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BERLÍN.- 

Un reciente estudio ha resuelto el misterio que ha intrigado a los científicos durante siglos: el origen de los zafiros. Estas gemas, conocidas por su característico color azul, se forman en condiciones extremas dentro de la corteza terrestre, no en el manto como se pensaba anteriormente. Investigadores de la Universidad Curtin en Australia, liderados por el profesor Axel Schmitt, han determinado que los zafiros se generan a partir de sedimentos arcillosos sometidos a temperaturas y presiones extremadamente altas.

Según el estudio, publicado en Contributions to Mineralogy and Petrology, el magma que asciende desde el manto terrestre actúa como un “ascensor”, transportando los cristales de zafiro hacia la superficie. Este hallazgo se basa en el análisis de más de doscientos zafiros encontrados en la cordillera de Eifel, en Alemania, una región donde el magma ha penetrado la corteza durante casi 700,000 años.

Para llegar a esta conclusión, los científicos utilizaron la espectrometría de masas para estudiar la presencia de rutilo y circón en los zafiros, así como las proporciones de isótopos de oxígeno en la alúmina, el mineral principal de los zafiros. Los resultados mostraron que los zafiros se formaron en la corteza superior, a no más de 7 kilómetros de profundidad, confirmando que su origen está ligado a la interacción entre el magma del manto y la corteza terrestre.