En vísperas del segundo informe de gobierno arrecian la expectativa, las especulaciones y hasta los chistes. Los ciudadanos en lo general se expresan sobre este importante evento en las cafeterías, mercados, supermercados y hasta en las tortillerías; no se trata sólo de rendir cuentas al pueblo, ni de cumplir con un ordenamiento obligado por ley para presentar al Congreso del Estado el informe que guarda la administración pública estatal. En términos coloquiales, consiste en informar a los gobernados sobre el año transcurrido en lo que respecta a las finanzas públicas del Poder Ejecutivo, los programas de gobierno en sus diferentes áreas como son la educación, la salud, el turismo, la seguridad de los ciudadanos, entre muchos otros temas.
Aquí están algunas preguntas recogidas entre la gente: ¿presenciará el gober en cuerpo presente las contestaciones acostumbradas de los diputados de las diferentes fracciones partidistas?, ¿qué exgobernadores asistirán?, ¿estarán  Pedro Joaquín, Félix o don Miguel?, ¿se notará la unidad quintanarroense?, ¿a quiénes les tocará abucheo este año?, ¿habrá “artistas” entre los invitados?, ¿qué tipo de anfitrionía habremos de esperar?, ¿se saturará el aeropuerto de Chetumal?, ¿qué gobernadores de los estados asistirán?, ¿habrá el acostumbrado guateque para todo el pueblo en Casa de Gobierno o sólo para los VIP?, ¿a quién enviará el Gobierno Federal como representante del Presidente de la República?, ¿le aplaudirán más a don Arturo Abreu?, ¿la prensa tendrá el mismo trato del año pasado?, ¿cuántas camionetas blindadas se rentarán para trasladar a los VIP?, ¿cuántos medios de comunicación serán contratados para transmitir en vivo el mensaje del gobernador?, ¿se harán tres informes,  en Cancún, Chetumal y la zona maya?
La liturgia esperada, la logística y el discurso austero republicano de la cuarta transformación de México obligarían a un informe moderado, sencillo, austero y, por qué no decirlo, casi franciscano, que no dé pie a la crítica ni a los excesos; en todo caso, el informe puede ser un escenario perfecto para demostrar impecablemente resultados de buen gobierno, unidad quintanarroense y cumplimiento de los compromisos asumidos con los ciudadanos de representar un verdadero cambio, demostrar la fuerza política del inicio del tercer año entre la que cabría la capacidad de gobernar para todos, tirios y troyanos (priistas y morenistas), y no sólo para quienes lo hicieron llegar al poder (panistas y antiborgistas).
El gobernador podría transmitir un mensaje de paz y unidad para todos, porque es el momento, porque ese es su deber, porque el gobernador es la figura clave del presente y también porque se acercan los comicios locales de 2019, en los que se elegirá el Congreso que calificará las cuentas públicas de salida, porque en estas elecciones medirá fuerzas contra Morena y el presidente Andrés Manuel López Obrador, dentro de una exigencia de legalidad democrática electoral de pronósticos reservados; sobre todo, el gobernador debe enviar un mensaje de que “ él” es capaz de seguir construyendo el estado de paz y progreso al que todos aspiramos, ya que la vida política de la entidad no comienza ni termina con un gobierno. Hemos visto ya pasar cada sexenio con las “peculiaridades” de cada gobernante, de cada yihad, y la vida sigue.
Mantener abiertas las puertas dela conciliación y la reconciliación, dejar ir cualquier residuo de odio es obligado, la ley es la ley y los que a juicio de parte deberían pagar están pagando en la cárcel o con otras formas menos ortodoxas; sin embargo, de acuerdo con su derecho están en la lucha por probar su inocencia.
Hay que permear el proyecto de gobierno, instruir a los funcionarios a que hagan las cosas bien, abandonar el anonimato. Comunicar correctamente.
Entonces, en el informe, la crítica pasaría a segundo término, la anfitrionía, los invitados, las posibles frivolidades perderían importancia, dando paso a la realidad y la percepción que todos esperamos.
Quedan algunas preguntas de Juan Pueblo: ¿qué se informará sobre el mar de sargazo?, ¿qué se informará sobre la inseguridad, la violencia y la indefendible ola de ejecutados todos los días en Cancún y Playa del Carmen?, ¿cuándo se establecen Miguel Torruco  y la Sectur en Chetumal?, ¿anunciarán cambios de los funcionarios estatales que no dieron el ancho o están señalados por corrupción?, ¿y las inconformidades por el uso de recursos de promoción turística para el Tren Maya?
Como diría doña Esa: “hay que apoyar una aspiracional GRAN reconciliación en Quintana Roo, hay que perdonar pero no olvidar, ¡uaaay!, mira Chuli, hasta Ricardo Anaya (Canaya Canayín) ya fue invitado por López Obrador a trabajar en su gabinete, ¿después de todo lo que le dijo en el debate?, ¡volteo! ¡yo, como Nestora, ni perdono ni olvido!” ¡Se acabó el papel!