SYDNEY.- Aunque muchos, guiados por las apariencias, tienen la falsa creencia de que los
fans del punk o el heavy metal son gente llena de rabia, agresividad, violencia o ganas de
estar siempre metidos en líos y un reciente estudio ha demostrado todo lo contrario; bajo las
tachuelas, las cabelleras, las crestas imposibles, las chapas, el cuero, las prendas de color
negro o las botas militares, hay almas que viven en paz, armonía y felicidad con el mundo.
La investigación se ha realizado en la Universidad de Queensland en Australia, con una
muestra de 39 personas con edades comprendidas entre 18 y 34 años y que escuchan, de
manera asidua, música heavy, metal, hardcore, punk o rock duro.
El experimento consistía en ver cómo reaccionaban estas personas ante situaciones que
podrían enojarlos.
Se les hizo partícipes de conversaciones molestas acerca de sus relaciones, el dinero o la
familia; al mostrar signos de estrés, los participantes tenían dos opciones o hacer una tarea
al azar o escuchar su música en una playlist durante 10 minutos.
Los investigadores descubrieron que oír todo ese tipo de música “agresiva” hacía que los
participantes se calmaran y se inspiraran, les ayudaba a canalizar sus emociones de manera
positiva, mucho más que realizar una tarea común.
Es probable que, más que escuchar ese tipo de música, escuchar cualquier tipo de género
musical habría reducido los niveles de estrés de los participantes en el estudio; a fin de
cuentas, sin necesidad de estudios científicos de por medio, es fácilmente verificable que el
simple hecho de pararnos a disfrutar de una canción que nos gusta, del tipo que sea, es
terapéutico; la música es medicina para el alma.
Según este estudio, quizás, los psicópatas escuchen a Celine Dion. (Cultura Inquieta)