*A pesar de estas limitaciones, no se rinde. Su sueño de abrir una escuela de lucha libre en Puerto Morelos sigue vivo, y su motivación radica en las sonrisas de los niños que lo ven luchar.

Por Andrés Dávila

En un pequeño espacio con un ring rudimentario construido con esfuerzo y pasión, Rey Fantasma, un luchador profesional e independiente, lucha no solo contra sus adversarios en el cuadrilátero, sino también contra las adversidades que enfrenta como promotor y soñador. Desde que llegó a Quintana Roo en 2015, este oriundo de Chihuahua ha trabajado incansablemente para llevar la magia de la lucha libre a Puerto Morelos, enfrentando la indiferencia de las autoridades municipales que, según relata, han cerrado la puerta a sus iniciativas para abrir una escuela de lucha libre.

«Mi sueño no es solo ser un luchador, sino también enseñar, formar nuevas generaciones y hacer que la lucha libre sea valorada como el deporte y arte que es», comparte Rey Fantasma. Aunque ha pedido apoyo no económico, sino logístico, para realizar funciones y proyectos comunitarios, el respaldo gubernamental nunca llega.

LA HISTORIA DETRÁS DE LA MÁSCARA

Rey Fantasma empezó a entrenar en Playa del Carmen en 2017, debutando como luchador profesional en 2021 bajo la promotora Promociones Ejecutor. Desde entonces, ha construido una trayectoria destacada: ha ganado el Campeonato Welter del estado de Chihuahua y despojado de su cabellera a Estrella de la Muerte. Ha pisado cuadriláteros de diversas promotoras en Quintana Roo, como LPC, ULI, TWS y Arena Revolución en Cancún, pero también ha fundado, junto con su compañero El Silencio, la promotora Lucha Libre Maya, que organiza pequeños eventos y exhibiciones, muchas veces gratuitas o de carácter benéfico.

«Si no hubiera sido luchador, me habría dedicado al fútbol», confiesa. Sin embargo, su amor por este deporte nació al ver las películas de El Santo y Blue Demon contra Las Momias. Inspirado por la lucha clásica y con un profundo respeto por leyendas como El Perro Aguayo y Huracán Ramírez, Rey Fantasma se define como un luchador versátil que combina el estilo clásico con los retos modernos.

EL PRECIO DEL SUEÑO

En un mundo donde los aplausos suelen ser su único pago, Rey Fantasma también enfrenta dificultades económicas. «Hacemos funciones privadas y al final pasamos un bote para quien quiera cooperar. Lo que recaudamos es para cubrir los pasajes de los compañeros, y nosotros, los locales, nos quedamos con el aplauso», relata.

A pesar de estas limitaciones, no se rinde. Su sueño de abrir una escuela de lucha libre en Puerto Morelos sigue vivo, y su motivación radica en las sonrisas de los niños que lo ven luchar. «La sonrisa de un niño al tomarse una foto conmigo es lo que más me emociona. Mientras haya niños en las funciones, Rey Fantasma seguirá luchando».

REFLEXIÓN Y ESPERANZA

Aunque lamenta la falta de apoyo gubernamental, Rey Fantasma se mantiene firme en su misión. «La lucha libre también es deporte, pero no nos apoyan como al fútbol, el boxeo o el karate. Nosotros decidimos demostrar que podemos salir adelante por nuestra cuenta».

Con esfuerzo, pasión y el respaldo de su compañero El Silencio, Rey Fantasma sigue llevando la lucha libre a las comunidades de Quintana Roo, demostrando que los sueños se alcanzan no solo con talento, sino con perseverancia y corazón.