Un choque de trenes se avecina entre el presidente electo y los gobernadores de los estados, luego de que el sábado pasado el Peje “tiró línea” a sus 32 delegados regionales para vigilar y supervisar los fondos y presupuestos federales (partidas) y entregarlos directamente a las familias y “de casa en casa”, sin intermediarios para evitar los “moches” y manejos a modo a los que estaban acostumbrados los gobernadores.
Pues resulta que los VIRREYES ya tronaron contra esta orden “casi”  presidencial porque, dicen, “contraviene el pacto federal”, dado que las funciones de los coordinadores regionales atenta contra  la autonomía de “los Estados libres y soberanos”.
Uno de los casos más radicales es el del gobernador electo de Jalisco, quien de manera terminante dijo que “no permitirá que ningún funcionario federal ejerza funciones que sólo le corresponden a la autoridad estatal”, así reventó el político de Movimiento Ciudadano: “no permitiré poderes por encina de poderes públicos”, “eso en mi estado no va a suceder”, dijo.
“Está establecido que es un Estado libre y soberano, forma parte del pacto federal y  en el estado gobierna el gobernador, no hay nada que interpretar”, puntualizó.
Para otros gobernadores, el riesgo de suplantar o duplicar las funciones del coordinador regional con las del gobernador, sería trastocar el federalismo.
Jaime Rodríguez “El Bronco” dijo que Nuevo León aporta el 10 por ciento del PIB a México, por lo  que esa es la proporción de recursos federales  que corresponde a la entidad, y que existe un “pacto fiscal” del que se saldría, si esos recursos no ingresan al gobierno del Estado, dado que es una facultad que tiene como gobernador.
Además, sabemos que hay consecuencias serias para un gobernador por pelearse con el presidente en turno. Basta recordar el caso del ingeniero Mario Villanueva Madrid versus el expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León, que desembocó en un largo y lamentable proceso, del que recuerdo la frase ad hoc: “en mi Estado mando yo”.
Lo que nos preguntamos es ¿cuál será el saldo o control de daños luego de este choque de trenes?
¿Estados como Quintana Roo, que genera al país el 54 por ciento de las dívisas turísticas, tendrán mejores partidas federales? ¿Estos recursos serán manejados por don Arturo Abreu? ¿Cederá don Carlos Joaquín? ¿Qué papel jugará en esto Miguel Torruco? ¿Qué hará don Pedro Joaquín luego del 1 de diciembre?
Como diría doña Esa: “palo dado ni Dios lo quita; mira Chuli, yo por eso cuando me subo al tren me voy hasta el cabús. Te apuesto a que se imponen los gobernadores aunque les estén diciendo corruptos”. ¡Se acabó el papel!