Descubren nuevo tipo de célula cerebral Científicos desconocen aún qué papel juega en lo que nos distingue del resto de animales
29 Ago. 2018BUDAPEST.- Todavía nos queda muchísimo por descubrir, especialmente cuando
hablamos del cerebro. Si hace un tiempo descubrimos un nuevo «órgano» en el cuerpo
humano (el intersticio), cuya función es servir de amortiguación, el descubrimiento de la
neurona «rosehip» o neurona rosa mosqueta, podría implicar un paso hacia las respuestas
que buscamos sobre nuestra existencia.
Un reciente estudio publicado en Nature Neuroscience, dirigido por Lein y Gábor Tamás,
de la Universidad de Szeged, en Hungría, ha conseguido desvelar la existencia de dicha
célula cuyo nombre se debe a la extraordinaria ramificación de sus axones, que la hacen
parecer una rosa.
Estas células controlan un conjunto de genes que funcionan como una especie de firma
genética, y que no se ve en ninguno de los tipos de células cerebrales de ratón que se han
estudiado hasta la fecha. En vez de eso, las neuronas «rosa mosqueta» forman sinapsis con
otro tipo de células en una parte diferente de la corteza humana, conocidas como neuronas
piramidales.
La neurona «rosehip» se encuentra en la capa superior de la corteza, la región más externa
del cerebro, la cual es responsable de la conciencia humana y muchas otras funciones que
consideramos únicas para nuestra especie.
Por el momento, a pesar de los estudios y análisis, los investigadores no han encontrado
neuronas «rosa mosqueta» en otros mamíferos, pero eso no implica que no existan. Por ello,
y hasta que se descubra en otra especie, se ha de añadir a una lista corta pero esencial de
neuronas especializadas que pueden existir sólo en humanos o solo en cerebros de primates.
«En realidad, no entendemos lo que hace especial al cerebro humano», comentaba Ed Lein,
codirector del artículo. Pero estas técnicas solo nos permiten ver una pequeña parte de un
conjunto enormemente grande. ¿Hallaremos algún día la respuesta? ¿Y la encontraremos en
nuestras células, nuestros cerebros y nuestros genes? Por el momento, al menos, ya
contamos con una célula más en nuestro inventario. (Xataka)BUDAPEST.- Todavía nos queda muchísimo por descubrir, especialmente cuando
hablamos del cerebro. Si hace un tiempo descubrimos un nuevo «órgano» en el cuerpo
humano (el intersticio), cuya función es servir de amortiguación, el descubrimiento de la
neurona «rosehip» o neurona rosa mosqueta, podría implicar un paso hacia las respuestas
que buscamos sobre nuestra existencia.
Un reciente estudio publicado en Nature Neuroscience, dirigido por Lein y Gábor Tamás,
de la Universidad de Szeged, en Hungría, ha conseguido desvelar la existencia de dicha
célula cuyo nombre se debe a la extraordinaria ramificación de sus axones, que la hacen
parecer una rosa.
Estas células controlan un conjunto de genes que funcionan como una especie de firma
genética, y que no se ve en ninguno de los tipos de células cerebrales de ratón que se han
estudiado hasta la fecha. En vez de eso, las neuronas «rosa mosqueta» forman sinapsis con
otro tipo de células en una parte diferente de la corteza humana, conocidas como neuronas
piramidales.
La neurona «rosehip» se encuentra en la capa superior de la corteza, la región más externa
del cerebro, la cual es responsable de la conciencia humana y muchas otras funciones que
consideramos únicas para nuestra especie.
Por el momento, a pesar de los estudios y análisis, los investigadores no han encontrado
neuronas «rosa mosqueta» en otros mamíferos, pero eso no implica que no existan. Por ello,
y hasta que se descubra en otra especie, se ha de añadir a una lista corta pero esencial de
neuronas especializadas que pueden existir sólo en humanos o solo en cerebros de primates.
«En realidad, no entendemos lo que hace especial al cerebro humano», comentaba Ed Lein,
codirector del artículo. Pero estas técnicas solo nos permiten ver una pequeña parte de un
conjunto enormemente grande. ¿Hallaremos algún día la respuesta? ¿Y la encontraremos en
nuestras células, nuestros cerebros y nuestros genes? Por el momento, al menos, ya
contamos con una célula más en nuestro inventario. (Xataka)