El presidente culpa a las administraciones pasadas de haber hecho un pacto con el crimen organizado; no se investiga a expresidentes

AGENCIAS

MÉXICO.- El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció un “narco-Estado” en México, aunque responsabilizó a las administraciones anteriores por la corrupción y el contubernio con grupos del crimen organizado.

“Pensaba que no era correcto clasificar de esa manera al Estado mexicano, pero luego, con todo esto que está saliendo a relucir, pues sí se puede hablar de un narco-Estado porque estaba tomado el Gobierno. Quienes tenían a su cargo combatir a la delincuencia estaban al servicio de la delincuencia”, declaró.

En su rueda de prensa matutina, el mandatario se refirió a dos “casos emblemáticos” que están en investigación: el de Emilio Lozoya, exdirector de Petróleos Mexicanos entre 2012 y 2016 durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, y el de Genaro García Luna, secretario de Seguridad del expresidente Felipe Calderón (2006-2012).

Estas indagatorias representan la corrupción de “cuello blanco” y el contubernio con los narcotraficantes, respectivamente, expresó López Obrador desde Palacio Nacional.

Aun así, negó que existan investigaciones abiertas contra Calderón y Peña Nieto al argumentar que el asunto es de “carácter estrictamente judicial”.

Para enjuiciar a los expresidentes, indicó, se necesita una consulta pública. “Mi opinión es que se conozca toda la verdad porque es enseñanza, porque es estigmatizar la corrupción que antes se veía como algo normal y era el peor de los males”, comentó.