La creación de nuevas Áreas Naturales Protegidas en Quintana Roo es absolutamente inútil, mientras persistan la falta de asignación presupuestal y la instrumentación de acciones concretas para su cuidado y vigilancia; sólo 15 guardaparques para todo el estado

SALVADOR CANTO

Desde hace más de una década, las Áreas Naturales Protegidas (ANP) de Quintana Roo atraviesan por una severa crisis derivada del incremento de los desarrollos inmobiliarios y hoteleros, así como del turismo desmedido pues no se respetan los planes de manejo establecidos en la mayoría de ellos precisamente para su conservación, ni tampoco existen medidas para atender la situación de los animales en peligro de extinción que habitan en esas reservas naturales.

Lo anterior, porque la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), dependencia encargada de su vigilancia, en los últimos años ha sufrido varias bajas presupuestales que derivaron incluso en el despido de personal, las cuales se acentuaron más en el 2020 con un recorte del 70% de su partida para gastos de operación y desde entonces solo hay 15 guardaparques para cubrir el territorio protegido, de alrededor de 668 mil 218 hectáreas en todo el estado, aunado a que tampoco cuentan con las herramientas necesarias.

Con base en datos del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), Quintana Roo tiene una extensión de 50 mil 212 km2, lo que representa 2.3 % de la superficie del país y de esa superficie, el 70% del territorio de la entidad está cubierto de vastas selvas y extensos humedales bajo un sistema de protección que no se cumple.

Oceana México, una Organización No Gubernamental (ONG) enfocada al cuidado de los océanos en el mundo, considera que el actual sistema de ANP en nuestro país ha demostrado ser ineficiente en la conservación de hábitats de importancia crítica para la vida marina como lo son los manglares y más aún en el caso de los arrecifes, pero tampoco en las superficies terrestres, que también son muy afectadas.

Refiere que, al observarse un deterioro creciente de manglares y arrecifes en las Áreas Marinas Protegidas, se encuentran todo tipo de obstáculos: cambio ilegal de uso de suelo, sobrepesca, turismo masivo, pesca ilegal, por mencionar sólo algunos en donde es evidente que las leyes ya no son suficientes.

Ejemplo de estas condiciones críticas se registran actualmente en la zona de Yum Balam y el Parque Nacional de Tulum, que durante los últimos años han estado bajo acecho y presión de los desarrollos que han obligado a los constantes cambios de usos de suelo, que mantienen bajo una constante presión a la Reserva de la Biosfera Sian Ka’an y a la isla de Holbox.

Araceli Domínguez, presidenta del Grupo Ecologista del Mayab (Gema), afirma que más que inactividad de las autoridades lo que ha habido es una complicidad absoluta para ir acabando con lo más hermoso que tiene Quintana Roo, que es su medio ambiente.

Ambientalistas locales deploran los daños que ha ocasionado la obra del Tren Maya, que ha acabado con miles de hectáreas de selva, mucha de ella establecida en áreas de protección, así como la afectación producida por el proyecto del puente vehicular que se edifica en Cancún y sobre los manglares de la Laguna Nichupté, decretados como ANP en febrero del 2008.

A este adverso escenario se le suma la aparición de fenómenos emergentes que han acelerado la afectación a las ANP en la zonas costeras de Quintana Roo, como ha sido el recale masivo de sargazo y peor aún, el daño notable que ya existe en el Parque Nacional de Puerto Morelos, donde se encuentra el Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) considerado el más grande del mundo (solo superado por el existente en Australia), con una longitud de mil 500 kilómetros que conecta a Quintana Roo (México), Belice, Guatemala y Honduras, tras la aparición en el 2019 de la enfermedad denominada síndrome blanco, que ha significado una gran amenaza para las distintas especies de corales.

De hecho, científicos del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM con sede en Puerto Morelos establecen que a pesar del trabajo que se ha emprendido desde diversos frentes para atender esta situación, hoy en día se mantiene la amenaza de extinción local de algunas especies que construyen arrecifes, tales como el coral pilar (Dendrogyra cilyndrus) y el coral laberinto (Meandrina meandrites), sin dejar de recordar que desde hace algunos años se inició una invasión del mortífero pez león o pez diablo que aún prolifera en la región.

Lo más preocupante de este desolador panorama es que a pesar de que diversas organizaciones ambientales han reprochado largamente la creación de más Áreas Naturales Protegidas “de papel”, sin financiamiento para su gestión, a las autoridades federales se le ha hecho fácil legislar y decretar más y más superficies de conservación, lo cual es absolutamente inútil si no se les asigna oportunamente recursos ni tampoco se instrumentan acciones concretas.

Quintana Roo, desprotegido en materia ambiental

A pesar de que la entidad tiene el 100% de su zona costera bajo alguna ley o norma de protección ambiental, ya sea un Plan de Ordenamiento Ecológico Territorial (POET) o ANP, los intereses económicos han sido mayores que el modelo desarrollo turístico que se planea, en donde las políticas y criterios de manejo para proteger y conservar los ecosistemas siempre quedan en segundo plano, lo que deja en completa desprotección al medio ambiente en general, un tema que muchas veces se politiza.

Es decir, en la práctica las acciones de permisividad o tolerancia al cumplimiento de la ley por la tala de manglares, construcciones sobre dunas o los incendios ocasionados en zonas de desarrollo turístico, ocasionan una actividad turística de impacto ambiental negativo donde muchas veces las demandas que interponen los grupos ambientales no prosperan.  

Aunque existen leyes, reglamentos y planes de manejo que protegen las ANP, la falta de aplicación de la zonificación, junto con el uso turístico, han acelerado el proceso de deterioro de estos espacios, cuya administración en su mayoría dependen de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), dependencia que en los últimos años se ha quedado sin personal y sin operación derivado de las constantes mutilaciones a su presupuesto que realiza la federación.

En México las ANP, según la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA) artículo 3 inciso F, son las zonas del territorio nacional y aquéllas sobre las que la nación ejerce su soberanía y jurisdicción, en donde los ambientes originales no han sido significativamente alterados por la actividad del ser humano o que requieren ser preservadas y restauradas, mediante la aplicación de normas legales y criterios técnicos para la conservación de la biodiversidad.

El establecimiento de las ANP en México tiene su base en la Constitución, mientras que la LGEEPA y el Reglamento de ANP, se crean mediante un decreto presidencial, fundamentado en el interés público, que representa la conservación y otros usos de la diversidad biológica y del ambiente.

La LGEEPA establece, en su artículo 46, la clasificación de las ANP mientras que el 47Bis, 47Bis 1, y 50 establecen las restricciones de uso y formas de aprovechamiento sustentable, entre las que se encuentra la recreación, el turismo, y la educación ambiental.

Agrupaciones especiales, pura falacia de las autoridades

En diciembre del 2016, en medio de la celebración de la cumbre mundial por la biodiversidad llamada COP13 que se llevó a cabo en Cancún, el gobierno federal encabezado en ese entonces por Enrique Peña Nieto, hizo el mayor decreto para un ANP, que fue la creación de la Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano que abarca poco más de cinco millones de hectáreas, la mayor parte superficie acuática.

Pero además en ese evento internacional anunció a una agrupación especial que se encargaría de poyar los trabajos del cuidado al medio ambiente y para ello, presentó a la Gendarmería Ambiental, creada con elementos de la Policía Federal, pero capacitados para y entrenados para desalojar cualquier zona invadida, así como actuar en contra de la tala de bosques o tráfico de especies.

Dicha Gendarmería fue planeada por el Gobierno Federal para cuidar las Áreas Naturales Protegidas, cuerpos de agua e instalaciones hidráulicas, pero tristemente solo sirvieron para la foto porque jamás operó esa agrupación policial y prueba de ello es que hasta la fecha han continuado los problemas con el cuidado el medio ambiente y las dependencias que tienen esa función como son la Semarnat, Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la misma Conanp, carecen de personal y equipos para atender la grave situación, además de que en muchos casos se enfrentan a grupos delictivos que se encargan no solo de invadir, sino de depredar las especies bajo protección.

Polémica por “Puerta al Mar” en FCP

Justo en el corazón de la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, el gobierno federal comenzó a trabajar en un proyecto denominado “Puerta al Mar” que, en las últimas semanas, ha dividido a las comunidades mayas de la región.

Las obras forman parte de los trabajos accesorios del megaproyecto Tren Maya y buscan mejorar las condiciones de un camino tradicional ya existente desde 1930, pavimentando 22 de sus 60 kilómetros en la parte de la Puerta al Mar.

Para los habitantes, se trata de un camino sagrado, utilizado por las comunidades mayas para cruzar la selva de la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an hasta el puerto de Vigía Chico y por eso no quieren que se pavimente.

Sin embargo, las autoridades insisten en que estas obras forman parte de los trabajos accesorios del megaproyecto Tren Maya con lo que se busca mejorar las condiciones de un camino tradicional ya existente, pavimentando 22 de sus 60 kilómetros, para tener acceso directo de la cabecera municipal hacia la costa, atravesando la selva.

Lo grave de ello es que dicha zona bajo protección ha sido saqueada por años por la falta de vigilancia de las autoridades encargadas al no tener personal ni acciones concretas para su protección.

Calica y Puerto Cancún, monumentos de impunidad

La empresa Calizas Industriales del Carmen, S.A. de C.V. (Calica) actualmente conocida como Sactun, asociada a la estadunidense Vulcan Materials Company, ha explotado el subsuelo de esta costa desde 1986, concesión otorgada por 20 años por el entonces Presidente de la República, Ernesto Zedillo Ponce de León.

Sin considerar las consecuencias ambientales, las autoridades federales y estatales, otorgaron permisos a la concesión, para escarbar y sacar el material que envían a Estados Unidos.

De forma reiterada, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha insistido en que Sactun podría ser decretada un parque de atractivo turístico y otra parte, que son alrededor de dos mil hectáreas –sin tener un Plan de Manejo–, se decretaría como ANP, lo que para muchos ambientalistas de la Riviera Maya sería un grave error si se hace, como de costumbre, sin una planeación adecuada.

CANCÚN, QUINTANA ROO, 28ENERO2016.- “Tajamar no es ecocidio ni se puede hablar de devastación ambiental” afirmó el titular de la de la Procuraduria Federal de Protección al Medio Ambiente. En la imagen, la vista panorámica del Malecón Tajamar. FOTO: ELIZABETH RUIZ /CUARTOSCURO.COM

“No es un buen mensaje el que está mandando el gobierno federal tras anunciar que la zona explotada por Sactun se convierta en un parque de atractivo turístico, una Venecia en la Riviera Maya, más bien debe ser una zona que debe quedar para la conservación, pero son un plan estratégico que permita realmente su rescate”, consideró el biólogo Roberto Rojo, integrante del Círculo Espeleológico del Mayab.

Sobre los grandes intereses internacionales que rodean a Calica y que desde hace más de 30 años impusieron la explotación de más de cuatro mil hectáreas de suelo kárstico que hoy están al punto de colapso y que involucran incluso al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, El Despertador de Quintana Roo ha presentado dos amplios trabajos periodísticos, disponibles en los links https://eldespertadorqr.com/calica-depredacion-a-la-sombra-de-trump/ y https://eldespertadorqr.com/calica-sac-tun-colosal-desastre-ambiental/.

Por otro lado, Puerto Cancún también forma parte del gran ejemplo de impunidad que se padece en materia ambiental, afirma la presidenta del Grupo Ecologista del Mayab (Gema), Araceli Domínguez Rodríguez, quien lleva más de 35 años defendiendo el medio ambiente, entre cuyas cruzadas ecológicas figuran la defensa del santuario de la tortuga marina de Xcacel-Xcacelito –que se localiza entre Playa del Carmen y Tulum–, que el exgobernador Mario Villanueva vendió a grupos españoles, cuando inició el “boom” de la Riviera Maya, a finales de los noventa, o su lucha contra la instalación de plataformas flotantes de turistas a un costado de los magníficos y vulnerables arrecifes del litoral cancunense.

Sostiene que justo donde hoy se encuentran decenas de edificios residenciales y la más grande plaza comercial conocida como Puerto Cancún se permitió no solo la devastación y relleno de áreas de mangle, sino además una marina que alteró aún más todo el ecosistema.

Tajamar, ejemplo mundial de la gran corrupción

Malecón Tajamar, localizado en una de las bocanas de acceso a la Laguna Nichupté, entre la plaza de Toros y Malecón Las Américas de Cancún, es otro ejemplo de la depredación del medio ambiente que priva en la entidad desde hace muchos años y si bien no es la mayor tragedia ambiental, sí se ha convertido en símbolo de la devastación en Quintana Roo.

En el 2007, el entonces presidente de la República, Felipe Calderón, presentó el proyecto Malecón Cancún y atestiguó la donación de tres mil 589 hectáreas ubicadas junto a la laguna de Nichupté, para destinarlas como Área Natural Protegida.

En su discurso dijo: “Parte de las razones por las cuales Cancún y otros destinos del mundo están sufriendo el embate cada vez más feroz de los huracanes, ha sido, en cierta parte por la voracidad con la que hemos destruido su entorno natural y, entre otras cosas, el manglar”.

En ese momento, en pleno acto público, ante la multitud presente, sorpresivamente anunció la destitución del entonces delegado estatal de la Semarnat, Rafael Muñoz Berzunza.

“Yo estoy viendo que aquí, en lo del Malecón, se llevaron algunos manglares. Vamos a hacer cuentas por ahí, a ver qué fue lo que pasó. Por lo pronto, yo no sé quién haya sido, pero por lo pronto yo creo que vamos cambiando al delegado de la Semarnat aquí en Cancún”, señaló Calderón.

Muñoz Berzunza posteriormente justificaría la acción ante un medio local que posiblemente el presidente “se sintió incómodo” de estar haciendo tal anuncio ante el escenario de un lugar devastado, y por ello tomó la decisión de cesarlo.

Cinco meses después de ese acto, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), como parte de la donación anunciada por Calderón, formalizó la entrega de 107 hectáreas aledañas al Malecón Cancún al municipio de Benito Juárez, que estarían destinadas a la creación de un parque ecológico urbano municipal, que permitiría a los cancunenses realizar actividades familiares, culturales y sociales.

Esa superficie sería para construir un parque de conservación que tendría un zoológico, jardín botánico y zonas de refugio para animales rescatados, además de un espacio de equipamiento cultural e incluso se habló de hacer ahí el nuevo Palacio Municipal, además hasta la iglesia católica construiría ahí una iglesia, mientras que otros predios fueron comercializados para desarrollos inmobiliarios y turísticos en lo que fue un gran negocio del gobierno federal que fue desenmascarado por grupos ambientalistas que frenaron todos los proyectos mediante procesos jurídicos que duró varios años hasta que la Suprema Corte decidió que no se podía construir nada ahí y ordenó que se respetara el proyecto del Malecón Tajamar como un espacio público y de conservación.

Sin embargo, con el paso de los años y a decir de Miguel Ángel Lemus, líder inmobiliario, todavía hay inversionistas que mantienen una lucha por la vía jurídica para consolidar sus proyectos y otros que se desistieron pero que hasta la fecha el Fonatur todavía les debe alrededor de tres mil millones de dólares a empresarios.

Parque Marino, en terapia intensiva

La problemática por el blanqueamiento y mortandad de corales registrada desde el 2019 por el llamado síndrome blanco y la afectación a causa de la presencia constante de sargazo, a lo cual se añade la presencia del pez diablo y/o león en la zona arrecifal que forma parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano en Puerto Morelos, es otro claro ejemplo del descuido y la falta de acciones a los planes de manejo y operaciones de las ANP.

El Parque Marino, como también se le conoce a dicha zona, a decir de científicos como el Dr. Eric Jordan Dahlgren, Investigador Titular A. del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM adscrito a la Unidad Académica Sistemas Arrecifales (UASA), todavía se encuentra en terapia intensiva porque el problema persiste y en algunos casos, se agrava por otras circunstancias como la presencia de sargazo.

La directora del Parque Marino, Maricarmen Rivas, expuso que es el esfuerzo que se hace es mucho y si bien afirmó que cuentan con cinco guardaparques y decenas de voluntarios, “hacen falta más acciones para lograr el rescate de los arrecifes”.

Es recordar que en diciembre de 2019 el síndrome blanco causó la muerte de decenas de miles de corales a lo largo del Caribe mexicano. Los efectos negativos se observaron en todos los arrecifes costeros entre Isla Contoy y Xcalak (en la frontera con Belice) y en la Isla de Cozumel.

Las especies altamente susceptibles y afectadas han sido Colpophyllia natans, Meandrina spp, Eusmilia fastigiata, Pseudodiploria strigosa, Diploria labyrinthiformis, Dendrogyra cylindrus, Dichocoenia stokesii, Siderastrea siderea, Montastraea cavernosa, Orbicella spp.

El costoso error de construir hoteles sobre dunas

En la actualidad, Cancún sigue pagando el error de haber construido hoteles sobre dunas, pero no se ha aprendido de la experiencia, y estas mismas fallas se han seguido cometiendo en la Riviera Maya e incluso en la zona continental de Isla Mujeres.

Las dunas costeras forman parte de espacios bajo protección ambiental, pero a pesar de ello, los nuevos desarrollos hoteleros y los proyectos que están sobre la mesa contemplan su desaparición para levantar sobre ellas las construcciones de los complejos turísticos.

La sobredensificación de servicios turísticos es uno de los temas que afectan con más prontitud a las zonas de protección ambiental y también en donde la corrupción está más presente.

La investigadora en economía y turismo Christine Mccoy Cador, advierte que el continuar línea de permisividad y excesos en los últimos años ha provocado que el impacto económico, ambiental y social sea irreversible.

“Han sido errores tras errores, el tema de las dunas es algo grave, son espacios bajo protección ambiental y las mismas autoridades permiten que se sigan dando más construcciones y los errores de Cancún, ya se ven en otros destinos como la Riviera Maya e incluso la parte continental de Isla Mujeres”, explicó.

Especies en peligro de extinción desprotegidos

Animales acuáticos, aves y terrestres que forman parte de la fauna de Quintana Roo, cuyo cuidado y conservación fue lo que motivó la creación de muchas de las ANP, hoy, a pesar de la existencia de leyes, están completamente indefensos y en constante riesgo.

Es decir, así como no hay medidas para el cuidado de las Áreas Naturales, tampoco existe uno que proteja a las diversas especies, muchas incluso están al borde la extinción.

El crecimiento poblacional ha obligado a muchos animales como jaguares, ocelotes, monos a emigrar y los casos más recientes fueron documentados por la Asociación Chich Chan, que dio a conocer unos videos donde se observa a un par de jaguares caminando por un sendero en dirección hacia Belice.

“Por destrucción de su hábitat, jaguares emigran de la Península de Yucatán y buscan refugio en la selva de Belice; antes se veía el movimiento de un jaguar cada 15 días, pero ahora son cuatro a la semana”, se explicó.

Si bien el tema de la protección y cuidado no ha sido el adecuado en virtud de que la CONANP tiene poco personal y no se da abasto con atender las grandes extensiones que conforman las ANP, menos lo hacen para proteger a los animales enlistados en peligro de extinción, muchas de ellas incluso emblemáticas del estado como el jaguar, el manatí, la guacamaya roja, la tortuga caguama, el mono araña, las águilas pescadoras, venado cola blanca, pavo ocelado, tucán, zorros e incluso tlacuaches, estos últimos animales era común verlos en los parques y zonas arboladas adaptados a las ciudades y manchas urbanas, pero ahora son muy escasos.

De igual manera, desde hace algún tiempo se han dejado de promocionar los eventos anuales que reunían a decenas de familias para el rescate del cangrejo azul en la zona hotelera, Puerto Juárez y diversas zonas de desove donde era necesario su rescate o de lo contrario eran aplastados por los automovilistas, pero ahora esto ya no ocurre o porque se extinguieron o ya no migran del mar a la laguna y viceversa como antes lo hacían en granes volúmenes, aunque en redes sociales por la zona de la laguna Manatí se estuvieron vendiendo por kilo.

Pero a esta lista también se encuentra la sobre explotación de especies marinas como el pepino de mar, estrellas de Mar e incluso hasta caracol y las langostas, lo que refleja que no hay medidas de protección federal por falta de presupuesto y de personal que haga operativos.

Autoridades locales hacen esfuerzos por cuidar ANP

Recientemente se llevó a cabo el “día internacional de los voluntarios” en el ANP de la Laguna Manatí que es administrada como Reserva Estatal por el gobierno de Quintana Roo, en colaboración con sus aliados comunitarios y empresariales que realizaron una semana de jornada ambiental del programa “Tuláakal” para la rehabilitación de la zona de uso público colindante con la supermanzana 85 de la Subdelegación Puerto Juárez.

Dicho programa que en maya significa “todos” tiene por objetivo promover el involucramiento comunitario y la participación de los grupos de voluntariados interesados por la rehabilitación de 30 mil metros cuadrados de espacios degradados de los pantanos que paulatinamente perdieron su condición original por causa de las fuertes presiones antropogénicas, entre los principales tiraderos de basura, escombros, cascajos, tala de madera, chatarrerías, aguas residuales.

El evento lo encabezó el titular del Instituto de Biodiversidad y Áreas Naturales Protegidas del Estado de Quintana Roo, Javier Carballar Osorio, quien agradeció y reconoció la suma de esfuerzos de cada una de las 80 personas de todo el voluntariado que sumaron a la jornada.

Entre los asistentes estuvieron Isela Velázquez en calidad de Coordinador de Responsabilidad Social Corporativa de Fundación Holcim, el Comité de Guardianes Comunitarios de Puerto Juárez, la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente.

Finalmente, los voluntarios recibieron platicas de inducción sobre la importancia de los manglares y acudieron en una de las zonas ya rehabilitadas de la Reserva Estatal Laguna Manatí, donde manifestaron sentirse satisfechos de conocer y estar en contacto con la naturaleza a través del sendero interpretativo, donde con la asistencia del administrador del ANP Biol. Gonzalo Aldana Pech, el Ing. Alexis García de la PPA y Luisa Mirlo del Comité Comunitario Lombardo Toledano.

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De acuerdo con la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente hay seis categorías de ANP que están sujetas a regímenes especiales de protección, conservación, restauración y desarrollo para asegurar el equilibrio y la continuidad de los procesos evolutivos y ecológicos de la zona.

* Reservas de la Biósfera

* Parques nacionales 

* Monumentos naturales

* Áreas de protección de recursos naturales

* Áreas de protección de flora y fauna

* Santuarios

Áreas Naturales Protegidas en Quintana Roo:

* Parque Nacional, arrecifes de Puerto Morelos

* Arrecifes de Cozumel

* Arrecifes de Sian Kaan 

Felipe Carrillo Puerto y Tulum

* Arrecifes de Xcalak

Othón P. Blanco

* Banco Chinchorro

Othón P. Blanco

* Costa Occidental de Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc

* Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano

* Isla Contoy

* Jaguar (Tulum)

* La porción norte y la franja costera oriental, terrestres y marinas de la Isla de Cozumel

* Manglares de Nichupté (Cancún)

* Otoch Maax Yetel Kooh (Solidaridad y Lázaro Cárdenas)

* Sian Kaan (Carrillo Puerto)

* Tiburón Ballena (Lázaro Cárdenas)

* Tulum

* Uaymil  (Felipe Carrillo Puerto, Bacalar)

* Yum Balam (Lázaro Cárdenas e Isla Mujeres)

Las nuevas cuatro ANP en Quintana Roo

* Jacinto Pat (Cancún)

* Playa Delfines (Cancún)

* San Buenaventura (Cancún)

* Cenote Aerolito (Cozumel)