Roberto Guzmán

El desarrollo científico a partir de la última mitad del siglo XX y principios del siglo XXI, no da tregua para una reflexión ética serena, al afirmar que uno de los problemas más retardados de la medicina contemporánea es de índole bioética.

Si bien luego de reportarse en 1981 casos de neumonía y de un cáncer de piel llamado Sarcoma de Kaposi en hombres homosexuales de Los Ángeles y Nueva York, comenzó a aflorar un misterio para los médicos e investigadores, quienes no sabían lo que les estaba sucediendo y ni mucho menos con qué medicamentos disponibles se podían tratar.

En 1987 el AZT (zidovudina) era la droga utilizada para tratar el cáncer, misma que comenzó también a recetarse por su efectividad para retardar la multiplicación del virus VIH en las células CD4’s de la sangre de aquellos pacientes que resultaban con infección por VIH. Pero fue hasta el año 2011 cuando se comenzó a combinar esta droga con otros 30 medicamentos más en forma de coctel, no con la finalidad de eliminar el virus de la inmunodeficiencia humana, sino para controlar su replicación en un punto específico de su ciclo de vida.

Desde hace unos años el uso de la profilaxis Pre-exposición (PrEP, siglas en inglés) se ha convertido en una estrategia de prevención de la infección del VIH para quien no vive con el virus, ya que puede tomarse antes de entrar en contacto con el VIH en una práctica sexual con una efectividad del 98%, al reducir el riesgo posible a infectarse. Sin tratar de estigmatizar a los hombres gay y bisexuales, mujeres transgénero y a los hombres y mujeres Cis (heterosexuales), el PrEP ha demostrado reducir el riesgo a una posible infección por contacto sexual como para quienes utilizan drogas inyectadas al evitar una posible infección por el uso de agujas contaminadas. Lo que sí hay que tener presente es que su efectividad no nos protege contra otras infecciones de transmisión sexual (ITS), ni tampoco previene los embarazo ni mucho menos se debe pensar que PrEP es la nueva cura para el VIH.

En 2012 la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) aprobó Truvada para utilizarlo como tratamiento pre-exposicional PrEP para tomarlo una vez al día de manera oral donde sus dos sales emtricitabina y tenofovir disoproxil fumarato, trabajan bloqueando una enzima del VIH llamada transcriptasa reversa misma que impide que el VIH haga más copias de sí mismo en el cuerpo.

Por lo que el uso de Truvada o el genérico Movitrem en venta en farmacias en Cancún como tratamiento pre-exposicional PrEP reduce en las personas que no viven con diagnóstico VIH, el riesgo de infectarse de un 96% a 99%, tomando una píldoras todos los días sin dejarlo de hacer ya que una omisión podría originar que el nivel de protección se pudiera disminuir.

Amigo lector, si usted o algún conocido necesita mayor información sobre esta estrategia de la Profilaxis PrEP, contacte a la Clínica de Redpositiva al teléfono 998 251 8233, o visítela en la avenida Chichén Itzá, supermanzana 32, en Cancún, Quintana Roo.