SAN DIEGO.- Un investigador del Instituto Scripps de Oceanografía descubrió en el Golfo de México un gran vivero natural de mantarrayas a 160 kilómetros de la costa de Texas, el lugar donde los ejemplares de esta especie se desovan y los jóvenes gozan de las condiciones óptimas para su crecimiento. Durante décadas previas a este hallazgo los ictiólogos estuvieron buscando sin éxito, así que este es el primer vivero conocido.