Canto del Gallo
[vc_row][vc_column width=”5/6″][vc_column_text]

Las primeras muestras de Morena para poner el piso parejo, la búsqueda de los equilibrios y la aplicación de la Ley parece ser una realidad en Quintana Roo, donde destacan algunos temas que parecen ser los primeros de la agenda política que tendrán que ser atendidos con urgencia en el ámbito local, antes de que sean considerados temas de responsabilidad de la actual administración estatal.

Uno de los temas es el convenio firmado entre el Ayuntamiento de Othón P. Blanco y el Gobierno del Estado en el cual el primero le concede al segundo la potestad del cobro del impuesto predial, lo cual es violatorio de la autonomía municipal y la Constitución Política del Estado.

El segundo tema llama la atención, porque se trata de un terrenazo de más de 260 hectáreas frente al mar en la carretera Cancún-Tulum que fue vendido a precios muy por debajo de su precio contractual a José Chapur, empresario yucateco, dueño del Moon Palace. Sobre ambos casos se han manifestado algunos de los ganadores del pasado proceso electoral; respecto al primero, Andrés Manuel López Obrador, el presidente electo, dijo que no sólo se revertirá la venta de ese terreno, sino que se castigará a los responsables, por lo que la Sedatu, el Registro Público de la Propiedad y todos los involucrados han volteado ya a sus santos.

Por otro lado, el senador electo José Luis Pech y el presidente municipal electo de Othón P. Blanco, Hernán Pastrana Pastrana, ya ondean banderas para sostenerse en la simpatía ciudadana y anuncian simultáneamente que lucharán para revertir el convenio aprobado por mayoría por el cabildo de la capital para concederle al gobierno del cambio la potestad para el cobro del impuesto predial. Las voces oficiales no se han manifestado para explicar las razones y/o beneficios que esta potestad traerá a la capital del estado, es decir, a Chetumal y a los chetumaleños. Como diría doña Esa: “dinero llama dinero”.

Gallo Giro

Eukid Castañón, el gran espía, fue traído a Quintana Roo desde la transición del gobierno de Mario Villanueva al de Joaquín Hendricks, a quien vendió una reingeniería administrativa que terminó generándole a Hendricks una de las más grandes antipatías históricas jamás registradas hasta ese momento.

Desde entonces, Eukid Castañón le clavó el popote a éste y a siete estados más, de lo que iremos dando cuenta puntual, así como de su vínculo con Moreno Valle, sus nexos con el panismo y los que ha mantenido con Quintana Roo desde 1999 y hasta hoy.

Los políticos quintanarroenses desde hace 20 años le han comprado reingenierías, reestructuración de deudas públicas, convenios para gestionar recursos federales, consultoría de proyectos y, más recientemente, un sofisticado sistema de espionaje y cabildeo político electoral que incluye recursos económicos ilimitados de procedencia desconocida, un trato que suele hacer a cambio de sangrar posteriormente a los estados en los que logró triunfos electorales.

En la siguiente edición puntualizaremos con nombres y apellidos los vínculos de Eukid Castañón y “sus proyectos” en Quintana Roo, en el que están involucrados tirios y troyanos. Como diría doña Esa: “¿Será que no lo sabían los exgobernadores? ¿Será que la PGR desconozca sus actividades ilícitas en Quintana Roo? ¿Será que AMLO permita el espionaje en los estados? Yo creo que no”. Se acabó el papel.

[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/6″][vc_widget_sidebar sidebar_id=”td-default”][/vc_column][/vc_row]