 

DE El DESPERTADOR DE QUINTANA ROO 

De acuerdo con el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, en recientes declaraciones emitidas desde Cancún, la problemática de la migración ilegal procedente principalmente de Centroamérica, el Caribe y hasta parte de Sudamérica tiene que ser atendida desde sus causas sociales y no esperar a enfrentar las consecuencias. 

Sin embargo, en México eso es lo que menos se hace, y prueba de ello es que se ha documentado un gran incremento en la llegada de personas indocumentadas que cruzan por las fronteras de la zona sur, quienes, al encontrarse con dificultades para alcanzar su meta, de llegar al límite con Estados Unidos, se han dispersado por todo el sureste del país, lo que ha contribuido en los últimos años a un elevado índice de inseguridad y a incrementar la prostitución en la región. 

Si bien las bandas delictivas han encontrado en las mujeres extranjeras en un blanco fácil para sus actividades relacionadas con la prostitución, ya que la carencia de documentos legales y la corrupción de las autoridades las ponen en un estado de indefensión, tampoco escapan de estas redes otras mujeres de nacionalidad mexicana, procedentes de Chiapas, Veracruz, Oaxaca y Tabasco, entre otras entidades que dejan atrás una historia de vida llena de abusos y falta de oportunidades para trasladarse al Caribe Mexicano en busca de mejores condiciones de vida, pero que encuentran en el trabajo sexual una forma de obtener recursos de forma más inmediata, que les ayude a salir adelante y poder enviar dinero a su familia.  

El Maestro en Derecho Miguel Ángel Pech Cen destaca que la prostitución solo representa un delito en caso de lenocinio y trata de personas, tal y como está establecido en la Ley en Materia de Trata de Personas, conforme al Decreto 252, y se persigue de oficio. 

“Si directamente se ejerce el sexoservicio hay violaciones administrativas si no se sujetan a los análisis y revisiones sanitarias. También por ejercer en lugares prohibidos, pero no es delito”, explicó. 

Por ello, para hablar sobre trabajo sexual resulta primordial distinguirlo de la trata de personas en su modalidad de explotación sexual, al ser este último un delito y una grave violación a los derechos humanos de niños, niñas, mujeres y hombres.  

La Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas la define como toda acción u omisión dolosa de una o varias personas para captar, enganchar, transportar, transferir, retener, recibir o alojar a una o varias personas con fines de explotación. 

En tanto que el trabajo sexual contempla diversas variantes y tipos de actividades que se pueden ejercer en la vía pública, en algún establecimiento mercantil o inclusive por internet.  

La diferencia radica, por lo tanto, en la autonomía con la cual las personas deciden ejercer y ofrecer servicios sexuales y/o eróticos para obtener algún tipo de ingreso. 

Es importante resaltar que la criminalización y la discriminación aún presente hacia quienes ejercen el trabajo sexual, aunadas a la marginación y falta de acceso a la información, impiden el acceso a los beneficios de seguridad social que tienen otros trabajadores. 

En agosto del 2020 y marzo del 2021, El Despertador de Quintana Roo publicó dos reportajes respecto al tema del descontrol de la prostitución, tanto femenina como masculina, disponibles en estos links: https://eldespertadorqr.com/paraiso-de-la-prostitucion/ y https://eldespertadorqr.com/prostitucion-masculina-en-el-paraiso/

Pero en esta ocasión, la intención es conocer otro enfoque: las historias de vida y los motivos por los cuales muchas mujeres deciden realizar el trabajo sexual, que muchas veces se debe a la carencia de documentos al ser extranjeras, así como –también en los casos de mexicanas–por la falta de oportunidades para una mejor calidad de vida en sus lugares de origen. 

La migración debe ser atendida desde su origen: Ken Salazar 

Durante su reciente visita a Cancún, el pasado martes 13 de febrero, donde participó en el Octavo Encuentro de Gobernadoras y Gobernadores del Sur-Sureste con la Embajada de Estados Unidos, el canciller estadounidense en México dijo que para enfrentar la migración es preciso atender sus causas. 

“El tema de migración es un asunto de mucho dolor de corazón, porque los migrantes son buenas personas como ustedes y nosotros, tienen sueños, quieren vivir una vida donde puedan tener sus oportunidades y por eso tenemos que ir a las causas del origen del flujo migratorio”, explicó. 

Dijo que, por primera vez, de la mano con el gobierno de México, Estados Unidos está trabajando para atender las causas de origen en países de Centroamérica como Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y otros más. 

“Hay que buscar caminos legales para que gente que realmente tenga la necesidad de venir a laborar a México o a los Estados Unidos tengan las vías legales y en eso estamos trabajando; lo primero es atender las causas y lo segundo, es que personas que tienen que salir de su país por necesidad económica tengan las vías legales para llegar y que no se dejen llevar por los coyotes y las organizaciones transnacionales, que son los que fomentan esta actividad de manera ilícita y que es lo que estamos viendo actualmente”, expuso. 

‘Doris’: historia de vida 

El equipo de investigación de El Despertador de Quintana Roo se dio a la tarea de localizar a una de las mujeres que trabajan en la supermanzana 66 ejerciendo la prostitución, mediante un amigo comerciante de la zona que previamente habló con ella, para decirle que había la intención de hacerle una entrevista. 

Antes, se había intentado hacerlo con un conocido que durante varios años mantuvo contacto con la gente que controla algunas casas de cita de la zona, pero dijo que desde hace varios años que “se puso difícil la cosa” por cuestiones de seguridad, optó por no pararse más por ahí, para evitar problemas. 

Sin embargo, nuestro segundo contacto, aunque tardó en contestar, en menos de 24 horas consiguió que se pudiera platicar con una de las mujeres que trabaja ahí y que él conoce porque todos los días pasa a su local a dejar una mochila con algunas de sus pertenencias, para que se la guarde en lo que ella trabaja. 

“Ya hablé con ella, pero me dice que no quiere que la grabes ni le tomes fotos porque no quiere tener problemas, e incluso me pidió que yo esté ahí para que haya confianza y sea rápido”, explicó el contacto al reportero. 

La cita se dio apenas el viernes 16 de febrero por la tarde, alrededor de las 19 horas, una vez que terminó su trabajo y fue en unas bancas ubicadas afuera del negocio del mutuo conocido en donde finalmente se pudo sostener la plática con la joven mujer, de alrededor de 1.60 metros de estatura, cabello corto color negro, sin maquillaje y vestida con un pantalón de mezclilla negro y blusa azul. 

Seria en todo momento, consciente de que el encuentro no era igual a los que tiene todos los días con sus clientes, reiteró su petición de que no hubiese grabadora ni cámara fotográfica de por medio y pidió al amigo en común que confirmara que nuestro teléfono estuviese apagado; “solo quiero que sea una plática breve porque tengo que irme a descansar, mañana (sábado) es día bueno para nosotras y hay mucho trabajo”. 

Cabe destacar que los fines de semana muchos trabajadores de la construcción, una vez que terminan sus labores y cobran su semana, acuden a las casas de citas en la periferia de la zona de El Crucero. 

La vida de “Doris”, como dijo llamarse la joven mujer migrante originaria del municipio de Quimistán, Honduras, no ha sido nada sencilla desde que salió en caravana en enero del 2020 con el objetivo de llegar a Estados Unidos, pero debido a la pandemia por Covid-19 tuvo que refugiarse durante varios meses en Tapachula, Chiapas, sobreviviendo con lo que le daban en el albergue donde estaba. 

“¿Qué quieres saber y cuál es el objetivo de la entrevista?”, cuestionó la joven mujer, sin abandonar su actitud hosca. 

“Lo que pretendemos es humanizar el trabajo que realizan, sabemos que no es nada fácil, por todo el entorno y el ambiente en el que están y ahora que tenemos la oportunidad de un acercamiento, queremos que nos cuentes tu historia de vida”, se le respondió. 

“Yo soy de Honduras, tengo 23 años y llegué a Cancún en junio o julio del 2021, no recuerdo bien, pero estaba todavía la pandemia y no había mucho trabajo aquí, aunque inicialmente mi idea era llegar a Estados Unidos”, comenzó a narrar.  

—¿Cómo iniciaste en este oficio? 

—En Chiapas no tenía dinero y cerca del albergue había un bar donde estaban solicitado trabajadoras, pregunté y desde el primer día uno de los encargados me ofreció pagarme bien si me acostaba con él, lo cual hice por necesidad en dos o tres ocasiones, porque requería mandarle dinero a mi mamá, que se quedó al cuidado de mi hija Daniela, que hoy ya tiene ocho años. 

—¿Tuviste a tu hija a los 15 años? 

—Sí, un amigo de mi papá abusó de mí y quedé embarazada y no se quiso hacer responsable, tuve problemas con mi familia hasta que mi mamá me ayudó, y un día decidí irme en busca de una mejor calidad de vida. 

—¿Por qué decidiste salir de tu país? 

—Por eso, por una mejor calidad de vida, allá se vive una pesadilla, no hay trabajo, las mujeres no tienen futuro, hay mucha inseguridad. 

—¿Por qué no te trajiste a tú hija? 

—Era muy peligroso, además mi mamá me pidió que se la dejara y creo que fue lo mejor, porque de lo contrario, no sé qué hubiese pasado acá con ella. 

—Durante el trayecto en caravana, ¿tuviste problemas de abusos o algo que quieras platicar? 

—En mi caso no fue tan complicado, porque primero llegué a Guatemala donde estaban unos familiares y con ellos dos semanas después viajamos hacia México, por una ruta que ellos ya conocían, pero sí me tocó ver que otras mujeres eran abusadas sexualmente, aunque otras también con su propio consentimiento, accedían con tal de llegar a su destino sin mayores problemas.   

—¿Cómo llegas a Cancún? 

—Ahí, en el mismo bar de Chiapas, dos amigas más me dijeron que acá había más trabajo y mejor pagado y aunque en un principio comencé a trabajar en un restaurante que está por el ADO lavando platos, la paga no era tan buena y un día viniendo hacia El Crucero me encontré con una señora que hoy es la jefa de la casa de citas y me ofreció trabajar con ella y creo que fue lo mejor, porque no tenía nada de papeles, aunque hoy ya los tengo porque ella me ayudó a conseguirlos. 

—¿Tienes contacto con tu familia? 

—Sí, cada semana le mando dinero a mi mamá para mi hija, platico con ellos constantemente. 

—¿Ellos saben a qué te dedicas? 

—Saben que no llegué a Estados Unidos y que tampoco me quedé en Chiapas, hasta hace un año les dije que estoy en Cancún y que acá pienso quedarme y si Dios quiere, en unos dos años iré a buscar a mi hija porque allá su futuro no es nada bueno, hay mucha carencia, no hay trabajo, pero para ese entonces espero ya no trabajar en este oficio. 

—¿Entonces no te gusta lo que haces? 

—Claro que no me gusta, pero como te digo, es trabajo y de aquí saco para mandarle dinero a mi familia.  

—¿No te da miedo, tanto por cuestiones de salud como por la seguridad? 

—Por la salud no, porque me cuido, además los clientes son obligados a usar preservativos; y por la seguridad, pues la jefa de la casa paga una cuota de lo que aportamos para que no tengamos problemas. 

—Por último, recientemente las autoridades han hecho operativos y han asegurado varias casas de citas, en tu caso, ¿no te han dicho nada por el hecho de ser indocumentada? 

—De hecho, nosotras estábamos en una de las casas a las que les pusieron unos sellos, pero ese día la jefa me mandó junto con dos amigas más a otra de sus casas y lo único que nos dijo es que hubo problemas y que nos quería proteger. 

—Entonces, ¿sí hay más chicas extranjeras trabajando ahí?  

—Sí, hay otras también de Honduras, me parece que dos de Guatemala y las demás ya son de México, de Tabasco y Chiapas principalmente, aunque conozco a dos que son de Puebla. 

Complicidad de autoridades e impunidad 

A principios del sexenio de la Cuarta Transformación se anunció una limpia en el Instituto Nacional de Migración, calificada por el propio presidente López Obrador como “la más corrupta de las instituciones” de gobierno; desde entonces han aumentado las denuncias por corrupción y malos manejos en un 25%, pero los despidos y los ceses por el Órgano Interno de Control se han desplomado. 

Cada trámite en puestos de entrada, retenes y estaciones migratorias, inspección a empresas y operativos de búsqueda, todos y cada uno son una oportunidad de dinero ilegal, una ventana para que los agentes de Migración hagan negocio con los migrantes y su ilusión de alcanzar una vida mejor y los malos manejos, extorsiones y cobros ilegales siguen cometiéndose de manera generalizada. 

En la delegación regional del INM de Quintana Roo, cada vez son más las denuncias por corrupción, pues los agentes saben en dónde trabajan los extranjeros, tanto hombres como mujeres que carecen de documentos. Sin embargo, el gran negocio se focaliza en ciertos migrantes, como venezolanos y colombianos, quienes a diferencia de la mayoría de los centroamericanos, sí están en condiciones de pagar altas cifras para poder recibir protección. 

“Yo ya no quiero llegar a Estados Unidos, me quiero quedar en Cancún, aquí ya tengo trabajo, pero no me quieren apoyar los de migración, me dicen que tengo que pagarles una cuota mensual o me van a deportar”, comentó al reportero un ciudadano de Guatemala que labora en una tienda de regalos en la zona de El Crucero, que no quiso abundar en sus comentarios. 

Operativos a casas de citas no han solucionado el problema 

En los últimos meses, autoridades de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) con elementos de la Guardia Nacional e incluso del Instituto Nacional de Migración (INM) han emprendido diversos operativos en casas de citas y bares clandestinos de Cancún, en busca de casos de trata de personas. 

Y si bien han asegurado inmuebles y a mujeres extranjeras que supuestamente estaban siendo obligadas a prostituirse, las investigaciones no han avanzado y todo queda en rimbombantes operativos, ampliamente difundidos en comunicados de prensa, sin que haya en realidad mayores cambios. 

Por ejemplo, aunque en la supermanzana 66 hay varias casas de citas que permanecen cerradas luego de los operativos, con los sellos rotos del aseguramiento en sus puertas, a sus costados hay otros predios que son usados para la misma actividad, según se pudo constatar en un recorrido hecho por el equipo de investigación de El Despertador de Quintana Roo

*****  

Migración y prostitución: aristas y consecuencias 

La creciente prostitución de migrantes en Cancún implica diversas consecuencias sociales, tanto para quienes se ven involucradas en esta actividad, como para la sociedad en general: 

  • Vulnerabilidad y riesgos para las migrantes: Las personas migrantes que se ven obligadas a prostituirse están expuestas a una serie de riesgos físicos, emocionales y sociales, incluyendo la explotación sexual, el abuso, la violencia física y sexual, así como la posibilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual. 
  • Explotación y trata de personas: La creciente demanda de servicios sexuales puede alimentar la industria de la trata de personas, donde las personas migrantes son engañadas, reclutadas o coaccionadas para trabajar en la prostitución contra su voluntad, lo que representa una forma moderna de esclavitud. 
  • Impacto en la salud pública: La prostitución de migrantes puede contribuir a la propagación de enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el VIH/SIDA, si no se toman medidas adecuadas para garantizar prácticas sexuales seguras y acceso a servicios de salud. 
  • Estigmatización y discriminación: Las personas migrantes que se dedican a la prostitución suelen enfrentar estigmatización y discriminación por parte de la sociedad, lo que puede tener un impacto negativo en su autoestima, salud mental y capacidad para integrarse socialmente. 
  • Impacto en la comunidad local: La presencia de prostitución de migrantes puede afectar la percepción de seguridad y el bienestar de la comunidad local, especialmente si se asocia con un aumento de la delincuencia, la trata de personas y la explotación sexual de menores. 
  • Desafíos legales y de derechos humanos: La falta de protección legal y de acceso a servicios básicos puede dejar a las personas migrantes en situación de prostitución en una posición vulnerable, sin recursos para defender sus derechos humanos y laborales. 

Se trata de una serie de desafíos sociales y de derechos humanos que requieren respuestas integrales y coordinadas por parte de las autoridades, la sociedad civil y la comunidad internacional para abordar las causas subyacentes y proteger los derechos y la dignidad de las personas migrantes. 

***** 

La legalización y regulación de la prostitución, así como los exhortos a la «atención de las causas sociales» no son la solución definitiva, aunque en México estamos todavía en la prehistoria en la solución integral del tema respecto a otros países más desarrollados, como Holanda, Canadá, Dinamarca, Suecia, Noruega, donde tienen mayor certeza legal, derecho universal a la salud, mayor respeto y dignidad y, sobre todo, garantía de la defensa de su derecho humano. 

*****  

El trabajo sexual también tiene su día de celebración 

De acuerdo con el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Copred), el reconocimiento legal del trabajo sexual debe partir de la complejidad de la realidad económica y situación laboral que enfrenta la diversidad de las personas trabajadoras sexuales, así como de la falta de igualdad de oportunidades en muchos casos. Por lo tanto, debe acompañarse del diseño e implementación de medidas alternas y paralelas para igualar las condiciones y opciones laborales para quienes decidan dejar de ejercerlo. 

La conmemoración del Día Internacional de la Trabajadora Sexual es en memoria de la protesta del 2 de junio de 1975, en el que más de 150 trabajadoras sexuales ocuparon la Iglesia de Saint-Nizier de Lyon, Francia, con la finalidad de llamar la atención sobre su mala situación y sobre las represalias continuas que sufrían por parte de la Policía, como eran abusos, violencia, multas y encarcelamientos.  

En esa fecha, cada 2 de junio, se hace hincapié en la necesidad de erradicar la discriminación a la que se enfrentan día con día las trabajadoras y trabajadores sexuales, así como lograr mejorar sus condiciones de vida y por supuesto laborales, lo cual en el caso de México no se ha logrado, debido a que todavía se tiene la estigmatización de que es algo ilegal.