Las cárceles de Cancún son un polvorín y se han convertido en universidades del crimen. Los medios de comunicación han denunciado sistemáticamente diversos actos de corrupción, como venta de drogas, alcohol y el predominio del autogobierno. Innumerables motines lo han demostrado en el transcurso de los últimos años: cientos de heridos, descalabrados, apuñalados, suicidios disfrazados de ahorcados, inmolaciones y hasta famosas fugas.

Hay hacinamiento y sobrepoblación, y conviven en el mismo espacio reos del fuero federal y común, es decir, lo mismo un narcotraficante que un asesino o un ladrón de gallinas; la inseguridad interna es tal que los abusos y extorsiones al interior y a familiares es la constante, es la ley imperante.

Hasta el momento no existe una solución al problema, pese a que, por ejemplo, la cárcel de Cancún se encuentra bajo el auspicio estatal, pero sigue arrastrando problemas de todo tipo, entre ellos su ubicación dentro de la mancha urbana de la ciudad, lo que mantiene en estrés constante a varias colonias aledañas.

El proyecto de un Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) ha quedado por muchos años en sólo eso; en tanto, los problemas se agrandan tanto al interior de los penales como por la crisis de inseguridad y violencia inédita que se vive en nuestras ciudades.

Hay que recordar que en octubre de 2015, tras la fuga de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, la Secretaría de Seguridad Pública Federal destituyó al chetumaleño Juan Ignacio Hernández Mora, entonces comisionado del Órgano administrativo de Prevención y Readaptación social del Sistema Penitenciario Federal. Posterior a este cese se informó que se “perdieron” los recursos para el Cefereso de Quintana Roo.

Hasta hoy el anuncio del proyecto del Cefereso sólo se ha utilizado como promesa de campaña y discurso de gobierno por varios años, pero nunca se ha concretado. ¿No creen que valdría la pena retomarlo? Ya viene el segundo informe de gobierno.

Como dice doña Esa: “No hay peor ciego que el que no quiere oír”. Me caigo al mar. Tempus fugit.