Canto del Gallo
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En 2009 México y otras naciones activaron su alerta máxima como medida de contingencia, para contener la propagación del virus AH1N1. Las calles de las ciudades amanecieron desiertas el 24 de abril de ese año por la alerta pandémica del virus, mientras la organización Mundial de la Salud (OMS) la declaraba PANDEMIA. Anunciaban que ese brote nunca se había presentado ni en cerdos ni en humanos y que por el momento había presentado resistencia a todo tipo de medicamento.
El entonces presidente Calderón ordenó la suspensión de clases en todo el territorio nacional, el cierre de parques recreativos y actividades en sitios públicos, alerta máxima en difusión de información sanitaria y posteriormente, al descubrirse una respuesta positiva con el empleo del Oseltamivir, inició una campaña masiva de vacunación.
Dado el número de muertes en EEUU y en México, el gobierno federal sugería a los restauranteros considerar el cierre de sus locales. La PANDEMIA, para ese entonces, había llegado al nivel 5 de 6 posibles. Vuelos de y hacia México se suspendieron, se implementaron en los aeropuertos y fronteras medidas extremas para evitar el contagio internacional, 27 mil escuelas en todo el país se mantendrían cerradas, transcurridos ya 18 días de cuarentena. La Secretaría de Hacienda dijo que el costo de la PANDEMIA ya costaba a México el 1% del P.I.B., es decir, más de 69 000 millones de pesos.
Finalmente, a nivel mundial se estimaron alrededor de 19 mil decesos por el virus. La cuenta en México para febrero del siguiente año (11 meses después) fue de más de mil 500 muertos y más de 72 mil casos confirmados con AH1N1. Las afectaciones al TURISMO a nivel mundial y para México fueron catastróficas.
Hoy, en 2018, aunque ya existe una vacuna disponible y gratuita en todas las instituciones de salud pública, a diferencia de 2009, el tema regresa a la agenda pública. Medios de comunicación locales y nacionales afirman que Quintana Roo ocupa el primer lugar en muertos por influenza. El sistema de vigilancia epidemiológica coloca a la entidad, junto con Yucatán, con el mayor número de muertos por este virus que en 2009 generó una grave crisis económica y turística.
¿Por qué la Secretaria de Salud estatal no ha presentado un plan de prevención? ¿Por qué no se ha informado de la realidad en el número de contagios y de muertes por influenza? ¿Por qué no hay una campaña intensiva de prevención? Como diría doña Esa: “Muerto el niño, taparán el pozo… ¿Qué es lo que quiere el Seguro Social? ¡Salud!, porque yo clarito escuché que alguien dijo ‘¡salud!’”. Se acabó el papel.

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