Roberto Guzmán

El pasado mes de septiembre que se conmemoró el Día por la Despenalización del Aborto, nuevamente se le reiteró a México, junto con otros gobiernos latinoamericanos, su compromiso con las mujeres, señalando y recordándoles que seis mil mujeres mueren al año por complicaciones de abortos clandestinos, por lo que cada conmemoración que se realice deberá ser parte de un movimiento legal por la salud, para no colocar a un no nacido en situación de muerte por un aborto clandestino.

De aquí que el tema central debe continuar  siendo el Derecho a una interrupción segura de un embarazo, ya que su penalización como negativa a proporcionarles a muchas mujeres como a niñas un acceso adecuado a los servicios para su interrupción, no ha resuelto nada y  sí en cambio continúa fomentando, como sucede en Quintana Roo de manera continua, una discriminación basada en el sexo sin que con ello se esté reduciendo el número de estas prácticas que sabemos se realizan en la entidad de manera clandestina, con las que aumentan los riesgos a la salud y vida de muchas de ellas, al acudir en busca de servicios que resultan inseguros e ilegales.

Datos duros publicados en 2018 por Mujeres en Red, periódico feminista, mencionaban que la cifra anual de abortos practicados en Brasil, Colombia, Mexico, Perú y República Dominicana ascendía a 2.8 millones, y en toda la región la suma se estaba incrementando a más de cuatro millones, por lo que al día se debían de estar realizando 55 mil abortos inseguros en el mundo, 95% en países en vías de desarrollo, causantes de una de cada ocho muertes maternas. El documento añadía que mundialmente por cada siete nacimientos que se llevaban a cabo, un aborto inseguro era inducido en forma clandestina y en condiciones inseguras, volviéndose la causa de una de cada tres muertes maternas en la región y de aproximadamente 800 mil hospitalizaciones por año.

De acuerdo con cifras de la secretaria de salud de la Ciudad de México, de abril de 2007 al 30 de junio del 2021, 237 mil 643 mujeres han sido atendidas en los servicios de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) y en la defensa y promoción de sus derechos reproductivos, ya que en la capital se puede practicar un aborto legalmente desde el 24 de abril del año 2007, es decir, se puede interrumpir el embarazo de manera libre para la mujer hasta la doceava semana de embarazo como un derecho reconocido; en cambio para evitarse esta misma conquista en otras entidades del país, desde entonces algunos de los 32 estados como el nuestro comenzaron a tratar de modificar sus leyes estableciendo la protección al derecho a la vida desde su concepción, omitiendo que la decisión de una mujer sobre su embarazo es un Derecho.

Veamos, con esta nueva legislatura instalada en nuestro Congreso hace un mes, cómo apoyarán la iniciativa presentada por el diputado Hugo Alday de la fracción del PT, aunque ya hay voces en contra de la fracción del Verde manifestándose en contra, como leímos en declaraciones del congresista Guillermo Brahams.

Quizá no estemos de acuerdo en ello, pero considero que el rechazo a la despenalización no debiera significar enaltecer su práctica, sino buscar resolver el complejo problema social que no solo se limita a cambios en las legislaciones, sino en que se comprenda que al establecer un sistema administrativo no burocrático para los trámites de las solicitudes de interrupción e información, se lograría que a las mujeres se les permitiera tomar decisiones y buscar servicios médicos adecuados dónde atenderse. Estoy seguro, y deseo no equivocarme, de que prontamente el nuevo Congreso de diputados jóvenes de la XVII Legislatura trabajara pará reconocer este derecho donde su voto reconfirmará que en Quintana Roo los derechos humanos se respetan.

¿Qué opina usted, estimado lector, apoyarán la iniciativa o seguirán prohibiendo espectáculos de delfines y aprobando modificaciones a planes de desarrollo urbano de manera cínica?, porque aseguran que hoy han llegado a legislar para transformar este estado y darnos bienestar a todos los ciudadanos…

¿Usted les cree, o coincide conmigo en que les ganará su falsa moral y sus prejuicios como es costumbre?