A pesar de que su construcción en el Área de Protección de Flora y Fauna Parque del Jaguar lleva más de 70% de avance, el trámite de la MIA apenas ingresó a la Semarnat el pasado 13 de junio; hermetismo genera dudas sobre su impacto ecológico, sin que ningún grupo ambientalista se haya manifestado al respecto

SALVADOR CANTO / EQUIPO DE INVESTIGACIÓN DE EL DESPERTADOR DE QUINTANA ROO

Sin contar con los permisos ambientales vigentes, tal y como lo han hecho con la mayoría de los proyectos que les ha asignado el gobierno federal, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) a través de la empresa estatal Grupo Aeroportuario, Ferroviario y de Servicios Auxiliares Olmeca-Maya-Mexica S.A de C.V. (GAFSACOMM), avanza de manera irregular con la construcción a gran escala del “Hotel Tren Maya Tulum” en la zona de amortiguamiento del Área de Protección de Flora y Fauna Parque del Jaguar, en el noveno municipio de Quintana Roo, decretada como tal en el 2022.

Se trata de un hotel de lujo que pone en duda el impacto ambiental y la conservación de especies como el jaguar y el mono araña junto con otras 980 que allí habitan, entre animales, plantas, insectos y hongos, porque se construyen 352 habitaciones, spas, albercas, restaurantes y cargadores para vehículos eléctricos en una zona donde sólo se permite un turismo de bajo impacto pero que, entre el inmueble y estacionamiento, ocupa una superficie de 14.55 hectáreas, donde además han sido hallados por lo menos nueve vestigios arqueológicos que hasta el momento no han sido evaluados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para determinar las medidas que se han de implementar, de acuerdo con documentos de la Sedena a los que tuvo acceso el equipo de investigación de El Despertador de Quintana Roo.

Lo único con lo que cuenta ese proyecto, donde se invierten alrededor de 684 millones 900 mil pesos –sobre cuya procedencia no se ha informado– y que lleva un avance de más del 70%, es una autorización provisional de cambio de uso del suelo en terrenos forestales para el desmonte de la vegetación, de acuerdo con el oficio SRA/DGIRA/DG-01876-23 de fecha 12 de mayo de 2023, pues el trámite de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), que es el documento rector técnico y científico que indica los efectos que puede ocasionar una obra sobre el medio ambiente y debe realizarse previo a proyectos industriales o de infraestructura, apenas fue ingresado a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) el pasado 13 de junio de 2024, como consta en la propia página de la Gaceta Ecológica de esa dependencia. 

Es decir, la construcción fue iniciada sin los debidos permisos ambientales, en virtud de que para el gobierno federal se trata de obras catalogadas como estratégicas, prioritarias, de interés público y de seguridad nacional por decreto presidencial, además de complementarias del Tren Maya, a pesar de los cientos de hectáreas de selva que se han devastado sin autorización ambiental.

De hecho, el proyecto hotelero de Tulum es presumido por la Sedena como la joya más grande entre los seis exclusivos hoteles que edifica en torno a las principales estaciones del Tren Maya y las zonas arqueológicas de Palenque (Chiapas), Nuevo Uxmal, Chichen Itzá (Yucatán), Calakmul, Edzná, (Campeche) y Tulum (Quintana Roo) por lo que toda información que se solicite está catalogada como un secreto de Estado.

Sin información ni permiso para tomar fotos

Como parte del trabajo de investigación y verificación de la información sobre el tema, el equipo de investigación de El Despertador de Quintana Roo, acudió al sitio donde se realiza el proyecto hotelero de la Sedena, ubicado en el municipio de Tulum, en donde no existe señalización, como comúnmente se hace en las obras que se construyen.

La única referencia que obtuvimos para conseguir llegar al lugar es que en la entrada a dicha zona se ubicó la antigua base aeronaval de Tulum, e incluso hay un letrero que refiere que se trata de propiedad privada de la Secretaría de Marina.

Al avanzar unos 400 metros por un estrecho camino se encuentra la primera caseta de seguridad, en donde una mujer vestida de civil confirmó que esa era la entrada al hotel que construye la Sedena, pero advirtió que no se podía ingresar y ni siquiera tomar fotografías, porque es zona restringida.

Ante ello, se le pidió que nos diera permiso de avanzar únicamente para dar vuelta a nuestro vehículo y poder retornar, pero para ello se tenía que llegar a una segunda caseta, en donde un elemento de la Guardia Nacional salió de inmediato para reiterar que no se podía tomar fotos.

Uno de los reporteros del equipo de investigación de El Despertador de Quintana Roo descendió del auto para identificarse y preguntar ante quién se podía solicitar permiso para poder tomar fotos y video de los trabajos y el uniformado respondió que era con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), debido a que los trabajos de construcción del hotel se hacen en una zona de protección natural.

“Tienen que ir a la Conanp, ahí gestionan el permiso y les deben dar un oficio y ya lo traen y les permitimos el acceso”, explicó el militar, a cuyo lado se encontraba ya la mujer de civil de la primera caseta.

Ante esa indicación, acudimos a las oficinas de la Conanp ubicadas en el acceso a la zona arqueológica de Tulum, en donde, contrario a lo dicho por el militar, la encargada del lugar aclaró que, a pesar de que la obra del hotel se hace en un área de conservación, ellos no pueden dar autorización para ingresar y tomar fotografías, ya que se trata de una obra federal reservada que realiza la Sedena.

“Ya han venido más personas a solicitar acceso, que al igual que ustedes son enviados por la gente de la Guardia Nacional que vigilan el acceso, pero no es con nosotros el permiso, tiene que ser con la Sedena y en la página de la GAFSACOMM están los números y correos electrónicos para que hagan la solicitud”, enfatizó la funcionaria ambiental.

Todo lo anterior corrobora el hermetismo total con el que las autoridades federales desarrollan una obra sin los permisos ambientales correspondientes en una zona de conservación ambiental como es el Parque El Jaguar, una especie que está protegida y enlistada en la NOM-059-SEMARNAT-2010 en donde se plantea que una de las principales amenazas para la fauna es la fragmentación de su hábitat y eso es precisamente lo que hace la Sedena con esa construcción.

Ambientalistas, ausentes

A diferencia de la férrea lucha ambiental que ha existido en torno a la obra del Tren Maya en Quintana Roo, particularmente en el tramo cinco que se ubica entre Solidaridad y Tulum, por el tema de las perforaciones a las cavernas, en el caso de la construcción de los hoteles, donde son evidentes también los graves daños al ecosistema, hasta el momento ningún grupo ambientalista o colectivo de la entidad ha alzado la voz para exigir transparencia y que se cumplan las leyes en la materia.

En diciembre del 2023, la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) publicó un informe en donde se establece que la Sedena arrasó con grandes extensiones de selva para construir seis hoteles del Tren Maya, cinco de los cuales iniciaron obras sin contar con estudios de impacto ambiental, ignorando los daños a la flora y fauna, documento que se puede consultar en el siguiente link: https://goo.su/VX92.

Ahí, la organización explica que se consultó a la Semarnat si la Sedena había presentado los documentos de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) respectivos para cada edificación, pero la dependencia ambiental respondió que de los seis complejos hoteleros solo tenían una solicitud, que se encontraba en procedimiento de evaluación, para el hotel Edzná, en Campeche.

Pese a que la MIA es un paso obligado para cualquier empresa o persona que pretenda hacer alguna construcción o actividad que pueda causar desequilibrios ecológicos, los megaproyectos impulsados por el presidente Andrés Manuel López Obrador han contado en todo momento con un blindaje, ya que por decreto fueron catalogados como de seguridad nacional, lo que les posibilita empezar a cimentar mediante autorizaciones provisionales, sin importar cómo se repercutirá en el medio ambiente, tal y como se ha hecho con todas las obras relacionadas con el Tren Maya y sus complejos complementarios, como es el caso de los seis hoteles.  

De las armas a la construcción y la hotelería 

Si bien dentro de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos existen artículos que estipulan claramente la misión del Ejército Mexicano, a quien corresponde la defensa de la integridad, la independencia y la soberanía de la Nación, garantizar la seguridad interior, auxiliar a la población civil en casos de desastres y la realización de obras sociales que tiendan al progreso del país, ha sido en este último punto donde el actual gobierno federal ha utilizado más a las Fuerzas Armadas.

De hecho, a ellos se les ha encargado la construcción de las nuevas obras de infraestructura consideradas estratégicas, entre ellas el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el Aeropuerto Internacional Felipe Carrillo Puerto, el aeropuerto de Chetumal, el Tren Maya, planteles educativos, hospitales y ahora seis hoteles, entre ellos el “Hotel Plaza Tulum” que se edifica en el Área de Protección de Flora y Fauna Jaguar (APFFJ) del Parque Nacional Tulum.

El 10 de febrero de 2022 el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció su plan para constituir una empresa estatal destinada a administrar algunos aeropuertos y la construcción o remodelación de todas las obras que se les asigne a la Sedena; así, el 13 de abril de ese año fue publicada en el Diario Oficial de la Federación la resolución para la creación de la empresa Grupo Aeroportuario, Ferroviario y de Servicios Auxiliares Olmeca-Maya-Mexica, S.A. de C.V. (GAFSACOMM).

Así, la hotelería se ha convertido, en esta administración federal, en otro de los grandes negocios de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), un hecho que mantiene en incertidumbre a los hoteleros pioneros de Tulum, quienes para hacer ampliaciones o remodelaciones de sus centros de hospedaje tienen que gestionar autorizaciones ambientales ante la Semarnat que tardan de seis a ocho meses en resolverse, mientras que el “hotel militar” se construye sin los permisos correspondientes.  

En su momento, David Ortiz Mena, presidente de la Asociación de Hoteles de Tulum, manifestó su extrañeza por la “necedad” del gobierno federal de entrar a hacerles competencia con un hotel construido y operado por la Sedena de 352 llaves, cuando Tulum ya ofrece poco más 10 mil cuartos hoteleros, además de cuatro mil departamentos de rentas vacacionales. 

De esta manera, el poder de los militares en México ha ido al alza durante la actual administración, al grado de que ahora no solo construyen todo tipo de obras públicas, sino también seis hoteles que además ellos mismos administrarán bajo el concepto de “Cadena de Hoteles Tren Maya”, similar al modelo que se emplea en Cuba, donde el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Minfar) es propietaria de hoteles, en su caso a través del holding Grupo de Administración Empresarial S.A. (Gaesa), que también tiene bajo su control agencias de viajes, transportación marítima, inversiones inmobiliarias, tiendas, estaciones de gasolina, la elaboración de explosivos, servicios financieros y de telecomunicaciones, importaciones y exportaciones, entre otros negocios.

Hoteles Sedena Tren Maya, de 3 y 4 estrellas

Los seis hoteles Sedena Tren Maya que construyen las fuerzas armadas y que ellos mismos administrarán, están estratégicamente ubicados en las proximidades de zonas arqueológicas y contarán con habitaciones Master Room, suites, albercas, restaurantes, gimnasios y otros servicios, y tendrán una clasificación de 3 y 4 estrellas.

De todos, el de Tulum, Quintana Roo, es considerado la “joya de la corona”, pues se edifica adentro de la Reserva Ambiental Parque del Jaguar, en una inmensa extensión de 14.5 hectáreas que lo cataloga como el más grande de todos, con 352 habitaciones, situado a solo tres kilómetros de las playas y a 2.6 de la zona arqueológica.

Otros dos hoteles se hacen en Campeche; uno es el Edzná, que se edifica en el tramo uno del Tren Maya, que contará con 160 habitaciones distribuidas en dos torres de dos niveles, a tan solo un kilómetro de la zona arqueológica, con estacionamiento para 212 vehículos.

El segundo es el hotel Calakmul, dentro del tramo siete y que se construye adentro de la Reserva de la Biosfera de Calakmul, un área natural protegida y cuyos trabajos no fueron notificados a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), a pesar de que esta zona es catalogada como patrimonio mixto de la humanidad.

Este hotel contará con 144 habitaciones distribuidas en dos torres de dos niveles y estacionamiento para 392 vehículos.

En Chiapas se construye uno más, denominado Hotel Palenque, dentro del tramo uno del Tren Maya, en un terreno de 6.25 hectáreas y un costo estimado de inversión de 966 millones de pesos para hacer 160 habitaciones a solo 1.6 kilómetros de la zona arqueológica.

En tanto que en Yucatán se edifican otros dos, uno llamado “Hotel Chichén Itzá”, en el tramo tres del Tren Maya, situado a escasos 500 metros de la famosa zona arqueológica de Chichén Itzá que constará de 160 habitaciones distribuidas en dos torres y estacionamiento para 209 vehículos.

Mientras que el segundo es el “Hotel Nuevo Uxmal” que se hace en el parque ecoturístico que conecta la zona arqueológica de Uxmal con el paradero del Tren Maya en Calkiní y que contará con 160 habitaciones expandidas en dos torres de dos niveles, además de amenidades y estacionamiento para 212 vehículos.

Trámite a destiempo e impunidad

En la más reciente Gaceta Ecológica de la Semarnat número 0027, que comprende del 06 al 12 de junio del 2024, publicada el día 13 del mismo mes, se dio a conocer que la Sedena ingresó el trámite para la obtención de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) particular para la construcción de un hotel en la plaza de Tulum, a la que se le asignó la clave 23QR2024T0046.

Al ingresar al portal https://app.semarnat.gob.mx/consulta-tramite/#/portal-consulta, el equipo de investigación de El Despertador de Quintana Roo pudo conocer a detalle sobre dicho proyecto que consiste en la construcción y operación de un hotel en Tulum, el cual está integrado por 352 habitaciones distribuidas en cuatro torres con amenidades, alberca, cafetería, servicios sanitarios, estacionamientos y vialidades interiores.

Además, contempla dentro del mismo espacio un destacamento de Guardia Nacional que serán los encargados de la vigilancia, motor lobby, espejo de agua, spa al aire libre y temazcal, caseta de acceso, vestigios arqueológicos, áreas verdes y un camino de conexión, en un predio con una superficie de 145,530.32 metros cuadrados que equivalen a poco más de 14.5 hectáreas.

En el documento, la Sedena justifica que, con el cambio de uso de suelo forestal autorizado mediante el oficio SRA/DGIRA/DG-01876-23, se hizo el desmonte y despalme del área que ocuparán los elementos estructurales, así como el movimiento de terracerías para adecuar la superficie donde se asientan dichas estructuras.

Incluso, afirma que la ejecución de la primera y segunda fase del proyecto, preparación del sitio y construcción, se ha llevado a cabo desde el mes de mayo en que se obtuvo la autorización provisional y se encuentra con un avance del 100% para la etapa de preparación del sitio y 70% para la etapa de construcción. 

Lo anterior es una muestra fehaciente de que la construcción comenzó, e incluso tiene ya un avance significativo, a pesar de no contar con la MIA.

Se detalla que el monto total de inversión para la ejecución del proyecto en sus distintas etapas, incluyendo la aplicación de las medidas preventivas y de mitigación, asciende a 684 millones 900 mil pesos, de los que 2 millones 900 mil pesos son para la preparación del sito, 650 millones de pesos para la construcción y 32 millones de pesos para la aplicación de medidas de mitigación.

Para la obtención de energía eléctrica, el proyecto contempla una red de distribución de media tensión compuesta por siete transformadores tipo pedestal y una distribución de voltaje de 34,500 volts a baja tensión que estarán distribuidos en distintos puntos del proyecto.

En torno a la obtención de agua potable, se indica que se realizará un pozo para aprovechar los mantos freáticos de la zona, además que contará con un sistema de filtrado y potabilización del agua obtenida y que para ello se encuentran en proceso los trámites correspondientes ante la Comisión Nacional del Agua para obtener la autorización que corresponde a esta actividad y, sin embargo, no explican de dónde obtienen agua actualmente.

Mientras que con respecto al drenaje sanitario, el cual no existe en Tulum, se plantea que el agua cruda proveniente de los edificios llegará a una planta de tratamiento de aguas residuales mediante conducción a gravedad, que también se construirá.

Marca Hoteles Tren Maya, bajo protección del IMPI

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Al promocionarse como una cadena hotelera, la Sedena inició el registro de marca de cuatro hoteles que prestarán el servicio de hospedaje paralelo al proyecto federal Tren Maya, incluido Tulum.

De acuerdo con el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), el pasado 31 de mayo fueron ingresadas ocho solicitudes de protección de marca a través de la sociedad mercantil de participación estatal manejada por la Sedena, Tren Maya S. A. de C.V.

En el caso de Tulum, buscan proteger la denominación “Hotel Tren Maya Tulum”, la cual será de uso exclusivo para las fuerzas armadas en relación a la prestación del servicio de hospedaje.

El objeto del registro de marca es para el otorgamiento del servicio de restaurante y hospedaje temporal. Este registro de marca contempla también la imagen de “Hotel Tren Maya Tulum” aparejado con el símbolo similar a la representación de la deidad prehispánica Quetzalcóatl.

Las otras tres protecciones que buscan son de los hoteles de Palenque, Edzná y Calakmul, también para el Tren Maya.

El pasado 7 de junio fueron publicados en el sistema del IMPI los avisos de registros, con los cuales la Sedena, a través de Tren Maya, puede hacer frente a terceros en caso de que busquen otras personas registrar nombres similares o iguales.

PREGUNTAS SIN RESPUESTAS 

  • La hotelería y los negocios de Sedena, podrían convertirse en una especie de caja chica del gobierno federal?
  • ¿Por qué construyen un mega hotel en un municipio como Tulum, que no tiene drenaje sanitario?
  • ¿En verdad se va a proteger al jaguar en una superficie donde se construye un hotel de lujo al servicio del turismo masivo, en un territorio saturado? 
  • ¿De dónde obtiene la Sedena los recursos para la construcción de los seis hoteles en torno a las mejores estaciones del Tren Maya?
  • ¿Acaso no existen otras prioridades o proyectos que sean de beneficio para los mexicanos?

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La construcción del Hotel Tren Maya Tulum sin la debida Manifestación de Impacto Ambiental pone en evidencia, una vez más, una preocupante tendencia hacia la impunidad y falta de transparencia en proyectos de infraestructura impulsados por el gobierno federal, bajo el amparo de un decreto presidencial que los cataloga como obras estratégicas y de seguridad nacional. La intervención de la Sedena en sectores ajenos a su misión constitucional, como la hotelería, y la falta de respuesta de grupos ambientalistas subrayan la necesidad de un diálogo más abierto y una mayor vigilancia ciudadana. Para proteger los ecosistemas y asegurar el cumplimiento de las leyes ambientales, es esencial que todas las obras, sin excepción, se sometan a los procedimientos de evaluación y permisos correspondientes; de lo contrario, continuaremos viendo cómo la protección de nuestras áreas naturales queda relegada ante el avance de megaproyectos, comprometiendo así la biodiversidad y el equilibrio ecológico de regiones vitales, como lo es el Parque del Jaguar.