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ROMA.- Durante más de cinco décadas, el Vaticano ocultó los crímenes del padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, según documentos filtrados del Archivo Apostólico del Estado Vaticano. Maciel, oriundo de Cotija de la Paz, Michoacán, fue protegido por cinco Papas: Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II.

Este encubrimiento prolongado permitió que Maciel cometiera numerosos abusos sexuales contra menores, desarrollara una dependencia a las drogas y mantuviera múltiples relaciones con mujeres, procreando tres hijos secretos. Las denuncias contra él comenzaron en 1943, apenas dos años después de fundar los Legionarios de Cristo en la Ciudad de México.

En 1956, el Papa Pío XII ordenó a Maciel que se apartara para “curarse” y evitar cualquier contacto con sus alumnos, bajo amenaza de suspensión a divinis. Sin embargo, los documentos revelan que una «mafia» dentro de la Iglesia protegió a Maciel de cualquier investigación seria, incluyendo altos cargos de la Curia católica.

Entre los mencionados en los documentos está el cardenal Giuseppe Pizzardo, quien, en lugar de imponer sanciones severas, acordó solo pedir a Maciel que se «curara». Esta protección continuó bajo los pontificados de Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II.

El periódico Corriere della Sera señala tres razones principales para el encubrimiento: el carisma de Maciel para reclutar jóvenes en un México anticlerical, la atribución de las acusaciones a conspiraciones comunistas y la alta capacidad de recaudación de fondos de los Legionarios de Cristo. Marcial Maciel falleció en 2008 en Florida, sin enfrentar un juicio canónico formal.