Roberto Guzmán

Que nunca se permita el amiguismo, el influyentismo y nepotismo,

ninguna de esas lacras de la política. Morena debe ser faro de la moralidad.

AMLO

El elemento común entre los conceptos de amiguismo y nepotismo, y otras relaciones como el compadrazgo o la afinidad, es la contratación de personas con relaciones consanguíneas o personales en puestos públicos, por lo que esta relación laboral no se basa en el mérito sino en los vínculos con quienes ya ocupan un cargo público, muchos de estos comenzando a exhibirse a semanas de iniciar una nueva administración gubernamental.

En Quintana Roo el sistema político de nuestro estado continúa representando una farsa democrática, ya que los resultados surgidos en el pasado proceso electoral como en la designación de consejeros de un partido político, fueron acuerdos entre ellos mismos, el gobierno y ahora entre familias y amantes quienes ya ansían gobernar y manipular las bases y los programas sociales de este destino turístico.

La falsa sensación que se nos fabrica a diario de que el pueblo hace el reparto del poder no es más que la esencia de una farsa democrática que se ha construido alrededor de cada uno de nosotros, siendo el poder público el que se ha repartido a voluntad este estado entre quienes hoy nuevamente fueron electos para ocupar espacios y gobernar por cinco años este estado.

Quintana Roo también es México, y es de todos y todas y no solo de aquellos privilegiados o de unas cuantas familias que se ha evidenciado pretendiendo servirse como otras lo han hecho por décadas, aprovechándose de los recursos económicos y naturales hasta saciarse; si bien los Borgia, los Romanov o los Medici, leyendas de corrupción, nepotismo y ambición lograron inmensas riquezas; hoy “nuevas familias y un par de concubinas” han dado muestra de opresión y hartazgo a miles de ciudadanos de los once municipios a falta de escrúpulos, incluso provocan vergüenza en algunos de nosotros integrantes de la comunidad LGBT+. 

Ante el actuar de estas lacras podemos asegurar que hasta hoy en Quintana roo quienes detentan los poderes públicos, han robado con pleno cinismo, han mentido con alevosía e hipocresía con sus discursos que no son más que simulaciones, pero sobre todo durante su propio proceso de selección, todos ellos se exhibieron como un manojo de oportunistas traicionando a los de su misma estirpe.

No sé qué opine usted mi estimado lector, pero Quintana Roo no tiene apellido y ni es de nadie, Quintana roo es de los MAYAS y de quienes lo trabajamos y luchamos por preservarlo, y no permitiremos que aquellos que pretenden devastarlo y saquearlo lo conviertan en un averno bajo un manto de impunidad y corrupción.