La sabana de Chetumal enfrenta una grave crisis ambiental que podría llevar a su eventual secado y desaparición. Factores como la proliferación incontrolada de la lechuguilla de agua (Pistia stratiotes) y las obras del Tren Maya están acelerando el deterioro del cuerpo de agua, de alrededor de 15 kilómetros de extensión, según alertó Ruty Carlos Buenfil Magaña, presidente del Colegio de Biólogos.

La lechuguilla, que cubre grandes áreas de la sabana, incrementa la evaporación del agua y dificulta su oxigenación, reduciendo así su calidad. Esto ha provocado una pérdida del 60% del cuerpo de agua y la desaparición de más del 40% de las especies que habitaban el ecosistema, como peces, aves y lagartos. Además, los restos de esta planta forman sedimentos que obstruyen el flujo natural del agua, acelerando su secado.

El problema se agrava debido a la falta de recursos para combatir esta plaga. La Procuraduría de Protección al Ambiente estima que se necesitan al menos 11 millones de pesos para implementar medidas efectivas, como el uso de una barcaza especializada en la eliminación de la planta.

Por otra parte, las obras del Tren Maya cercanas a la sabana podrían afectar la dinámica hídrica del área y reducir la permeabilidad del suelo, según expertos, quienes proponen un proyecto conjunto entre instituciones académicas, ambientales y gubernamentales para proteger el ecosistema.

Aunque los habitantes locales mantienen la esperanza de que un ciclo natural de lluvias pueda revitalizar la sabana, como ocurrió hace cuatro años, los especialistas advierten que, sin acciones inmediatas, el riesgo de desaparición sigue siendo inminente. (Redacción)