Canto del Gallo
28 Ago. 2018Sin sorpresas, pero con muchas dudas, recibimos la noticia de que Estados Unidos y México han logrado un acuerdo comercial. Luego de “negociaciones intensivas”, los presidentes de ambos países informaron que este acuerdo ya no se llamaría Tratado de Libre Comercio (TLCAN) sino “Acuerdo entre México y Estados Unidos”, un acuerdo bilateral, por lo que hay sospechas de que se trate de “otro” TLCAN. También informaron que sería “bueno” para ambos países.
“No hemos comenzado un acuerdo con Canadá”, dijo el presidente Trump. Chistosamente, el mandatario mexicano Enrique Peña Nieto dijo que espera que Canadá se integre esta semana para lograr una “exitosa negociación trilateral”, sin darse por enterado de que el gobierno de Canadá dijo no estar de acuerdo con esta negociación, por lo que al parecer alguien no entendió bien lo que sucede, sobre todo por la cantidad de dudas que quedan sobre las condiciones comerciales, aranceles sobre productos específicos y reglas claras de importación y exportación, que no sabemos si son ventajas y para quién.
Vía boletín el gobierno federal afirmó que los acuerdos “promoverán el empleo y la competitividad en la región”, sólo que me expliquen de qué forma, ya que un trabajador mexicano gana al menos 25 veces menos que uno en los Estados Unidos. No se necesita tener un doctorado en Harvard para saber eso.
De nuevo, chistosamente el presidente EPN dijo que sólo “es ya firmar y celebrar con un tequila”. O es un enajenado nuestro presidente o pretende irse por la tangente. ¿Por qué ni Peña ni Trump hablaron sobre los acuerdos que hicieron en lo oscurito?, ¿piensan que se nos olvidó?, ¿y los temas sobre la exportación de temporalidad agrícola (productos de temporada de México)?, ¿y la cláusula de extinción quinquenal? (sunset)?, ¿por qué no explican qué significa la “rescisión” de este tratado cada cinco años, lo que genera incertidumbre?, ¿y Pemex, la exploración energética y participación privada y extranjera en extracción de petróleo y gas?
Los medios de comunicación y los equipos de analistas políticos sólo celebran este acuerdo, pero no cuestionan los puntos y temas que los mexicanos exigimos que sean aclarados y transparentados como LA MIGRACIÓN y el MURO y qué papel jugaron en las negociaciones.
Hay demasiadas dudas, como cuando EEUU utiliza la protección al medio ambiente como pretexto para generar obstáculos a las exportaciones –cuando les conviene– al atún, al aguacate; ¿y las telecomunicaciones?, ¿y la seguridad?, ¿y la legalización de las drogas?, ¿y el narcotráfico apá?.
Entonces doña Esa, circunspecta y maligna me volteó a ver y me dijo: “Ni madre, no se las creo, aquí hay gato encerrado, los gringos no dan paso sin huarache. Mira Chuli, nadie me quita de la cabeza que nos chamaquearon. Pinche Peña, nada de tequila, mejor que dé las caguamas”. ¡Se acabó el papel!