Quintana Roo enfrenta un nuevo reto con su inclusión al sistema IMSS-Bienestar, que centraliza los servicios de salud de los estados sin que el gobierno federal haya resuelto, a seis meses de su conclusión, las problemáticas generalizadas en el país de personal, infraestructura, equipamiento, insumos y medicamentos

SALVADOR CANTO / EQUIPO DE INVESTIGACIÓN

DE EL DESPERTADOR DE QUINTANA ROO

Quintana Roo es uno de los 23 estados del país que firmó su adhesión al programa IMSS-Bienestar, una política federal que consiste en la centralización de los servicios estatales de salud para tener el control de los servicios todos los niveles de atención, la infraestructura sanitaria, los insumos y las nóminas, a pesar de que el sector arrastra largos años de carencias de medicamentos y equipo, instalaciones deterioradas y en el abandono, falta de planeación y personal especializado, temas que hasta la fecha no han sido solucionados.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), desde el 2020 Quintana Roo figura entre las entidades que más problemáticas tienen en el tema de salud pública y hasta la fecha, a pesar de los esfuerzos que lleva a cabo el gobierno actual, las dificultades son todavía visibles. fa

Desde hace un año y medio el equipo de investigación de El Despertador de Quintana Roo ha buscado al titular de la Secretaría Estatal de Salud (Sesa), Flavio Carlos Rosado, para hacerle una entrevista previa a la conversión de los sistemas de salud con base en el proyecto federal y conocer de primera mano qué planes tenía para atender dentro del ámbito de su competencia el rezago existente en el sector, pero ha cancelado hasta en tres ocasiones las citas ya acordadas.

Ante las diversas y complejas problemáticas de salud pública presentes en la entidad, El Despertador de Quintana Roo presentó un reportaje en diciembre de 2022 en torno a los retos que enfrentaría la administración estatal entrante, titulado “Carencias en salud, una pesada herencia”, que se encuentra disponible en el link https://acortar.link/jpzxo4, sin que las condiciones allí expuestas hayan cambiado hasta la fecha.

Incluso durante este lapso han surgido más problemas, como la exhibición del denominado “cártel de las medicinas”, a través de unos audios difundidos en medios nacionales donde se evidencian presuntos actos de corrupción a lo largo de los últimos seis años en las compras de medicamentos e insumos en diversos estados, entre ellos Quintana Roo, denunciados por la organización Mexicanos contra la Corrupción (MCC).

Otras interrogantes pendientes por hacer al titular de Sesa son los motivos por los cuales el Hospital Oncológico de Chetumal mantiene restringido el acceso a sus áreas públicas y se encuentra bajo custodia de elementos de la Policía Federal, y por qué hasta la fecha no se ha vuelto a buscar la recertificación de la Bandera Blanca Universal de Salud que se izaba año con año al superarse las expectativas en materia de salud, pero que se perdió desde la administración de Carlos Joaquín González.

Mientras tanto, ante el silencio del secretario estatal de salud, al que se suman directores generales y subsecretarios, es escasa e incompleta la información aportada desde la dependencia estatal sobre los temas urgentes relacionados a la salud pública, más allá de anuncios de proyectos e inversiones que muchas veces se quedan solo en eso, debido a que no existe una instrumentación correcta para que se concreten. 

A nivel nacional es evidente que este próximo 7 de abril, al conmemorarse el Día Mundial de la Salud, México no tendrá nada nada qué festejar, debido a que los sistemas de salud pública se mantienen en un estancamiento del que no es posible salir únicamente con buenas intenciones y discursos demagogos que repitan, una y otra vez, que muy pronto la ciudadanía contará con servicios de salud “mejores que en Dinamarca”.

Salud pública, sin un liderazgo eficaz

La Sesa en Quintana Roo ha ejercido como un ente meramente administrativo bajo la responsabilidad de Flavio Carlos Rosado, pues al no ser un profesional de la salud no ha sabido atender las carencias, ni escuchado los planteamientos y propuestas de sus trabajadores ni mucho menos los reclamos de la población, de acuerdo con lo expresado a El Despertador de Quintana Roo por personal del Hospital de Cancún “Jesús Kumate Rodríguez”, que expresaron su inconformidad por la falta de un liderazgo eficaz desde la secretaría estatal.

La salud pública se mantiene como un tema de preocupación toral que involucra múltiples aspectos; por ejemplo, por citar tan solo el caso de Cancún, se han dejado de atender funciones importantes y específicas a través de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

Al no haber rastro municipal desde hace más de un año, ha dejado de certificarse la carne de cerdo y res que ingresa a Quintana Roo, así como las aves, pescados y mariscos que en este periodo de Semana Santa se están comercializando en los mercados, supermercados y restaurantes de la ciudad, como en Puerto Juárez.

Tampoco se garantiza que el alcohol que se vende en restaurantes y bares de la ciudad y hasta en las discotecas de la zona hotelera no sea adulterado, a pesar de que está vigente una advertencia de viaje por parte de la Embajada de Estados Unidos en México que, entre otras situaciones de peligro para sus ciudadanos, advierte precisamente el posible consumo de bebidas falsificadas que ponen en riesgo la salud.

Lo mismo pasa con la proliferación de empresas despachadoras de agua potable que se han multiplicado por toda la ciudad sin que existan inspecciones sanitarias que garanticen la purificación del vital líquido.

Tampoco actuó para sancionar a la Fiscalía General del Estado (FGE) por el escurrimiento de sangre que hubo recientemente en las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) hacia la calle, un grave hecho de salud pública que fue evidenciado en redes sociales y que, según la explicación de la vocería de la Fiscalía General del Estado, se debió a la búsqueda de un cuerpo que se encontraba desde hace un año en el interior de las instalaciones, lo que implicó mover otros cadáveres y justificó que se trató de “una situación específica” y no “un problema permanente”, aunque es sabido el estado de hacinamiento que existe en ese edificio. 

Recientemente fue noticia nacional el caso de la muerte de un hombre en Cancún por rabia, el primero registrado en 19 años en todo el país, y tampoco existe a nivel local información actualizada sobre la atención a la viruela del mono, a pesar de que las estadísticas de 2023 difundidas por la Federación ubicaban a Quintana Roo entre los estados con mayor incidencia de casos por cada 100 mil habitantes.

Hospital General de Cancún, con serios problemas

De acuerdo con fuentes del Hospital General “Jesús Kumate” de Cancún, desde hace varios meses se reportó que la cisterna no ha recibido mantenimiento y el agua que se suministra al interior del nosocomio muchas veces apesta.

Trabajadores del nosocomio, quienes pidieron el anonimato, platicaron con el equipo de investigación de El Despertador de Quintana Roo y denunciaron que existe un área del hospital donde hay almacenadas muestras patológicas tóxicas sin depurar, por falta de personal especializado.

Otro problema es que hay pacientes que permanecen sentados en espera hasta por tres días, por falta de valoración médica para agilizar procesos, debido a que no hay suficiente personal.

De igual manera, señalaron que hasta el momento la Sesa no ha mandado a reparar el cuarto frigorífico para el depósito de cuerpos de los pacientes recién fallecidos en el hospital, y ante eso se mantiene el arrendamiento de un tráiler con caja refrigerada, donde se colocan los cadáveres en tanto los familiares llevan a cabo los trámites correspondientes para su entrega, como expuso El Despertador de Quintana Roo desde noviembre del año pasado (https://eldespertadorqr.com/cada-vez-mas-lejos-de-dinamarca/).

Finalmente, otra de las dificultades del nosocomio, expuesta por sus propios trabajadores, es que supuestamente cuentan con un banco de leche materna, pero por falta de personal y equipos adecuados para su conservación, caduca muy pronto y se llegan a tirar hasta 20 litros al mes.

Sesa desoye peticiones ciudadanas

Horacio Reyes García, presidente de la Federación Estatal para el Desarrollo Humano de los Adultos Mayores (FEDHAM), lamentó que a pesar de que desde la administración pasada se le hizo la petición a las autoridades para que donen o arrenden las instalaciones del antiguo Hospital General que se localiza en la supermanzana 65 –el cual ya se cae a pedazos y además se ha convertido en un nido de indigentes, por lo que representa un peligro tanto para la salud como para la seguridad públicas– para hacer ahí una residencia para adultos mayores, ya que se estima que tan sólo en Cancún existen alrededor de 45 mil de ellos, muchos de los cuales requieren apoyo, hasta la fecha no han recibido respuesta de la Secretaría de Salud.

Además, el Hospital Comunitario de Tulum que fue puesto en operaciones a finales del año pasado y que se presumió tiene capacidad de 13 camas, donde en total se aplicó una inversión que asciende a los 158 millones de pesos, no está operando adecuadamente bajo el argumento de la falta de personal y de equipos.

Lo mismo pasa en Felipe Carrillo Puerto, donde la demanda de servicios ha ido en aumento tras la puesta en marcha del Aeropuerto Internacional de Tulum y eso ha provocado que la demanda rebase lo que se ofrece, porque aún no se ha iniciado ni siquiera la construcción del nuevo hospital que se anunció desde julio del 2023, con una inversión de poco más de 17 millones de pesos.

Un caótico sistema de salud, la gran herencia 

A seis meses de que concluya la actual administración federal, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, heredará un caótico sistema de salud pública en México, incluso peor que como la recibió.

De hecho, después de la inseguridad, la situación en materia de salud ya es considerada como la segunda tragedia nacional del actual gobierno federal, que mantiene un discurso de demagogia permanente, con la declaración repetida una y otra vez de que al final del sexenio se contará un sistema de salud pública de primer mundo, un objetivo que el propio presidente sabe que es imposible de lograr a estas alturas.

Una de las cosas que se esperaría de un gobierno que todo el tiempo dice anteponer al pueblo y a los pobres, es que les brindara unos mejores servicios de salud pública, principalmente a quienes no pueden pagar atención en clínicas u hospitales privados que cobran casi hasta por el aire que se respira en el interior.

Sin embargo, ante la complicada situación que persiste en los sistemas de salud, aun ya dentro del plan IMSS-Bienestar, mucha gente opta por recurrir a los consultorios anexos a las farmacias para recibir consultas médicas a un costo de entre 50 y 70 pesos y también para adquirir ahí los medicamentos que el sector de salud público no tiene, a pesar de la millonaria inversión destinada a la llamada “Megafarmacia del Bienestar”, que en nada ha resuelto el problema del desabasto de medicamentos.

Para muchos ciudadanos esta administración federal ha sido desastrosa en el manejo del sector salud, primero al erradicar el Seguro Popular y lanzar de inmediato un proyecto que no estaba terminado, o que no tenía pies ni cabeza, como demostró serlo el ya extinto Instituto de Salud del Bienestar (Insabi), que fue con el que se enfrentó la pandemia de COVID-19, la cual cobró la vida de al menos 780 mil mexicanos, de acuerdo a las cifras oficiales, aunque en la realidad fueron muchos miles más.

Luego de eso, de un plumazo el gobierno lo desapareció sin reconocer lo fallido de su proyecto, y anunció la integración de las funciones de los estados en materia de salud en el Instituto Mexicano del Seguro Social para el Bienestar (IMSS-Bienestar), que actualmente funciona solamente en 23 estados de la República, entre ellos Quintana Roo, mientras que nueve rechazaron su adhesión por no estar de acuerdo en esa política federal: Chihuahua, Durango, Coahuila, Nuevo León, Jalisco, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y Yucatán que son entidades donde no gobierna Morena.

De acuerdo con el exsecretario de salud y economista Salomón Chertorivski, IMSS-Bienestar no es sino un programa que inició en los años 70 como IMSS Coplamar –que después llevó los nombres de IMSS Solidaridad, IMSS Progresa, IMSS Oportunidades e IMSS Prospera– y que únicamente debía servir a una población rural muy acotada, en primer y segundo niveles de atención. Ahora se le solicita atender a cerca de 60 millones de personas, en su mayoría habitantes de zonas urbanas y semiurbanas, y que contemple el tercer nivel de atención, es decir la alta especialidad.

IMSS-Bienestar, ¿una carga para el Estado?  

Como en todo el país, persisten serios problemas en las clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Quintana Roo, donde ha sido evidenciada la falta de mantenimiento a sus instalaciones, que han derivado en accidentes como el ocurrido en julio del 2023 en la clínica No. 18 de Playa del Carmen donde una menor de seis años murió al quedar prensada en un elevador.

Y a pesar de que se culpó a la empresa responsable del mantenimiento y reveló irregularidades en los contratos para las licitaciones de los elevadores en las clínicas del IMSS, no se ha informado sobre las investigaciones al respecto, mientras los casos de fallas han seguido aconteciendo.

El 24 de enero de este año un trabajador se quedó atrapado en un elevador del Hospital General Regional No. 17 del IMSS, por lo que personal de Protección Civil y bomberos acudieron a su rescate.

Y en este mismo hospital, conocido también como de especialidades de la región 509, la noche del 23 de marzo pasado se registró la caída de parte del techo debido a la acumulación de agua que ocasionó una fuga en las tuberías por falta de mantenimiento y el desplome de un plafón, aterrorizando a pacientes y personal médico que se encontraban en el lugar.

El hecho fue registrado en videos que circularon en redes sociales, donde se comentó: “¡Servicios médicos como en Dinamarca!, chequen nada más el área de urgencias en el Hospital General Regional 17 del IMSS en Cancún, se cae el techo a pedazos”.

En medio de este panorama, tras la firma del convenio de coordinación que establece la forma de colaboración entre los Servicios de Salud del Estado y el IMSS-Bienestar, la semana pasada el líder sindical de los trabajadores del sector salud en la entidad, Barbaciano Sansores Matos, sostuvo reuniones con los más de mil 500 agremiados para explicarles en qué consiste el nuevo esquema de trabajo, las dimensiones y aplicación del programa, su estructura, normatividad y su operatividad.

El equipo de investigación de El Despertador de Quintana Roo tuvo acceso a un documento de 28 páginas que circuló entre los sindicalizados y en la página 13, donde se habla del convenio firmado por la Sesa, se deja en claro que “en caso de presentarse cualquier tipo de controversia derivada de la transferencia de personal antes señalada, el Gobierno del Estado hará frente con sus propios recursos humanos, materiales y financieros, obligándose irrevocablemente a sacar en paz y a salvo al programa IMSS-Bienestar, liberándolo de cualesquiera obligación y responsabilidad civil, fiscal, laboral, penal, de seguridad social u otra”.

Además, se agrega: “Si por cualquier motivo, alguna autoridad administrativa o jurisdiccional llegara a condenar a IMSS-Bienestar, el Gobierno del Estado se obliga a resarcir a éste, todo aquello establecido en la resolución definitiva”.

De igual manera se plantea: “El Gobierno del Estado se obliga a cubrir con recursos propios los pasivos y obligaciones previas a la celebración del presente Convenio de Coordinación respecto de los recursos humanos señalados en este instrumento, así como aquéllas que deriven de controversias judiciales o administrativas iniciadas hasta antes de la formalización de este Convenio.  Las contrataciones del personal de salud que se realicen a partir y durante la vigencia del presente convenio, se realizarán por IMSS-Bienestar con cargo a los recursos públicos correspondientes”. 

Finalmente, se aclara que: “El Gobierno del Estado no podrá realizar nuevas contrataciones para la prestación de servicios de salud a que hace referencia este instrumento”.

*** Párrafo final *** 

A la administración federal le quedan seis meses para cerrar y entregar ordenadamente y hoy ya no hay tiempo para más mentiras: en el gobierno se sabe que no se tendrán servicios médicos como Dinamarca, como tanto se ha prometido, y debe focalizarse a que por lo menos sean los adecuados para la gente. Por su parte, quienes aspiran a gobernar no pueden renunciar a debatir con seriedad el desorden que esta administración federal ha generado en el Sector Salud y a construir el pacto social que se necesita para reconstruirlo.

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Problemáticas por atender en Quintana Roo

  • Que haya una certificación de la carne de cerdo y res que ingresa a Quintana Roo, ante la carencia de un rastro como sucede en Cancún, así como de los pescados, mariscos y aves que se comercializan. 
  • No debe de permitirse el hacinamiento en el Semefo y se debe obligar a la FGE a trasladarse a las instalaciones del Panteón Forense que se ubica al final del fraccionamiento Cielo Nuevo, más alejado de la mancha urbana.
  • Se debe reparar ya la cámara frigorífica del Hospital General de Cancún y dejar de usar la caja del tráiler como espacio mortuorio para almacenar cadáveres.
  • Se deben aclarar los incidentes de fallas en los elevadores en hospitales del IMSS y castigar a los responsables. 
  • Resolver la situación que condujo a la caída del techo en el Hospital No. 17 de Cancún para que no vuelva a ocurrir y evitar la posibilidad de una tragedia.
  • Supervisar restaurantes y bares en torno a su manejo de alimentos y bebidas para evitar que se venda alcohol adulterado.

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El Despertador de Quintana Roo ha dedicado varios reportajes al amplio tema de la prestación de servicios de salud pública y sus problemáticas; los más recientes se encuentran disponibles en los siguientes links: