[vc_row][vc_column width=”5/6″][vc_column_text]

Un solo Cancún

Las colonias populares de nuestra ciudad, como se les conoce coloquialmente, están pasando por el peor momento de su joven historia. Los servicios públicos básicos, como la recoja de basura, el alumbrado público, la pavimentación, banquetas y guarniciones, el servicio de agua, las zonas de recreación como parques y jardines, la seguridad y vigilancia son tan deficientes que parece otro Cancún. No parece ser el destino turístico más importante y exitoso de América Latina. Desde luego, no es la zona hotelera, que tambien se encuentra visiblemente en un deterioro natural muy notable en el bulevar Kukulkán.

La idea de un solo Cancun suena a cliché muy aplaudido, gobierno tras gobierno, campaña tras campaña. Éste es un llamado urgente, un grito desesperado de ya basta; los trabajadores y prestadores de servicios turísticos ya no pueden seguir sirviendo al turista si no están bien, si no mejoran sus niveles de bienestar, si no viven mejor. Esa es una de las razones por las que AMLO tiene tan altos niveles de aceptación: porque fue capaz de pescar, encabezar y capitalizar todo ese hartazgo y frustración.

En el caso de los quintanarroenses, la historia reciente lo demuestra, está a la vista. Este Estado, en su génesis y desarrollo fue impulsado por priistas pero tambien saqueado por los mismos. Es, pues, obligado para cualquiera que aspire a gobernar, saldar esta deuda histórica. A los cancunenses y quintanarroenses se les debe un solo Cancún, no dos ni tres: un Cancún embellecido con avenidas ornamentadas, sin baches, con transporte gratuito para niños, estudiantes y adultos de la tercera edad, al menos los fines de semana. Es un derecho ganado disfrutar las playas de la zona hotelera, que se abran accesos a las mismas, que no exista un APARTHEID que discrimine por color de piel, o peor aun, por el solo hecho de ser mexicano o ser pobre.

Por otro lado, ¿cuánto puede costar un programa para instalar fuentes, con agua que refresque y embellezca las glorietas que existen?, ¿cuánto más puede costar establecer convenios con empresas de internet para ofrecer servicio libre en todos los parques, oficinas de gobierno, escuelas y hospitales?, ¿cuánto más puede costar un programa de separación de basura en orgánica e inorgánica?, ¿cuánto más puede costar lograr acuerdos con los parques temáticos para que los locales tengan acceso gratuito un dia a la semana? (hay que decir que el 90 por ciento de la poblacion de Quintana Roo no conoce XCARET)… Es cosa de voluntad política, o de sensibilidad social, o de humanismo, o de responsabilidad obligada, de cumplirles a los ciudadanos; es una deuda histórica que ya les cantaron mucho, como el gallo, por demasiado tiempo.

¿Con qué estrategias logrará el actual gobierno el acercamiento y click con la sociedad que tanto necesita? O, como dirá en unos meses doña Esa, usando el tropicalísimo cambio de vocabulario y fonética del dijcurso que estará de moda: “al pueblo lo que ej del pueblo y adiós que te vaya bien”… que en cristiano puede significar: “al pueblo lo que es del pueblo y a Dios lo que es de Dios”. Se acabó el papel.

[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/6″][vc_widget_sidebar sidebar_id=”td-default”][/vc_column][/vc_row]